19 l¨ªderes africanas visitan Espa?a para amplificar la voz de las mujeres del continente
El encuentro ¡®Diferentes, pero iguales¡¯ ha reunido en Madrid a activistas, cient¨ªficas, empresarias y juristas de 19 pa¨ªses de ?frica con mujeres espa?olas de sus sectores profesionales, a instancias de la Fundaci¨®n Mujeres por ?frica e invitadas por la cooperaci¨®n espa?ola
¡°Tenemos el privilegio de estar aqu¨ª, en Espa?a, diciendo estas cosas¡±. Esta era, posiblemente, la sensaci¨®n compartida por cada una de las 19 l¨ªderes africanas que participaron, la semana pasada, en Madrid, en el encuentro Diferentes pero iguales, organizado por la Fundaci¨®n Mujeres por ?frica e invitadas por la cooperaci¨®n espa?ola (AECID) a trav¨¦s de su Programa Raisa, con la colaboraci¨®n del Ministerio de Asuntos Exteriores y la Uni¨®n Europea. La frase tiene un sentido solidario, ya que ese ¡°privilegio¡± tiene que invertirse en amplificar la voz y la visibilidad de las dem¨¢s mujeres del continente, esas que no tienen la posibilidad de ser escuchadas, y menos en estrados internacionales.
Los d¨ªas compartidos en Madrid estuvieron repartidos entre di¨¢logos sectoriales con pares de diferentes pa¨ªses y visitas a despachos del Gobierno y de la Jefatura de Estado, que las invitadas valoraron muy positivamente por la perspectiva que les dio conocer de cerca a autoridades que les dedicaron un tiempo tranquilo de escucha. Entre los m¨¦ritos de Espa?a, ellas mencionaron tambi¨¦n la pr¨¢ctica de la equidad en la representaci¨®n de las mujeres, tanto en el Parlamento como en el Gabinete de ministras y ministros, adem¨¢s del potente activismo feminista del que ya ten¨ªan noticias antes de venir.
En los di¨¢logos sectoriales confluyeron referentes africanas de Etiop¨ªa, Nigeria, T¨²nez, Argelia, Sud¨¢frica, Mozambique, Mali, Kenia, Ghana, Marruecos, Mauritania, Senegal, Guinea, N¨ªger, Somalia, Rep¨²blica Democr¨¢tica de Congo, Cabo Verde, Egipto, Sud¨¢n, una cient¨ªfica jordana y especialistas espa?olas en materias como el activismo, la comunicaci¨®n, la educaci¨®n, el sector p¨²blico, el ¨¢mbito empresarial y los trabajos en materia de paz y seguridad. Al cabo de los mismos, la primera idea que se puso de manifiesto fue que la desigualdad existe en todas las sociedades, y lo que difieren son las armas que se utilizan para combatirla.
Uno de estos problemas que atraviesan fronteras y hemisferios, desde Europa hasta el sur de Sud¨¢frica, es el acceso de las acad¨¦micas a puestos de responsabilidad, tal como lo sintetiz¨® la profesora universitaria marroqu¨ª, Rajae El Khamsi, a partir de las conclusiones de su mesa: ¡°Las mujeres investigan y son catedr¨¢ticas, pero hace falta promoverlas, porque mujeres y hombres no tienen las mismas oportunidades en la Academia; para ellas resulta casi imposible acceder a puestos jer¨¢rquicos y, en algunos pa¨ªses de ?frica, ni siquiera llegan a ser catedr¨¢ticas. En los ¨¢mbitos de investigaci¨®n, tambi¨¦n es necesario un enfoque de g¨¦nero, porque ni las cargas familiares ni el uso del tiempo son los mismos en ambos g¨¦neros, por no hablar de la burocracia... Un ejemplo es la cantidad de firmas de jefes que hacen falta para viajar con una invitaci¨®n como esta. Hay que alinear la Academia con el activismo y promover una auditor¨ªa continua¡±.
Esta propuesta de auditar el cumplimiento de las normas, o de crear observatorios permanentes para vigilar c¨®mo se aplican las leyes en materia de desigualdad y violencia ¨Cque es la expresi¨®n m¨¢xima de desigualdad¨C tambi¨¦n estuvo presente en la mesa en la que se analizaron los asuntos jur¨ªdicos, tanto desde el punto del acceso a la Justicia, como en lo que a la carrera judicial se refiere. La conclusi¨®n es que hacen falta leyes espec¨ªficas porque, hasta hace muy poco tiempo, ¡°las leyes y las instituciones fueron hechas para enjaular a las mujeres¡±, tal como lo expres¨® la economista y defensora de los derechos civiles nigeriana, Hafasat Abiola-Costello, retomando una idea pronunciada por la apasionada abogada tunecina Yosra Frawes. Al mismo tiempo, resulta necesario el entrenamiento de jueces para reducir la influencia de los estereotipos de g¨¦nero, resumieron.
