El ciberactivismo africano no est¨¢ dispuesto a renunciar a la soberan¨ªa digital del continente
En las nuevas amenazas y coacciones a periodistas, blogueros y activistas africanos resuenan los ecos del colonialismo, pero organizaciones como Africtivistes muestran su determinaci¨®n por combatirlas
¡°?Cu¨¢ntos de vosotros y vosotras hab¨¦is sido golpeados mientras informabais?¡±. Cuando Nnena Nwakanma lanzaba esta pregunta hace unos d¨ªas en la sala de un hotel de Abiy¨¢n, una veintena del medio centenar de asistentes levant¨® a mano. El bosque de brazos en alto se multiplica cuando la letan¨ªa de Nwakanma se refiere a insultos, amenazas o coacciones. Esta prestigiosa defensora de los derechos digitales, de origen nigeriano, conduce una de las actividades del tercer encuentro de Africtivistes, una organizaci¨®n panafricana de activistas digitales que promueven la democracia, en el que participaron periodistas, blogueros o inform¨¢ticas llegadas de una cuarentena de pa¨ªses africanos, de las di¨¢sporas y de algunos rincones de fuera del continente.
La conversaci¨®n gira en torno a la protecci¨®n de periodistas en l¨ªnea, de blogueros y blogueras, y de ciberactivistas. ¡°Ten¨¦is que seguir vivos¡±, exig¨ªa Nwaknma en su papel de madrina del encuentro, ¡°ser profesionalmente rigurosos y tener en cuenta que la salud mental es importante¡±. ¡°?Qu¨¦ necesitas para seguir con vida? ?Porque yo, yo necesito que sigas con vida!¡±, reclamaba Nwakanma a los periodistas y blogueros de su mesa redonda. M¨¢s all¨¢ de la cuesti¨®n de la seguridad, esta reuni¨®n en Costa de Marfil ha permitido actualizar las preocupaciones de los actores comprometidos del entorno digital en ?frica y tambi¨¦n afianzar sus compromisos y exigencias.
La seguridad siempre ha sido una de las razones de ser de Africtivistes y es una de las preocupaciones recurrentes de toda la comunidad de usuarios comprometidos del entorno digital en el continente africano. No en vano, durante este tercer encuentro, celebrado entre el 11 y el 13 noviembre en Abiy¨¢n, capital de Costa de Marfil, un periodista y una bloguera que trabajan en condiciones especialmente complicadas han sido reconocidos con el premio Anna Gu¨¨ye de medios y compromiso ciudadano.
Por un lado, Peter Nkanga, un defensor de la libertad de expresi¨®n nigeriano amenazado de muerte y exiliado, por su colaboraci¨®n en un una investigaci¨®n period¨ªstica sobre el exagerado poder y los abusos de un empresario medi¨¢tico de su pa¨ªs. Por otro lado, Fatoumata Harber una bloguera mal¨ª tozudamente instalada en Tumbuct¨², en medio de las tensiones entre los grupos armados que operan en el pa¨ªs saheliano y las denuncias de pasividad del gobierno.
Muchas de las conversaciones y una parte de los trabajos realizados durante la reuni¨®n de activistas digitales giraron en torno a la protecci¨®n y la seguridad, recordando las m¨²ltiples caras de las amenazas desde las f¨ªsicas hasta las psicol¨®gicas, pasando por las legales, tambi¨¦n las de la independencia financiera o las de la, a menudo olvidada, salud mental; incluso las que, en tono ir¨®nico, el senegal¨¦s Papa Ismaila Dieng calificaba como ¡°censura social¡±: ¡°A veces llaman a tu padre o a tu t¨ªo, para decirle, mira lo que est¨¢ haciendo tu hijo, deber¨ªas hablar con ¨¦l. Esa censura no es medible. Podemos saber cu¨¢ntos periodistas han sido encarcelados, cu¨¢ntos blogueros han sido asesinados, pero no podemos saber cu¨¢ntas llamadas se han hecho para presionar. Es una realidad que vivimos y que influye en el tratamiento de la informaci¨®n porque es el mayor motor de la autocensura¡±.
