El acertijo de la isla inundada
El autor, de M¨¦dicos Sin Fronteras, y su equipo de log¨ªstica intentan encontrar una soluci¨®n a c¨®mo trasladar a una ni?a enferma que necesita de atenci¨®n m¨¦dica especializada a vida o muerte mientras diluvia. En esta remota zona de Sud¨¢n del Sur, no todo est¨¢ bajo su control
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El acertijo
Tienes una cabra, un lobo y una col y est¨¢s en una isla desierta en mitad de un lago. La isla est¨¢ a punto de quedar cubierta por la crecida de las aguas y tienes que llevar a los tres hasta la orilla del lago, ponerles a salvo y completar con ¨¦xito tu tarea. Pero tu barco es (irrisoriamente) peque?o e inestable, as¨ª que s¨®lo puedes llevar a uno de ellos en cada trayecto que hagas.
El lobo y la cabra est¨¢n hambrientos. Si llevas al lobo primero, la cabra se comer¨¢ la col. Si llevas primero a la col, el lobo se comer¨¢ a la cabra.
Justo cuando piensas que has encontrado la soluci¨®n, llevando primero a la cabra y dejando a la col a salvo con el poco interesado lobo, te das cuenta de que en cuanto hayas dejado a la cabra en la otra orilla, te dar¨¢s de frente con el mismo problema.
A pesar de mi falta de habilidad con escenarios abstractos, he comprobado que la vida sobre el terreno presenta los mismos problemas a diario, pero con consecuencias muy reales
En realidad, se trata de un acertijo muy viejo que muchos habr¨¦is o¨ªdo m¨¢s de una vez a lo largo de vuestras vidas. Yo tengo una limitada habilidad y a¨²n menos paciencia con este tipo de enigmas. Y una vez que me cuentan la soluci¨®n, a menudo se me olvida cu¨¢l era esa tercera opci¨®n tan obvia que siempre resuelve el aparentemente irresoluble acertijo.
Sin embargo, a pesar de mi falta de habilidad con estos escenarios abstractos, he comprobado que la vida sobre el terreno presenta los mismos problemas a diario, pero con consecuencias muy reales.
La situaci¨®n en la vida real
Una ni?a lleva varios d¨ªas en nuestra cl¨ªnica con tuberculosis y su estado se est¨¢ deteriorando r¨¢pidamente.
Si quiere tener una oportunidad para recuperarse, necesita recibir una atenci¨®n m¨¦dica especializada que nosotros no podemos ofrecerle aqu¨ª. Su ¨²nica opci¨®n pasa porque podamos enviarla a nuestra cl¨ªnica de Bentiu, relativamente cerca, pero a la vez muy lejos, de donde nos encontramos.
La aparente simple tarea de conseguir que la ni?a reciba la atenci¨®n que necesita se ha complicado considerablemente debido a las dif¨ªciles condiciones a las que tenemos que enfrentarnos en un lugar como este. Condiciones, por otra parte, muy habituales en cualquiera de los proyectos de nuestra organizaci¨®n:
- Nuestra cl¨ªnica es nueva y tiene recursos limitados para tratar casos complejos.
- Debido a la inseguridad, las carreteras son peligrosas y todos los traslados de pacientes a Bentiu se hacen en un vuelo que dura apenas 20 minutos, pero que presenta tambi¨¦n diversos desaf¨ªos log¨ªsticos.
- Es la estaci¨®n h¨²meda y ha llovido sin parar durante semanas enteras.
- Todos los suministros llegan al proyecto dos veces por semana a trav¨¦s de ese vuelo que mencionaba antes. Sin embargo, las recientes lluvias han inutilizado la pista de aterrizaje, cancelando varios vuelos y dej¨¢ndonos sin productos b¨¢sicos ni alimentos frescos.
- La ni?a necesita oxigenoterapia y su condici¨®n se deteriora r¨¢pidamente si se le retira el ox¨ªgeno.
- El proyecto solo cuenta con dos concentradores de ox¨ªgeno alimentados por la red el¨¦ctrica. Ni la avioneta que la llevar¨ªa a la cl¨ªnica ni el veh¨ªculo que la conducir¨ªa a la pista de aterrizaje tienen el suministro de energ¨ªa necesario para hacer funcionar los concentradores.
