La mujer que aprendi¨® a levantarse porque no pod¨ªa caminar
En Togo las personas con discapacidad enfrentan m¨²ltiples retos, y especialmente las mujeres, pero algunas como Enyonam Mary Sleysor son el ejemplo viviente de que para tener una vida plena no hay que poder, solo querer
Cuando era muy peque?a, a Enyonam Mary Sleysor le toc¨® el lim¨®n m¨¢s amargo. Y con ¨¦l se hizo una limonada. A los tres a?os era una ni?a sana y corriente, pero un d¨ªa se puso enferma, la llevaron al hospital y all¨ª le suministraron una inyecci¨®n que le afect¨® a los nervios de las piernas. Eso le cuenta su madre, que fue la primera que se dio cuenta de que su hija ya no pod¨ªa incorporarse y, mucho menos, caminar.
Pero Sleysor logr¨® ponerse en pie, en sentido literal y figurado. Hija de familia pol¨ªgama y con 14 hermanos en casa, sus padres nunca permitieron que se sintiera de menos. Ella ser¨ªa una m¨¢s, como los dem¨¢s. ¡°Mi familia me amaba tanto que incluso me olvid¨¦ de mi discapacidad¡±, afirma, orgullosa, en este v¨ªdeo.
Estudi¨® Sociolog¨ªa en la universidad y hoy trabaja como asistente de proyecto de Aprofehto, una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro fundada en 1997 en Togo que trabaja para que las personas con alg¨²n tipo de diversidad funcional gocen de los mismos derechos y libertades que el resto de la sociedad. Hoy tiene 329 miembros en el pa¨ªs, est¨¢ presente en seis ciudades y dirigen sus esfuerzos a mujeres y ni?os, especialmente.
Sleysor no considera haberlo tenido m¨¢s complicado que otras personas, pero es consciente de los problemas que los ciudadanos con alguna limitaci¨®n f¨ªsica tiene que abordar en una ciudad como Lom¨¦. Y en el pa¨ªs en general, ya sea por falta de infraestructuras adecuadas como por el estigma que a¨²n sufren por parte de la sociedad que piensa que su condici¨®n es fruto de maldiciones.
Otra dificultad a?adida es la ausencia de pol¨ªticas sociales en el pa¨ªs, algo que fomenta la exclusi¨®n de este sector de la poblaci¨®n, pues acaban siendo consideradas una carga para sus familias. ¡°En consecuencia, los derechos de estas mujeres apenas se reconocen y muchas de ellas viven en contextos de pobreza extrema: apenas acceden a los servicios sociales b¨¢sicos, generalmente son analfabetas y no disponen de recursos econ¨®micos para subsistir¡±, explican desde fundaci¨®n espa?ola Anesvad, que desde 2022 destina una parte de su financiaci¨®n a apoyar los proyectos de estas mujeres.
Por eso, Sleysor y sus compa?eros trabajan en m¨²ltiples frentes: por una parte, con la poblaci¨®n togolesa para que cambien de mentalidad y dejen de discriminar a quienes no se ven como ellos; por otra, insisten mucho a sus asociadas para que se convenzan de que ellas ¨Co sus hijos, si es el caso¨C pueden lograr cualquier cosa, independientemente de su condici¨®n f¨ªsica. ¡°Eres una mujer discapacitada y tienes que luchar porque en la vida, si no luchas, no llegar¨¢s a nada¡±., proclama Sleysor.
Tambi¨¦n facilitan el acceso a servicios sociales b¨¢sicos, sobre todo en lo que se refiere al suministro de ayudas tan necesarias como bastones, triciclos, sillas de ruedas... Pero tambi¨¦n a educaci¨®n y medios de subsistencia. En este sentido, est¨¢n acompa?ando a las afiliadas para que se atrevan a iniciar actividades econ¨®micas, ¨Cgeneradoras de ingresos, en lenguaje t¨¦cnico¨C, que les permitan ganar autonom¨ªa financiera. Para que ya s¨ª que no tengan ninguna cadena m¨¢s que romper y vuelen tan alto como ellas quieran.
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