La lucha contra la desinformaci¨®n
Pero la organizaci¨®n ha madurado apresuradamente. A sus motivaciones iniciales, que en 2015 se centraban en el aprendizaje conjunto y en la protecci¨®n mutua, se han ido a?adiendo diferentes preocupaciones. El tsunami de las noticias falsas y la desinformaci¨®n pill¨® a los africtivistes en guardia, porque siempre han reclamado el rigor y la honestidad como herramientas de la actividad de blogueo, y porque inmediatamente toda la l¨®gica de la verificaci¨®n de datos e informaciones se incorpor¨® al ecosistema del activismo digital. Durante este encuentro en Abiy¨¢n, la lucha contra la desinformaci¨®n ha sido otro de los pilares, con trabajos sobre la elaboraci¨®n de informaciones en l¨ªnea de calidad y con el intercambio de experiencias de fact-checking en situaciones, en ocasiones, tan comprometidas como la de la Rep¨²blica Centroafricana, donde hay una guerra de informaci¨®n entre las potencias extranjeras con intereses en el pa¨ªs.
Quiz¨¢ la inquietud m¨¢s novedosa de esta nueva reuni¨®n ha sido la de la soberan¨ªa digital. A pesar de ser una incorporaci¨®n reciente en el cat¨¢logo de retos que el ciberactivismo africano debe abordar, la amenaza de esta nueva forma de control extranjero de la pol¨ªtica, la econom¨ªa y la vida cotidiana del continente ha acabado impregnando todas las conversaciones. Tal vez, la amenaza sobre la soberan¨ªa digital haya sido el desaf¨ªo m¨¢s presente durante todo el encuentro de Abidjan, la sombra que se ha cernido sobre todas las esperanzas.
Neocolonialismo tecnol¨®gico
¡°Hoy, uno de los grandes problemas es que la mayor parte de nuestros datos ni siquiera est¨¢n en nuestros pa¨ªses, sino que est¨¢n almacenados en el extranjero¡±, sentencia Cyriac Gbogou, vicepresidente de Africtivistes y un reconocido ciberactivista marfile?o. ¡°Por eso insistimos¡±, continua este experto, ¡°en concienciar a nuestros Estados que nuestros datos deben mantenerse en el pa¨ªs y ser gestionados por personas del pa¨ªs, porque existen las competencias necesarias. Adem¨¢s, aquel que guarda tus datos es el que sabe qui¨¦n eres y puede adaptar sus propuestas. Mientras que si eres t¨² mismo quien los controla, puedes saber mucho mejor cu¨¢les son las necesidades de tus ciudadanos y c¨®mo satisfacerlas¡±. Y advierte: ¡°Ya no es un debate, sino que es una urgencia¡±.
Hoy, uno de los grandes problemas es que la mayor parte de nuestros datos ni siquiera est¨¢n en nuestros pa¨ªses, sino que est¨¢n almacenados en el extranjeroCyriac Gbogou, vicepresidente de Africtivistes
Para Gbogou, el ejemplo de los datos es el m¨¢s evidente, pero hay muchos otros aspectos de la dimensi¨®n digital que marcan las condiciones de la soberan¨ªa digital y que los estados africanos est¨¢n desatendiendo. ¡°Nosotros mismos no estamos construyendo nuestras infraestructuras¡±, explica el activista, ¡°otros vienen a hac¨¦rnoslas, a menudo incluso se las entregan a nuestros Estados, bajo la forma de donaci¨®n y nuestros pa¨ªses est¨¢n muy contentos, pero en la trastienda no saben lo que est¨¢n haciendo con la informaci¨®n que circula por esas infraestructuras, no saben c¨®mo nos controlan¡±. Por ese motivo, la organizaci¨®n orienta su presi¨®n sobre las autoridades, pero tambi¨¦n intenta generar conciencia entre la sociedad civil. ¡°En Costa de Marfil, una empresa extranjera es contratada para hacer el censo de la poblaci¨®n. Los datos que recogen, se almacenan en el extranjero, pero despu¨¦s cuando nosotros queremos acceder, tenemos problemas para conseguirlo¡±, relata Gbogou.