El equipo
Como responsable de log¨ªstica del proyecto, mi trabajo consiste en llevar a cabo este tipo de traslados, teniendo en cuenta no solo las indicaciones m¨¦dicas, sino tambi¨¦n las limitaciones medioambientales y los problemas de seguridad.
Los obst¨¢culos que hay que salvar son muchos y variados, pero cada vez que me enfrento a una situaci¨®n complicada, recuerdo uno de los mejores consejos que me dieron cuando entr¨¦ en MSF: ¡°No hace falta ser un genio para ver lo que no tenemos. El reto es saber qu¨¦ hacer con lo que tenemos¡±.
Y otra de las cosas que m¨¢s me atrajo desde el primer momento es el hecho de que esta organizaci¨®n no env¨ªa personal internacional de manera indiscriminada a sus proyectos. En su lugar, prioriza siempre reclutar y desarrollar personal de los pa¨ªses donde trabajamos. Y en la mayor¨ªa de los casos, se trata de personas perfectamente cualificadas y con una enorme dedicaci¨®n por el trabajo que hacen.
As¨ª pues, esto me lleva a tener siempre en cuenta estas tres cosas: salvar obst¨¢culos con sentido com¨²n e imaginaci¨®n, sacar el m¨¢ximo partido a los elementos con los que contamos y confianza en el personal local, que son quienes de verdad conocen el contexto en el que nos movemos.
Dicho esto, me acerco a Rial, nuestro supervisor de log¨ªstica; a Machot, el t¨¦cnico especialista (dicho de otro modo, es la persona que sabe hacer de todo y que te saca de los atolladeros m¨¢s complicados) y a Thak y Gabriel, los coordinadores del proyecto. Y juntos empezamos una lluvia de ideas para tratar de encontrar la mejor soluci¨®n posible y poder llevar a nuestra paciente sana y salva hasta el hospital de Bentiu.
El desaf¨ªo
Anotamos la tarea espec¨ªfica que nos ocupa, describimos las limitaciones y los desaf¨ªos a los que nos enfrentamos, y nos sentamos a analizar c¨®mo trasladar a nuestra paciente:
- La paciente necesita viajar a Bentiu para recibir atenci¨®n m¨¦dica avanzada.
- El viaje por carretera no es una opci¨®n.
- Puede que la avioneta no pueda aterrizar debido a las condiciones climatol¨®gicas.
- La paciente necesita estar conectada al ox¨ªgeno de forma permanente.
- No tenemos c¨®mo alimentar el concentrador de ox¨ªgeno durante el viaje.
La tercera opci¨®n
El truco para resolver el acertijo de la isla inundada no es completar la tarea limit¨¢ndose a las pocas instrucciones que nos proporcionan, sino ir m¨¢s all¨¢ de la propuesta inicial, darle una vuelta de tuerca y encontrar esa tercera opci¨®n que siempre est¨¢ oculta; es decir: resolver el problema sin romper las reglas.
De vuelta a nuestra realidad sobre el terreno, despu¨¦s de mucho, debatir, planear y analizar, mis compa?eros y yo identificamos nuestra propia tercera opci¨®n. Y para llevarla a cabo, acordamos poner en marcha un plan delicado:
- Conectar uno de los concentradores de ox¨ªgeno a una fuente de energ¨ªa m¨®vil para que la paciente pueda hacer el trayecto desde el puesto de salud hasta la pista de aterrizaje en uno de nuestros Land Cruisers.
- Hacer un pedido de emergencia de un concentrador de ox¨ªgeno alimentado por bater¨ªa que llegar¨¢ (completamente cargado) en ese mismo avi¨®n que despu¨¦s usaremos para trasladar a la paciente a Bentiu.
Los preparativos
Aparentemente todo esto puede parecer sencillo, pero en un lugar como Bentiu no se puede dar nada por hecho. L¨®gicamente, la ni?a no es la ¨²nica paciente enferma en nuestra cl¨ªnica y no nos podemos permitir el lujo de prescindir de las limitadas bater¨ªas o inversores que necesitamos para alimentar las dem¨¢s actividades, incluida nuestra maternidad, que estos d¨ªas est¨¢ hasta arriba de mam¨¢s con sus beb¨¦s reci¨¦n nacidos.
