La lucha del pueblo kakataibo por su territorio y su vida
Un l¨ªder de una ONG local socia de Manos Unidas denuncia c¨®mo durante la pandemia los pueblos ind¨ªgenas en Per¨² est¨¢n siendo golpeados con asesinatos y hostigamientos que permanecen impunes ante un Estado que no reacciona
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Las tasas de deforestaci¨®n son m¨¢s bajas en los territorios donde habitan las poblaciones ind¨ªgenas. All¨ª donde los gobiernos reconocen formalmente los derechos colectivos a la tierra y se fortalecen los conocimientos ancestrales de las comunidades, la deforestaci¨®n se reduce y los ecosistemas se revitalizan.
A esta conclusi¨®n han llegado, desde hace d¨¦cadas, diversos estudios y as¨ª ha vuelto a ocurrir en el recientemente publicado por la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO) y el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Ind¨ªgenas de Am¨¦rica Latina y el Caribe (FILAC), el cual recopila m¨¢s de 250 informes que coinciden en el papel crucial de los pueblos ind¨ªgenas en la protecci¨®n de los bosques y ante el calentamiento global.
Pero ese cuidado de los bosques no solo es algo que nos beneficia a todos; para los m¨¢s de 500 pueblos ind¨ªgenas que habitan la Amazon¨ªa y los casi 900 que existen en Am¨¦rica Latina es la condici¨®n para preservar sus modos de vida y su propia supervivencia. La vida de estos pueblos supone una relaci¨®n distinta con la naturaleza y la pandemia de covid-19 lo ha evidenciado: las comunidades han podido sobrevivir a la crisis sanitaria y econ¨®mica porque los bosques, los ecosistemas sanos que ellas mismas se encargan de proteger, han sido su principal fuente de alimentaci¨®n y medicinas.
La violencia del narcotr¨¢fico gana terreno en la Amazon¨ªa peruana
Sin embargo, la pandemia tambi¨¦n ha revelado que, con el repliegue de las comunidades en sus territorios y el agravamiento de la desprotecci¨®n del Estado, se ha generado el escenario propicio para que las econom¨ªas ilegales invadan los bosques y aumenten los conflictos y la violencia en el h¨¢bitat de las comunidades ind¨ªgenas. Seg¨²n datos del Instituto del Bien Com¨²n, socio local de Manos Unidas en Per¨², desde el inicio de la pandemia ha habido 12 asesinatos de l¨ªderes ind¨ªgenas en la Amazon¨ªa peruana. Las v¨ªctimas pertenecen a distintos pueblos originarios, pero el m¨¢s golpeado ha sido, sin duda, el pueblo kakataibo, con cuatro l¨ªderes asesinados.
Las causas estructurales de estos asesinatos est¨¢n relacionadas con la miner¨ªa y la tala ilegales y el tr¨¢fico de tierras, pero el narcotr¨¢fico es hoy la principal fuente de la violencia que afecta a los kakataibo y a otros ind¨ªgenas. Esta constante presi¨®n y amenaza a sus territorios se agrava al no existir una debida protecci¨®n jur¨ªdica de las tierras comunales, es decir, que el Estado reconozca, titule y georreferencie sus tierras, y que genere mecanismos legales para protegerlas de ser invadidas por actividades ilegales que conllevan la amenaza y posterior asesinato de l¨ªderes ind¨ªgenas.
Ese fue el caso de Arbildo Mel¨¦ndez, jefe de la comunidad nativa Unipacuyacu, perteneciente al pueblo kakataibo. Arbildo fue cruelmente asesinado al inicio de la pandemia, en abril de 2020, y a¨²n no hay ning¨²n responsable que haya sido juzgado. A partir de ese momento, se desat¨® una ola de violencia que no ha dejado de crecer: hostigamientos, destrucci¨®n de cultivos, quema de casas, reiteradas amenazas, secuestros y torturas que terminan en la anulaci¨®n de la voluntad de las v¨ªctimas o, si esto no se consigue, en sangrientos asesinatos.