Durante su discurso de inauguraci¨®n, Cheikh Fall, ciberactivista senegal¨¦s y presidente de Africtivistes, hab¨ªa marcado una clara l¨ªnea en cuanto a la importancia y la urgencia de trabajar por la soberan¨ªa digital en el continente, estableciendo un paralelismo entre la Conferencia de Berl¨ªn y las nuevas l¨®gicas de neocolonialismo digital: ¡°M¨¢s de 130 a?os despu¨¦s del reparto sistem¨¢tico de ?frica por parte de las potencias coloniales, el continente presenta un nuevo mapa con los colores de las superpotencias tecnol¨®gicas¡±. Haciendo referencia a esa intervenci¨®n extranjera en la construcci¨®n de infraestructuras o de centros de datos, en las donaciones de materiales e incluso de servicios como la conexi¨®n a las grandes autopistas de Internet, Fall advert¨ªa: ¡°Nuestros continente est¨¢ siendo repartido de nuevo ante nuestras miradas impotentes. Estamos creando una nueva dependencia¡±.
M¨¢s de 130 a?os despu¨¦s del reparto sistem¨¢tico de ?frica por parte de las potencias coloniales, el continente presenta un nuevo mapa con los colores de las superpotencias tecnol¨®gicasCheikh Fall, ciberactivista senegal¨¦s y presidente de Africtivistes
En la reacci¨®n a esa situaci¨®n, la activista senegambiana y coordinadora de la organizaci¨®n, Aisha Dab¨®, record¨® que ¡°el continente tiene dificultades para que se respete su verdadero peso en la esfera global, porque habitualmente no es capaz de hablar con una sola voz¡±. Para esta periodista y experta en comunicaci¨®n digital, la falta de coordinaci¨®n de los pa¨ªses africanos debilita su posici¨®n en los tira y afloja de las relaciones internacionales, pero el nuevo escenario digital plantea una oportunidad sin precedentes: ¡°Ya vamos con retraso, pero tenemos que hacerlo sin pens¨¢rnoslo m¨¢s, si no queremos que se nos escape tambi¨¦n esta revoluci¨®n que estamos viviendo ahora mismo, esta revoluci¨®n digital. La cuarta revoluci¨®n¡±.
Los trabajos de este particular congreso de las y los ciberactivistas africanos y sus reflexiones sobre la seguridad, la desinformaci¨®n, los marcos legales, las pol¨ªticas p¨²blicas, el compromiso ciudadano, el gobierno abierto o todas las derivadas de esa b¨¢sica soberan¨ªa digital han cristalizado en una declaraci¨®n. Africtivistes sigue edific¨¢ndose m¨¢s como un movimiento que como una organizaci¨®n formal, a pesar de su constituci¨®n legal, en el que, para ser miembro, basta con compartir valores de ciudadan¨ªa y democracia, estar comprometido con una transformaci¨®n social positiva y confiar en las herramientas digitales.
La mayor parte de esas condiciones se reflejan en la que se ha bautizado como la Declaraci¨®n de Abiy¨¢n que contiene los compromisos de los activistas, pero tambi¨¦n sus exigencias. Este documento establece un dec¨¢logo que incluye la gobernanza democr¨¢tica de internet, la promoci¨®n de la econom¨ªa digital, la garant¨ªa de la protecci¨®n de datos, la aportaci¨®n a la elaboraci¨®n de pol¨ªticas p¨²blicas, el trabajo por una informaci¨®n en l¨ªnea de calidad, la colaboraci¨®n entre periodistas y blogueros, la lucha contra la desinformaci¨®n y los discursos de odio, la sensibilizaci¨®n de la ciudadan¨ªa sobre sus derechos digitales, o el trabajo con los y las m¨¢s j¨®venes para que puedan extraer todo el partido de la web 2.0.
Algunas de las palabras de Fall durante la inauguraci¨®n del encuentro, resonaron durante todas las reuniones, marcaron los trabajos e incluso acompa?aron a los participantes de regreso a sus pa¨ªses. Unas, recordando la espada de Damocles que se cierne sobre el entorno digital africano. ¡°El continente est¨¢ perdiendo su independencia y su soberan¨ªa digital y ser¨¢ recolonizado en un futuro pr¨®ximo. De ah¨ª la necesidad de reestructurar el territorio digital africano apoy¨¢ndonos en los recursos, las infraestructuras y los usos locales¡±, advert¨ªa el ciberactivista senegal¨¦s. Otras, con un tono mucho m¨¢s inspirador: ¡°?Qui¨¦n conducir¨¢ la lucha ante estos desaf¨ªos? Ninguno de nuestros pa¨ªses puede enfrentarse a ellos en solitario. Una vez m¨¢s, tenemos una cita con la Historia. Debemos optar por enfrentarnos a esta transformaci¨®n digital o sufrirla¡±.
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