M¨¢s all¨¢ de plantar ¨¢rboles: dejemos que las comunidades lideren la restauraci¨®n
Frenar el ritmo de la desertificaci¨®n es vital para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y para contribuir al crecimiento econ¨®mico y al empleo de millones de personas
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La desertificaci¨®n es uno de los mayores retos medioambientales de nuestro tiempo y, sin embargo, incluso cuando el 17 de junio se celebra el D¨ªa Mundial de Lucha contra la Desertificaci¨®n y la Sequ¨ªa, rara vez recibe la atenci¨®n p¨²blica o la comprensi¨®n que requiere.
En primer lugar, la desertificaci¨®n no consiste ¨²nicamente en la expansi¨®n de los desiertos. M¨¢s que eso, es la persistente degradaci¨®n de los ecosistemas de las tierras secas del mundo como resultado del cambio clim¨¢tico y de las actividades humanas, desde la tala de tierras, la agricultura insostenible y el sobrepastoreo, hasta la miner¨ªa y la sobreexplotaci¨®n de ¨¢rboles y arbustos para obtener combustible y madera.
Y, a pesar de la falta de productividad que su nombre podr¨ªa sugerir, las tierras secas son importantes. Cubren m¨¢s de un tercio de la superficie terrestre y albergan a unos 2.000 millones de personas, la mayor¨ªa de las cuales dependen de los recursos naturales para su subsistencia.
Las tierras secas albergan una cuarta parte de los bosques del mundo y son paisajes productivos que proporcionan gran parte de los cultivos y el ganado. Pero al ritmo actual de desertificaci¨®n, que se estima entre 30 y 35 veces superior al hist¨®rico, unos 50 millones de personas podr¨ªan verse desplazadas en los pr¨®ximos 10 a?os como consecuencia directa.
Restaurar las tierras degradadas y frenar el ritmo de la desertificaci¨®n es, por tanto, vital para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), incluidos los relativos al hambre, la pobreza, la biodiversidad y la acci¨®n clim¨¢tica, as¨ª como para contribuir a la Convenci¨®n de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificaci¨®n sobre la neutralidad de la degradaci¨®n de la tierra, y al Decenio de las Naciones Unidas para la Restauraci¨®n de los Ecosistemas.
A medida que nos embarcamos en la recuperaci¨®n global y verde de la covid-19, la restauraci¨®n seguir¨¢ contribuyendo tambi¨¦n al crecimiento econ¨®mico y al empleo, con beneficios socioecon¨®micos m¨¢s amplios.
?Cu¨¢l es la mejor manera de lograrlo?
Durante m¨¢s de una d¨¦cada, la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO) ha apoyado la Gran Muralla Verde, un programa emblem¨¢tico dirigido por ?frica para combatir los efectos del cambio clim¨¢tico y la desertificaci¨®n y mejorar los medios de vida de las comunidades rurales en las zonas ¨¢ridas del norte de ?frica, el Sahel y el sur del continente.
Nuestra experiencia ha demostrado que las intervenciones de restauraci¨®n deben hacer algo m¨¢s que plantar ¨¢rboles si quieren tener ¨¦xito. Debe ir m¨¢s all¨¢ del aumento de la biomasa para mejorar simult¨¢neamente la ecolog¨ªa, la vida y los medios de subsistencia. Los enfoques deben aumentar la resiliencia clim¨¢tica y dar prioridad a la generaci¨®n de ingresos a trav¨¦s de empleos verdes y abordar la inseguridad alimentaria y la malnutrici¨®n.
En pocas palabras, las comunidades deben elegir las especies que les gustar¨ªa plantar para lograr paisajes que no solo sean ecol¨®gicamente ¨²tiles y resistentes, sino que puedan satisfacer sus necesidades alimentarias, nutricionales, de ingresos o culturales. Los cient¨ªficos, los bot¨¢nicos locales y los centros de semillas apoyan la selecci¨®n de especies bien adaptadas, asegur¨¢ndose cuidadosamente de que se planten especies ecol¨®gicamente adecuadas, nutritivas y comercializables que, en ¨²ltima instancia, puedan proporcionar una serie de beneficios en cualquier mes del a?o.