Conseguir m¨¢s presencia de mujeres en pol¨ªticas p¨²blicas y una mayor inversi¨®n en la creaci¨®n de redes fueron otros de los puntos recopilados en el plenario sobre las conversaciones sectoriales. Mientras que en la ¨²ltima reuni¨®n p¨²blica de puesta en com¨²n de sus experiencias compartidas a lo largo de casi una semana en Madrid, m¨¢s que la hoja de ruta, lo que prim¨® tambi¨¦n fue la gratitud hacia las ¡°hermanas¡± de ambos continentes, el coraje para seguir haciendo en com¨²n y un grito: A luta continua, pronunciado en portugu¨¦s.
En el mismo acto, la representante argelina, que hab¨ªa rehusado hablar con los medios de comunicaci¨®n (probablemente a causa de la dif¨ªcil situaci¨®n que viven las militantes feministas en su pa¨ªs), se refiri¨® a la barrera entre el norte y el sur, ¡°que cada d¨ªa se hace m¨¢s profunda¡±, y cant¨®, en ¨¢rabe, una canci¨®n de su pueblo, cuyo esp¨ªritu propuso extender a todas las mujeres de ?frica: ¡°Las argelinas no aceptan la humillaci¨®n. Continuar¨¢n la lucha hasta triunfar. La democracia es un derecho feminista. Somos y continuaremos siendo combatientes¡±.
As¨ª, pues, con cuatro de estas combatientes que han abierto caminos nuevos en sus sociedades dialog¨® Planeta Futuro. Estos son sus perfiles y sus desvelos:
Oumou Niar¨¦, jueza en Mali
T¨ªmida, pero contundente en su discurso, Oumou Niar¨¦ es magistrada desde 2004 y, desde 2019, preside un tribunal de gran instancia de Bamako. En Mali, hay 59 magistradas, aproximadamente un 10% de todos los jueces en activo. En su caso, tambi¨¦n trabaja en el ¨¢mbito de las asociaciones de mujeres juristas, en asuntos ligados a la trata de seres humanos y ayudando a las poblaciones vulnerables a que tengan acceso a la Justicia: ¡°En mi pa¨ªs es muy dif¨ªcil para las mujeres pobres acercarse a denunciar, porque no solo es que los abogados son caros, sino que ellas necesitan contar con gu¨ªas e instrucci¨®n para conocer una ley que desconocen. Las mujeres son mayoritariamente analfabetas¡±.
?Qu¨¦ ven¨ªa a contar a Madrid?, le preguntamos a Niar¨¦: ¡°Lo primero, que no me considero una l¨ªder. Simplemente, tuve la suerte de poder defenderme en la sociedad, de hacerme un lugar gracias a que tuve la oportunidad de instruirme, pero yo no soy mejor que otras mujeres. Les dije que ven¨ªa a Espa?a a hablar por esas mujeres, no por m¨ª. Por lo dem¨¢s, yo creo que la cooperaci¨®n puede hacerse en los dos sentidos, ya que puedo aportar mi experiencia de mujer maliense a las mujeres espa?olas¡±.
Sobre si la guerra en el norte de Mali ha afectado la labor judicial, Niar¨¦ es clara: ¡°En el norte de Mali contin¨²a la guerra y el dominio yihadista, y las mujeres que se quedaron est¨¢n como prisioneras. En las jurisdicciones del norte del pa¨ªs echaron a todos los jueces porque se adopt¨® la sharia, la ley isl¨¢mica. Y, por otro lado, tenemos que acoger a mujeres y ni?as que huyen de all¨ª sin documentos, que han perdido sus casas pero tambi¨¦n sus actas de nacimiento¡±.
Entre las cosas que la han sorprendido gratamente de este encuentro, la magistrada comenta la posibilidad de crear redes para compartir ideas tan saludables como el One stop center sudafricano, que consiste en hacer confluir en un ¨²nico lugar todos los servicios de atenci¨®n y denuncia, para que las mujeres v¨ªctimas de violencias no tengan que ir al m¨¦dico, luego al juez, luego a la polic¨ªa y contar mil veces su sufrimiento. Por otro lado, se lleva consigo la fuerza de la lucha de las tunecinas, ¡°que son tan fuertes como las espa?olas¡±, y destaca la figura de la abogada Yosra Frawes: ¡°Ella no tiene miedo a nada, ni a la familia, ni a la sociedad... Ese compromiso, esa seguridad que nos transmiti¨® es muy importante¡±.
Houda Babah Sid M¡¯hamed, doctora en F¨ªsica en Mauritania
Houda Babah Sid M¡¯hamed es actualmente la directora de un centro de cartograf¨ªa universitario y trabaja en un proyecto de monitorizaci¨®n del uso sostenible de los recursos naturales, conjuntamente con el Observatorio del Sahara y el Sahel (OSS).
