Piensos y soja: aliados para destruir el Amazonas
A pesar de que existen acuerdos internacionales para proteger la selva amaz¨®nica, en los ¨²ltimos diez a?os se han talado m¨¢s de mil kil¨®metros cuadrados de esta masa tropical para producir materias primas agr¨ªcolas o alimentos para ganado que luego son enviados a pa¨ªses europeos
En las explotaciones de soja brasile?as se han talado m¨¢s de mil kil¨®metros cuadrados de selva amaz¨®nica durante la ¨²ltima d¨¦cada, a pesar del acuerdo internacionalmente reconocido para proteger la masa tropical. La que se cultiva en las zonas m¨¢s afectadas por esta deforestaci¨®n se env¨ªa con frecuencia a Reino Unido, Espa?a y otros pa¨ªses europeos para usarla como alimento para el ganado en explotaciones agr¨ªcolas industriales por parte de grandes comerciantes de grano.
En el estado de Mato Grosso, que se extiende a lo largo de la parte meridional del Amazonas y en el que se cultiva m¨¢s soja que en cualquier otro lugar de Brasil, se destruyeron 1.180 kil¨®metros cuadrados de selva tropical entre 2009 y 2019 en esta clase de explotaciones, para desarrollar otras materias primas agr¨ªcolas o tambi¨¦n proporcionar pastos para la ganader¨ªa. La mayor parte de esta reducci¨®n arb¨®rea era ilegal.
La Moratoria de la Soja del Amazonas, que se introdujo por primera vez en 2006 ¨Cy que las ONG y los expertos acad¨¦micos consideran un ¨¦xito¨C impide su venta si procede de terrenos deforestados desde 2008. Pero la producci¨®n de carne de vacuno y otros cultivos no est¨¢n restringidas, lo que significa que los agricultores pueden vender la soja que no procede de la eliminaci¨®n de la selva tropical y sigan destruy¨¦ndola para el ganado, el ma¨ªz y otras materias primas.
Los hallazgos contradicen las afirmaciones de algunas empresas procesadoras de carne y de alimentos para animales, as¨ª como de algunos supermercados internacionales, pues alegan que esta soja no est¨¢ directamente relacionada con la destrucci¨®n del Amazonas; un importante vendedor de pienso para ganado presum¨ªa recientemente en una charla virtual de que ¡°esa relaci¨®n no existe¡±. Los defensores del medio ambiente han calificado esas afirmaciones de ¡°ecoblanqueamiento¡±.
Algunos municipios en Mato Grosso est¨¢n muy amenazados por este tipo de pr¨¢ctica, ya que muchas explotaciones siguen talando el bosque para generar recursos agr¨ªcolas distintos.
El an¨¢lisis fue llevado a cabo por la ONG brasile?a Instituto Centro de Vida (ICV), que lo comparti¨® con Unearthed, la Oficina de Periodismo de Investigaci¨®n (The Bureau of Investigative Journalism, TBIJ) y Ecostorm. Los investigadores combinaron los datos obtenidos por sat¨¦lite sobre la presencia o no ¨¢rboles cortados, los registros sobre la propiedad de las tierras y los mapas que mostraban d¨®nde se sembraba soja en 2019 para calcular la posible extensi¨®n de las tierras afectadas.
Es probable que estas cifras sean conservadoras porque para el an¨¢lisis se emple¨® la redefinici¨®n de los l¨ªmites del Amazonas que estableci¨® el Gobierno en 2019. En ella, algunos puntos muy afectados aparecen reclasificados como tierra de sabana, que no est¨¢ incluida en la moratoria.
Los estudios han demostrado que la moratoria ha logrado impedir que la selva tropical se convierta directamente en campos de soja. El an¨¢lisis de ICV muestra que, de todas las tierras deforestadas en Mato Grosso en 2018, se calcula que solo un 7% se transform¨® en esta clase de cultivo en 2019.
Sin embargo, la apuesta por la plantaci¨®n de esta leguminosa ha seguido aumentando en el Amazonas, principalmente en tierras que hab¨ªan sido desbrozadas previamente, por lo general para el ganado. Este incremento puede provocar indirectamente una nueva deforestaci¨®n porque los ganaderos venden a los agricultores obteniendo una ganancia y se trasladan m¨¢s al interior de la selva, donde la tierra es m¨¢s barata.
Abiove, la principal asociaci¨®n de comerciantes, afirma que la moratoria ha provocado una importante disminuci¨®n de la tala en los municipios productores. La asociaci¨®n a?ade que est¨¢ al tanto de los estudios que han revelado la utilizaci¨®n de explotaciones de soja para otros fines.
