Casi la mitad de los embarazos del mundo no son buscados

Ni lo planearon ni lo buscaron. Tal vez ni siquiera quisieron mantener relaciones sexuales. Y mucho menos tener un hijo despu¨¦s de aquello. Quiz¨¢s a¨²n eran ni?as. O simplemente no so?aban con ser madres. Pero para 121 millones de mujeres y ni?as la maternidad no fue una opci¨®n. Estas representan la mitad de las gestaciones mundiales. La cifra se ha mantenido constante cada a?o desde 2015, seg¨²n el ¨²ltimo informe global de la UNFPA, Visibilizar lo Invisible: La necesidad de actuar para poner fin a la crisis desatendida de los embarazos no intencionales. Para los expertos, las estad¨ªsticas son el s¨ªntoma de un mundo a¨²n ¡°muy desigual¡± en el que las mujeres siguen sin ser due?as de su sexualidad ni su cuerpo.

Se traducen en una media de 331.000 gestaciones no planificadas al d¨ªa. Y las causas resultan tan diversas como preocupantes: violencia sexual, dificultades econ¨®micas, uniones tempranas, leyes restrictivas (o inexistentes) de aborto, dificultad de acceso a anticoncepci¨®n... El problema de este ¨²ltimo factor ¨Cque suele ser sobre el que m¨¢s hincapi¨¦ hace la educaci¨®n sexual alrededor del globo¨C ya no es la primera causa por las mujeres no hacen uso de la planificaci¨®n familiar. Las razones est¨¢n m¨¢s relacionadas ahora con los efectos secundarios, los mitos, el estigma y la oposici¨®n de terceras personas (familiares, pareja, autoridades religiosas). A d¨ªa de hoy, un 45% de la poblaci¨®n femenina dice no tener opci¨®n de elegir si tienen o no relaciones sexuales con su pareja, ni utilizar anticonceptivos o buscar atenci¨®n m¨¦dica.

En 47 pa¨ªses (de los que se pudo obtener datos), alrededor del 40% de las mujeres sexualmente activas no estaban empleando alg¨²n m¨¦todo anticonceptivo. Son cerca de 257 millones de personas. Luis Mora, representante residente del UNFPA Marruecos, matiza: ¡°Muchas veces no se trata de barreras f¨ªsicas, como que las futuras madres no tengan puestos de salud cerca. Existen muchas barreras culturales, religiosas e incluso legislativas. Todav¨ªa hoy hay pa¨ªses en los que solo el marido puede autorizar formalmente qu¨¦ anticonceptivos usa su esposa¡±.

La humanidad ha normalizado durante mucho tiempo que se prive a la mujer de la autonom¨ªa sexual y reproductiva

Luis Mora representante residente del UNFPA Marruecos

Tanto las cifras como la nomenclatura citadas en esta investigaci¨®n, elaborada por el Fondo de Poblaci¨®n de las Naciones Unidas, son muy tajantes. Cerca del 60% de los embarazos accidentales ¨Cy el 30% de todos¨C termina en aborto. ¡°Estos procedimientos en condiciones de riesgo son una de las principales causas de las m¨¢s de 800 muertes maternas que se producen al d¨ªa. Este es un precio que el mundo, sencillamente, no puede permitirse¡±, zanja Natalia Kanem, la directora ejecutiva de la entidad, en un comunicado. Para la doctora, estos datos son un ¡°fracaso mundial en la defensa de los derechos humanos fundamentales¡±.

Pero el estudio no se centra apenas en la necesidad de legalizar la interrupci¨®n voluntaria del embarazo, es un an¨¢lisis detallado que ahonda en los m¨²ltiples factores detr¨¢s de la maternidad forzada. ¡°Son datos alarmantes que muestran una crisis silenciada. Latente, pero invisible¡±, narra por tel¨¦fono Mora. Aunque el experto critica la desigualdad de g¨¦nero ligada estrechamente al desarrollo de cada naci¨®n, lamenta que no haya ning¨²n pa¨ªs ¡°plenamente igualitario¡±: ¡°La humanidad ha normalizado durante mucho tiempo que se prive a la mujer de la autonom¨ªa sexual y reproductiva¡±.