Cuando arrib¨® desde Nuakchot, no sab¨ªa que se iba a encontrar con problemas tan similares de integraci¨®n de las mujeres en ¨¢mbitos de responsabilidad en la carrera acad¨¦mica y de investigaci¨®n, incluso en las universidades espa?olas. Adem¨¢s, confiesa que, gracias a estos di¨¢logos con profesoras de la Universidad Aut¨®noma de Madrid ha descubierto plataformas espa?olas de conocimiento con acceso abierto y gratuito y, entusiasmada, carga esa informaci¨®n en su maleta, para sus alumnas y el resto de docentes.
Entre otras coincidencias con sus colegas del continente, Babah Sid M¡¯hamed cuenta que se centraron en los problemas de las mujeres del campo, como el matrimonio infantil o las dificultades en el acceso a la educaci¨®n, que se sufren m¨¢s en el ¨¢mbito rural que en los ambientes urbanos. Adem¨¢s, sostiene que aqu¨ª discutieron la idea de crear una fundaci¨®n de mujeres del Sahel, ¡°porque all¨ª tenemos mucho en com¨²n¡±.
Amal Abdelkader Tawfik, la experta que atiende los casos de abuso en Egipto
Amal Abdelkader Tawfik trabaja en el ¨¢mbito estatal egipcio para proveer asistencia a v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero. Ella asegura que, desde la nueva constituci¨®n de 2014, en su pa¨ªs est¨¢n ¡°actualizando las leyes con perspectiva de g¨¦nero¡± y, por eso, le interesaba mucho saber c¨®mo lo han hecho en pa¨ªses como Espa?a.
Tambi¨¦n sostiene que en Egipto est¨¢n dando las mismas batallas que en otras sociedades del entorno, aunque ¡°de manera diferente, para tratar de llegar al mismo resultado¡±. Le preguntamos si estos convulsos tiempos en los pa¨ªses de las Primaveras ?rabes permitir¨ªan hablar de experiencias fallidas. Abdelkader Tawfik es taxativa: ¡°No hemos fallado en Egipto. Estamos en el proceso de conseguir la democracia que necesitamos. Las primaveras ¨¢rabes est¨¢n vivas en Libia, Siria y Sud¨¢n, pero son un camino que hay que recorrer¡±.
Julienne Lusenge, la activista m¨¢s experimentada de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo
Julienne Lusenge hace hincapi¨¦ en que es la mayor de este grupo. Tiene 63 j¨®venes a?os, pero lo que se le nota de lejos son el aplomo y la sabidur¨ªa vital. Trabaja desde la sociedad civil, sabe mucho y largo de las luchas feministas. ¡°Lo que aport¨¦ a Madrid fue el mensaje de las mujeres congole?as, a quienes hay que sostener para que participen m¨¢s¡±, advierte. Porque ¡°no somos solamente la capital de la violencia sexual, sino fundamentalmente la capital de las mujeres fuertes y solidarias, que tienen esperanza, y que luchan cotidianamente para cambiar las cosas, abolir las costumbres discriminatorias y las pol¨ªticas que las oprimen, para poder transformar nuestra comunidad¡±.
Cuando le preguntamos por lo que le ha marcado de este encuentro en Espa?a, Lusenge pone el foco en las j¨®venes africanas que ha conocido aqu¨ª, ¡°las que hacen investigaci¨®n y las activistas que trabajan contra la expropiaci¨®n de tierras, contra la discriminaci¨®n, por la igualdad, que son las que est¨¢n bregando por cambiar la imagen negra de nuestro continente¡±.
Acerca de los descubrimientos, si es que ha habido, en este marco, la militante feminista congole?a se detiene en el valor de acercarse a l¨ªderes mediterr¨¢neas y del Sahel, las que, normalmente, no est¨¢n cerca y no llegan a conocer, como las mujeres mauritanas o tunecinas. ¡°Eso ha sido importante para nosotras, las mujeres del sur del S¨¢hara. Tambi¨¦n encontramos a una mujer investigadora jordana, que utiliza la ciencia para la promoci¨®n del derecho de las mujeres. Vamos a quedar en contacto y tratar de aprender de su modelo, como de la labor de las juezas de Mozambique y Mali¡±.
No podemos despedirnos sin preguntarle por la lacra de la guerra en su pa¨ªs. Lusenge se explaya: ¡°La guerra de Congo se hace sobre el cuerpo de las mujeres; ese es el campo de batalla. Queremos la paz en nuestro pa¨ªs y que la misi¨®n de Naciones Unidas, que lleva a?os y a?os all¨ª, se eval¨²e de una vez por todas. Los pa¨ªses est¨¢n sosteniendo econ¨®micamente una misi¨®n que no est¨¢ dando resultados. Yo insto a los espa?oles que les pidan a sus gobernantes la respuesta a esta pregunta: ?Cu¨¢les son los resultados que ha tenido la misi¨®n de la ONU en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo despu¨¦s de 25 a?os?¡±
Sin dudas, las grandes preguntas tienen voz de mujer. Posiblemente tambi¨¦n las respuestas.
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