Unearthed, la Oficina y Ecostorm han llevado a cabo un seguimiento de las cadenas de suministro para identificar a los propietarios de los terrenos en los que se cultivan esta y otras plantas procedentes de regiones de alto riesgo y que se exportan a pa¨ªses europeos; han descubierto que grandes comerciantes como Bunge son los mayores vendedores. Esta empresa de materias primas, que cotiza en la Bolsa estadounidense, env¨ªa la variedad brasile?a a Espa?a. En 2021, este pa¨ªs import¨® 878.000 toneladas de municipios con al menos siete kil¨®metros cuadrados de deforestaci¨®n oculta en explotaciones de soja.
Tambi¨¦n se ha descubierto que Cargill env¨ªa a Europa cultivos de zonas afectadas.
La moratoria se impuso despu¨¦s de las protestas en todo el mundo por la tala descontrolada en Brasil a principios de la d¨¦cada de 2000; solo en 2004 se destruyeron 27.800 kil¨®metros del Amazonas. Muchos atribuyen al acuerdo el m¨¦rito de haber contribuido a reducir significativamente esa pr¨¢ctica: entre 2004 y 2012, la esquilmaci¨®n de esta selva disminuy¨® un 84%. Pero en los ¨²ltimos a?os, ha vuelto a dispararse, hasta alcanzar el a?o pasado su m¨¢ximo en 15 a?os, fomentada, seg¨²n los defensores del medio ambiente, por el discurso y las pol¨ªticas antiecol¨®gicas del presidente Jair Bolsonaro.
Holly Gibbs, profesora de Geograf¨ªa y Estudios Medioambientales de la Universidad de Wisconsin en Madison, explica que la moratoria ha tenido mucho ¨¦xito a la hora de impedir la destrucci¨®n del Amazonas causada directamente por la soja y ha allanado el camino para posteriores compromisos en este sentido en Brasil y en todo el mundo. Pero a?ade que, en muchos casos, ¡°al mismo tiempo que los agricultores cumplen la moratoria, siguen deforestando ilegalmente para otros fines¡±.
Gibbs indica que los hallazgos muestran que es m¨¢s probable que los agricultores acaten m¨¢s los acuerdos comerciales que la legislaci¨®n nacional. ¡°Ahora que el mundo empieza a exigir el fin de la deforestaci¨®n, se est¨¢ presionando a los comerciantes para que eliminen esta laguna en la aplicaci¨®n de la legislaci¨®n medioambiental brasile?a¡±, se?ala. ¡°La legislaci¨®n de la Uni¨®n Europea, Reino Unido y Estados Unidos complica la actual deforestaci¨®n en las propiedades en las que se siembra soja. El sector podr¨ªa plantearse ampliar la medida para impedir cualquier pr¨¢ctica relacionada¡±.
En 2020, Reino Unido import¨® m¨¢s de 140.000 toneladas de la legumbre procedente de municipios con al menos siete kil¨®metros cuadrados de deforestaci¨®n oculta en otras explotaciones y unas 50.000 toneladas de ma¨ªz, que tambi¨¦n se utiliza como pienso para los animales.
El municipio de Ga¨²cha do Norte registr¨® la tasa m¨¢s alta de este tipo de pr¨¢ctica entre 2009 y 2019, con m¨¢s de 80 kil¨®metros cuadrados desaparecidos. Seg¨²n Trase, toda la soja de este lugar se export¨® en 2018, el ¨²ltimo a?o para el que existen datos disponibles. Cargill, el gigante agr¨ªcola estadounidense, ha sido el responsable de la exportaci¨®n desde este municipio. La empresa asegura: ¡°Hemos apoyado sin reservas la moratoria brasile?a en el Amazonas desde 2006¡å.
Por su parte, Bunge declara: ¡°Bunge se compromete a la sostenibilidad de las cadenas de suministro y a lograr que est¨¦n libres de deforestaci¨®n de aqu¨ª a 2025. En cuanto a nuestras operaciones en el bioma amaz¨®nico, en consonancia con nuestro compromiso como firmantes de la moratoria, no provocan la eliminaci¨®n de ¨¢rboles desde 2008¡å.
Raoni Raj?o, catedr¨¢tico de la Universidad Federal de Minas Gerais y especialista en pol¨ªtica agr¨ªcola y medioambiental, afirma que el control de la moratoria es bueno, pero que las normas actuales son ¡°insuficientes¡±. ¡°Solo se controlan las zonas espec¨ªficas en las que se produce soja, no toda la propiedad. Los agricultores ya se han dado cuenta de esta laguna¡±, detalla.