Y esta no es la ¨²nica forma de violencia ejercida. Casi una cuarta parte de todas las mujeres no puede negarse a mantener relaciones sexuales, de acuerdo al informe. Con estas cifras sobre la mesa, los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) suenan muy lejanos. Aunque la tendencia global en t¨¦rminos relativos es a la disminuci¨®n, los datos absolutos en los pa¨ªses con mayores tasas de natalidad ¨Cen su mayor¨ªa, pa¨ªses africanos¨C siguen creciendo. ¡°Poder tomar decisiones reproductivas informadas estimular¨ªa otros avances en el desarrollo. Pero el crecimiento que acompa?a el aumento poblacional tambi¨¦n implica m¨¢s violencia sexual, m¨¢s embarazos adolescentes¡­¡±, lamenta Mora.

El 13% de todas las mujeres j¨®venes en los pa¨ªses en desarrollo se inician en la maternidad siendo ni?as. Y una vez que son madres, tienden a volver a serlo. Cerca del 75% de las menores que dan a luz por primera vez a los 14 a?os o antes tuvieron un segundo hijo antes de cumplir los 20, y el 40% de las que tienen estos dos embarazos tambi¨¦n dieron a luz a un tercero antes de los 20. La mayor¨ªa de estos partos son producto de uniones tempranas o matrimonios infantiles, una pr¨¢ctica presente en m¨¢s de 50 pa¨ªses y que hace que la rueda siga girando.

Los conflictos como lupa

La guerra en Ucrania y otros conflictos alrededor del mundo podr¨ªan traducirse tambi¨¦n en factores que aumenten esta tendencia, a medida que el acceso a la anticoncepci¨®n se vea interrumpido y la violencia sexual aumente. Afganist¨¢n ha sido el ejemplo m¨¢s reciente. Se estima que la crisis y la llegada al poder de los talibanes provocar¨¢ 4,8 millones de embarazos no buscados hasta 2025.

¡°Si solo tuvieras 15 minutos para huir de tu casa, ?qu¨¦ te llevar¨ªas? ?Te llevar¨ªas tu pasaporte? ?Comida? ?Te acordar¨ªas de tus anticonceptivos?¡±, se preguntaba la doctora Kanem. ¡°En los d¨ªas, semanas y meses posteriores al inicio de una contienda, los servicios de protecci¨®n y de salud sexual y reproductiva salvan vidas, protegen a las mujeres y las ni?as de da?os y evitan gestaciones no intencionales. Son tan vitales como la comida, el agua y los albergues¡±.

No solo cosa de mujeres

La primera p¨ªldora anticonceptiva para mujeres fue desarrollada en la d¨¦cada de 1950. Sin embargo, los primeros avances para lograr una pastilla similar para hombres se vieron hace un par de semanas y a¨²n no han dado resultados. Aunque la paternidad es una condici¨®n que no se entiende sin (al menos) dos personas, la planificaci¨®n familiar suele recaer en manos de las mujeres, quienes cuentan con m¨¢s de una veintena de m¨¦todos, frente a los tres principales masculinos: la interrupci¨®n del coito, preservativos y vasectom¨ªa.

Esto conlleva a que la mayor parte de la carga de la anticoncepci¨®n ¨Cque engloba los costes, el tiempo que se dedica a acudir a los servicios sanitarios y los efectos secundarios¨C recaiga sobre las mujeres. Incluso cuando estas cuentan con poco (o nada) poder de decisi¨®n. ¡°Hasta que no tomen ellas el control sobre sus cuerpos, seguiremos hablando de estos datos¡±, explica Mora. ¡°Pero la autonom¨ªa sexual y reproductiva puede ser el motor de grandes cambios en materia de desarrollo. Y no solo para mujeres¡±.

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