Mientras tratamos de decidir de d¨®nde sacamos un generador, mi compa?ero Rial se ofrece amablemente para donar temporalmente el equipo que abastec¨ªa de energ¨ªa el refugio de su familia. Este acto, que les dejar¨¢ temporalmente sin iluminaci¨®n b¨¢sica, resulta especialmente generoso, pues Rial sabe perfectamente que no podemos garantizarle que el equipo vuelva. Y mucho menos en qu¨¦ condiciones lo har¨¢. Pero ¨¦l, en lugar de preocuparse, lo ¨²nico que hace es bromear y decirnos que lo importante es que el equipo est¨¦ de vuelta para cuando llegue la paz, porque sus planes de poner una cafeter¨ªa dependen de esa fuente de energ¨ªa.
Rial nos trae el concentrador de su casa y Machot y ¨¦l empiezan a conectarlo. Mientras, Thak y Gabriel ensayan el traslado para asegurarse de que a la hora de la verdad no haya fallos y podamos llevarlo a cabo de la forma m¨¢s segura posible.
La espera
El vuelo llegar¨¢ en pocos d¨ªas. Si todo va bien, no solo trasladaremos a la paciente para que reciba el sencillo tratamiento que le salvar¨¢ la vida y que tanto necesita, sino que tambi¨¦n nos reabasteceremos de medicamentos, equipo log¨ªstico y, por fin, de alimentos frescos.
Los siguientes d¨ªas transcurren con tensi¨®n. Sigue lloviendo espor¨¢dicamente y la pista se est¨¢ reblandeciendo y llenando de barro. Thak y yo nos dirigimos regularmente hasta all¨ª para comprobar las condiciones, deseando que se seque. Nos tememos lo peor.
Pasan los d¨ªas y ha seguido lloviendo, pero hoy lunes ha sido un d¨ªa sorprendentemente c¨¢lido. Ma?ana es el d¨ªa clave. Si no llueve durante la noche, es posible que el vuelo pueda aterrizar y que podamos hacer el traslado
Me voy a la cama con un atisbo de esperanza en mi cansada mente. Llega la ma?ana. Me despierto temprano con el d¨¦bil sonido de la lluvia salpicando mi tienda. El alma se me cae a los pies. Salgo y el suelo est¨¢ empapado. Aunque ahora solo es una ligera llovizna, debe haber llovido toda la noche.
Lo que no esperaba es que yo, el experto en log¨ªstica y la ¨²nica persona no sanitaria del proyecto, tuviera que ser el encargado de tomar una decisi¨®n que seguramente ser¨¢ de vida o muerte
En un arrebato de negar lo evidente, Thak y yo conducimos hasta la pista de aterrizaje tan r¨¢pido como podemos, pero el trayecto que normalmente hacemos en siete minutos se convierte en uno de casi 40, porque el coche resbala y se desliza de un lado a otro por el camino lleno de fango. Vamos esquivando charcos m¨¢s grandes que nuestro propio veh¨ªculo y nos quedamos atrapados varias veces en el barro.
Aunque el barrizal que una vez fue carretera ya nos advierte sobre las condiciones que podemos encontrarnos cuando lleguemos a la pista, se me hace un nudo en el est¨®mago al pasar por los ¨²ltimos arbustos.
Poco a poco, la pista aparece ante nosotros.
La llamada
Detenemos el veh¨ªculo en la pista de aterrizaje, convertida ahora en un inmenso charco, y me bajo. El agua me cubre por encima de la altura de los tobillos. Hago la llamada que nunca habr¨ªa querido hacer.
¡°Cancelad el vuelo¡±.
Es uno de los momentos m¨¢s duros por los que he tenido que pasar en mi vida. Sab¨ªa que trabajar con MSF ser¨ªa dif¨ªcil y que a menudo me tocar¨ªa ver muy de cerca la muerte. Era muy consciente de que tendr¨ªa que acostumbrarme a convivir con ella. Pero lo que no esperaba es que yo, el experto en log¨ªstica y la ¨²nica persona no sanitaria del proyecto, tuviera que ser el encargado de tomar una decisi¨®n que seguramente ser¨¢ de vida o muerte, pues nuestra paciente se encuentra en una situaci¨®n muy delicada.