Por su parte, Herl¨ªn Odicio, presidente de la Federaci¨®n de Comunidades Nativas Kakataibo (Fenacoka), ha visto c¨®mo su vida daba un oscuro vuelco. Tras denunciar las invasiones de tierras llevadas a cabo por cocaleros, ha tenido que huir y vivir en la clandestinidad a consecuencia de las amenazas sufridas por el narcotr¨¢fico. Pero no solo es Herl¨ªn y otros l¨ªderes, sino decenas de miembros de las comunidades kakataibo que viven amenazados y silenciados a causa del vertiginoso avance del narcotr¨¢fico.
Organizaciones ind¨ªgenas como AIDESEP han empezado a denominar a la zona ubicada entre los departamentos de Hu¨¢nuco y Ucayali, regi¨®n habitada por los kakataibo, como el nuevo VRAEM, en alusi¨®n a un ¨¢rea aleda?a a esta regi¨®n tomada por el narcotr¨¢fico y en la que recientemente se ha perpetrado un ataque narcoterrorista que ha costado la vida a diecis¨¦is personas.
Salvar vidas ahora sin olvidar las cuestiones de fondo
Todo esto deber¨ªa alertar al Estado sobre la situaci¨®n que se vive en las regiones amaz¨®nicas donde el narcotr¨¢fico crece y atemoriza a los pobladores que, como los kakataibo, reciben amenazas de muerte constantes y se ven obligados a callar por el temor de verse obligados a abandonar a su familia, sin posibilidades de ser atendidos por las autoridades competentes.
Sin embargo, la impunidad es manifiesta es el caso de las muertes: no existe ning¨²n detenido en relaci¨®n con los cuatro asesinatos perpetrados contra los kakataibo, ni ninguna reparaci¨®n a los deudos de l¨ªderes. Las instituciones competentes como el Ministerio P¨²blico, fiscal¨ªas, polic¨ªa no cuentan con ning¨²n instrumento normativo o protocolo para atender con celeridad estos casos, ni tampoco prevenir esta creciente violencia contra defensores de derechos territoriales.
La impunidad es manifiesta es el caso de las muertes: no existe ning¨²n detenido en relaci¨®n con los cuatro asesinatos perpetrados contra los kakataibo, ni ninguna reparaci¨®n a los deudos de l¨ªderes
A ra¨ªz de los casos m¨¢s recientes, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos ha aprobado el denominado Mecanismo Intersectorial como naciente pol¨ªtica para proteger a personas defensoras de derechos humanos y cumplir con los compromisos internacionales. No obstante, a¨²n no existen acciones concretas que permitan, por ejemplo, contar con un presupuesto para dotar de refugio y seguridad a l¨ªderes como Herl¨ªn Odicio. Sin capacidad para lograr la protecci¨®n de estas personas por parte del Estado, no hay posibilidad de que otros l¨ªderes amenazados se animen a realizar sus denuncias.
Es urgente que esta situaci¨®n sea atendida al m¨¢s alto nivel del Estado peruano y poner en marcha acciones para salvar vidas con medidas espec¨ªficas para cada caso y con presupuesto asignado para ello. Pero, adem¨¢s, hay que atender las causas estructurales que est¨¢n detr¨¢s de la violencia en la Amazon¨ªa, como la falta de saneamiento de la propiedad ind¨ªgena, que genera condiciones para el avance de la tala, la miner¨ªa y el narcotr¨¢fico, si no queremos que la violencia acabe con los kakataibo y, al mismo tiempo, con el sentimiento de pertenencia a un territorio, la acci¨®n colectiva como fundamento esencial de la vida social y el respeto y cuidado de la naturaleza; renovados paradigmas que la mayor parte de la sociedad no quiere o no llega a entender.
Luis Hallazi es miembro del Instituto del Bien Com¨²n (IBC) y socio local de Manos Unidas en Per¨².
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