Los j¨®venes y las mujeres deber¨ªan beneficiarse de la formaci¨®n sobre la recolecci¨®n de semillas y la producci¨®n de pl¨¢ntulas, las t¨¦cnicas de viveros y el desarrollo de negocios y mercados verdes a peque?a escala, un enfoque que aborde la restauraci¨®n en toda la cadena de valor, desde la semilla hasta el mercado.
Como parte del apoyo de la FAO a la Gran Muralla Verde, desde 2016 se han desarrollado al menos diez importantes cadenas de valor a trav¨¦s de la plantaci¨®n de especies altamente nutritivas como el b¨¢lsamo egipcio (Balanites aegyptiaca), el hanza (Boscia senegalensis), el azufaifo indio (Ziziphus mauritiana), el baobab africano (Adansonia digitata) y muchas otras. Tambi¨¦n hay beneficios econ¨®micos. En Burkina Faso, por ejemplo, las comunidades generaron ingresos por las especies forrajeras de 40 d¨®lares (32 euros) por hect¨¢rea durante los primeros a?os de plantaci¨®n.
Consciente de la necesidad de aumentar los polinizadores en todo el mundo, la FAO tambi¨¦n se asegura de que la mayor¨ªa de los proyectos incluyan especies de ¨¢rboles y arbustos productores de miel y la formaci¨®n asociada en apicultura como actividad principal. Algunas comunidades ya est¨¢n generando un ingreso anual adicional de unos 73 d¨®lares (60 euros) por cosecha, adem¨¢s de disfrutar de los beneficios de la miel para la salud.
La fusi¨®n de los conocimientos tradicionales y cient¨ªficos puede cambiar el rumbo para aportar beneficios ecol¨®gicos y sociales a escala. Hemos visto los resultados
Un estrecho seguimiento y evaluaci¨®n a trav¨¦s de metodolog¨ªas establecidas permite medir los impactos tanto biof¨ªsicos como socioecon¨®micos. El conjunto de herramientas Open Foris de la FAO y el Marco de Seguimiento de la Restauraci¨®n de Ecosistemas apoyan a los gobiernos en el seguimiento y la presentaci¨®n de informes sobre los progresos realizados.
Y los resultados son claros. En m¨¢s de 500 comunidades de 13 pa¨ªses africanos, la FAO ha apoyado la restauraci¨®n de m¨¢s de 60.000 hect¨¢reas de tierras bald¨ªas degradadas, aumentando la productividad de la tierra y la diversidad vegetal, y llegando a cerca de un mill¨®n de personas. Entre 2016 y 2020, las escalas de experiencia de inseguridad alimentaria disminuyeron significativamente en las comunidades donde la FAO intervino a gran escala, disminuyendo bruscamente en m¨¢s del 65% en algunos pa¨ªses. Este enfoque probado est¨¢ listo para ser replicado y ampliado, y dadas las alarmantes tasas de desertificaci¨®n y degradaci¨®n de la tierra, la demanda de dicho apoyo est¨¢ aumentando.
La fusi¨®n de los conocimientos tradicionales y cient¨ªficos puede cambiar el rumbo para aportar beneficios ecol¨®gicos y sociales a escala. Hemos visto los resultados. No es una tarea f¨¢cil, pero el ¨¦xito de la FAO en el apoyo a la iniciativa de la Gran Muralla Verde ofrece un punto de partida sencillo: la restauraci¨®n y la detenci¨®n de la desertificaci¨®n deben dar prioridad a las personas.
Tiina V?h?nen es directora adjunta de la Divisi¨®n Forestal y Moctar Sacande es Oficial Forestal Senior de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO)
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