El Retail Soy Group, que representa a minoristas importantes como Sainsbury¡¯s, Tesco, Lidl y Waitrose, se?ala: ¡°Todas las acusaciones que se vierten en esta investigaci¨®n ponen a¨²n m¨¢s de manifiesto la necesidad de reforzar la protecci¨®n legal de estos ecosistemas vitales¡±. El grupo reconoce que existen puntos d¨¦biles y limitaciones en la norma.
La densa selva tropical amaz¨®nica cubr¨ªa antes los l¨ªmites septentrionales de Mato Grosso, donde hab¨ªa sabana y bosques en el este y zonas h¨²medas en el sur. Pero la fiebre por el cultivo de la soja, que empez¨® en la d¨¦cada de 1970 ha convertido el estado en un gigante de la agricultura.
La investigaci¨®n de TBIJ ha determinado que algunos municipios de Mato Grosso parecen especialmente vulnerables frente a esta deforestaci¨®n oculta y ha descubierto v¨ªnculos comerciales con Europa y China. El an¨¢lisis tambi¨¦n muestra un importante flujo de producci¨®n desde estas zonas hacia Reino Unido, lo que da a entender que es muy probable que las cadenas de suministro de Reino Unido se aprovechen de ella.
Ana Paula Valdiones, coordinadora del programa de transparencia medioambiental de ICV, explica: ¡°Mato Grosso necesita un acuerdo m¨¢s amplio, adem¨¢s de la moratoria, que controle totalmente las explotaciones, incluya otros plant¨ªos y aumente la transparencia de los procesos y de los resultados de las auditor¨ªas¡±.
Mar?iwats¨¦d¨¦ significa bosque denso, pero es la reserva ind¨ªgena m¨¢s deforestada del Amazonas: ya se ha perdido cerca del 75% de su vegetaci¨®n original.
Para los pueblos ind¨ªgenas que siempre han vivido en la regi¨®n, los cambios han provocado alteraciones extremas en su modo de vida. El territorio Mar?iwats¨¦d¨¦, que se extiende por la frontera de S?o Felix do Araguaia y otros dos municipios en Mato Grosso, fue ocupado y deforestado ilegalmente en la d¨¦cada de 1990. En 2012-2013 se expuls¨® a m¨¢s de 400 agricultores despu¨¦s de una sentencia del Tribunal Supremo, pero para los m¨¢s de 1.000 miembros de la etnia xavante que viven ah¨ª, el da?o ya estaba hecho.
El equipo de TBIJ visit¨® el territorio Mar?iwats¨¦d¨¦ a principios de enero recorriendo una carretera no asfaltada a trav¨¦s de pastos y campos de soja. El jefe de los mar?iwats¨¦d¨¦s, Dami?o Paridzan¨¦, aseguraba que todav¨ªa siguen sufriendo las consecuencias a largo plazo de la invasi¨®n.
Mar?iwats¨¦d¨¦ significa bosque denso, pero es la reserva ind¨ªgena m¨¢s deforestada del Amazonas: ya se ha perdido cerca del 75% de su vegetaci¨®n original. La comunidad vive en un paisaje de pastos abandonados en los que la naturaleza apenas ha empezado a desarrollarse en ellos.
Solo unas pocas manchas de vegetaci¨®n salpican los 1.650 kil¨®metros cuadrados de terreno reservados para la comunidad. La mayor¨ªa de la gente vive en chozas de madera de una sola estancia con tejados de paja y fuegos comunitarios para cocinar en el exterior.
Paridzan¨¦, sentado en el porche de su casa, explica que el nivel del r¨ªo ha bajado debido a que los negocios agr¨ªcolas consumen mucha agua, y la disminuci¨®n del h¨¢bitat del bosque ha afectado a las poblaciones de fauna salvaje, lo que hace que a los ind¨ªgenas les resulte m¨¢s dif¨ªcil pescar y cazar animales tradicionales como las aves, los osos hormigueros y los monos. Sin ellos, la comunidad subsiste gracias a las cestas de alimentos b¨¢sicos del Gobierno.
Un grupo de mujeres xavantes trabaja para recolectar semillas y reforestar las tierras destrozadas. ¡°Lo que queremos ahora es recuperar el bosque y la naturaleza¡±, remacha Paridzan¨¦.
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