El d¨ªa despu¨¦s
Ha pasado un d¨ªa. Ayer estuvimos todos cabizbajos tratando de asumir nuestra derrota. Reprogramamos el vuelo y por fin ha logrado aterrizar hoy, derrapando por la pista a¨²n h¨²meda y rociando de barro todo el fuselaje. Un piloto sale temblando de la cabina, incapaz de terminar una frase. El otro se r¨ªe nervioso y nos cuenta que, a pesar de las condiciones relativamente secas de hoy, el aterrizaje ha sido todo un reto.
Por fin llegan las provisiones que tanto necesit¨¢bamos, as¨ª como los alimentos frescos y los medicamentos, pero hoy no hay nada que celebrar. Esta noche, a pesar de los esfuerzos de nuestro equipo m¨¦dico por mantenerla con vida un d¨ªa m¨¢s, nuestra joven paciente ha fallecido tras 17 d¨ªas recibiendo cuidados. Un solo d¨ªa ha marcado la diferencia.
Reflexi¨®n
Han pasado varias semanas y cuando retomo este texto, me viene a la mente el d¨ªa en el que coment¨¦ por primera vez a los m¨¦dicos que nos est¨¢bamos planteando trasladar a nuestra paciente, pero que a¨²n ten¨ªamos que ver c¨®mo lo har¨ªamos. En aquel momento, nuestra matrona coment¨® de pasada que aquello era ¡°como uno de esos problemas que se plantean en los cursos sobre liderazgo¡±.
De ah¨ª surgi¨® la comparaci¨®n con el acertijo, pues me pareci¨® un punto de partida interesante, sobre todo al combinarlo con lo que parec¨ªa un cl¨¢sico desaf¨ªo de MSF en el que un equipo optimista triunfa frente a las escasas probabilidades de ¨¦xito.
Sin embargo, despu¨¦s del fallecimiento de la ni?a, no me pareci¨® apropiado seguir escribiendo. Me parec¨ªa todo demasiado fr¨ªvolo. Durante muchos d¨ªas dej¨¦ este borrador incompleto en el escritorio de mi port¨¢til, sin atreverme a abrirlo de nuevo, pero incapaz al mismo tiempo de moverlo a la papelera de reciclaje.
Me siento con la obligaci¨®n moral de no dejar caer en el olvido esta historia
Sigo preocupado por el tono que eleg¨ª, porque pueda parecer irrespetuoso con nuestra paciente despu¨¦s de todo lo que ha ocurrido. Y al mismo tiempo, me siento con la obligaci¨®n moral de no dejar caer en el olvido esta historia. Creo que no contarla ser¨ªa una falta de respeto mucho mayor hacia ella.
Nuestra paciente
Quiero quedarme con el hecho de que, en sus ¨²ltimos d¨ªas, esta ni?a fue feliz. Estuvo siempre cuidada por su madre y por todo el personal de MSF, que le ten¨ªa mucho cari?o. Se rio mucho y estaba muy emocionada de poder viajar en coche y en avi¨®n en un mismo d¨ªa. Nunca antes hab¨ªa subido en un coche, as¨ª que para ella era toda una aventura. Su madre estaba muerta de miedo ante la idea de tener que volar y eso a ella le parec¨ªa divertid¨ªsimo. No paraba de hacer bromas con nosotros.
Recuerdo c¨®mo se re¨ªa cuando yo trataba de decirle algunas palabras en nuer, mientras los m¨¦dicos y yo les explic¨¢bamos a ella y a su madre c¨®mo ser¨ªa el traslado. No hac¨ªa mucho que hab¨ªa sido mi cumplea?os y, cada vez que pasaba por su sala para comprobar la electricidad, le daba algunos de los globos que mis compa?eros me hab¨ªan regalado. Le gustaba mucho jugar con ellos. Cuando se me acabaron, empec¨¦ a darle guantes de goma inflados. Se part¨ªa de risa.
Creo que he llegado a una conclusi¨®n: cuando comenc¨¦ a escribir este texto, ella estaba viva y nosotros est¨¢bamos tratando de hacer todo lo posible para que su traslado pudiera realizarse. Cambiar el tono por el hecho de que finalmente falleciera, ser¨ªa centrarse m¨¢s en su muerte que en su vida. Y no ser¨ªa justo para ella. As¨ª que compartir¨¦ esta historia tal cual la veis ahora. Tal cual la hab¨¦is le¨ªdo si es que hab¨¦is llegado hasta aqu¨ª.
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