La herencia de la pandemia en Nepal: el aumento de la trata de personas
A medida que la covid-19 retrocede, la esclavitud moderna amenaza con ocupar el vac¨ªo econ¨®mico que ha dejado la crisis sanitaria
Tras dos a?os aislado del mundo exterior, un grupo de aldeas tradicionales magar situadas a la sombra del gigantesco Dhaulagiri, en la regi¨®n de las colinas centrales de Nepal, vuelve a acoger t¨ªmidamente vida de otros lugares cuando alg¨²n ocasional caminante extranjero lo atraviesa o se detiene para descansar sus fatigados miembros. Estos visitantes, equipados de pies a cabeza con prendas de marca, son como aves raras avistadas desde lejos, portadoras de esperanza, que animan a los aldeanos a desempolvar los alojamientos de la comunidad y encender las estufas.
La covid-19 diezm¨® el turismo de Nepal, pero este no fue el ¨²nico sector que sufri¨®. Seg¨²n un estudio de la ONU, los trabajadores estacionales y temporales, que representan el 60% de la mano de obra, se quedaron sin ingresos, y la predicci¨®n que el Banco Mundial hizo en 2020 de que el 31,2% de la poblaci¨®n del pa¨ªs se hundir¨ªa en la extrema pobreza ha resultado acertada.
¡°Ahora mucha gente se encuentra en una situaci¨®n mucho m¨¢s vulnerable que antes de la covid-19 e intenta salir del pa¨ªs en busca de cualquier trabajo¡±, se?ala Bishwo Kadkha, director de la organizaci¨®n contra el tr¨¢fico de personas Maite Nepal, que en ocasiones se ha asociado con Ayuda en Acci¨®n.
Los nepal¨ªes vuelven a estar en marcha, pero la emigraci¨®n tiene sus propios peligros, encarnados en las agencias de contrataci¨®n sin escr¨²pulos y los tiburones de la trata. Los que encuentran trabajo por medios irregulares y en sectores invisibles, como las casas privadas, est¨¢n particularmente expuestos a la esclavitud moderna y a la explotaci¨®n sexual, como pon¨ªa de relieve un informe de 2019 elaborado por la iniciativa Walk Free (Camina libremente) de la Fundaci¨®n Minderoo y la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM).
En v¨ªsperas de la pandemia, la Comisi¨®n de Derechos Humanos de Nepal present¨® sus ¨²ltimos datos. Seg¨²n sus c¨¢lculos, en 2018, 35.000 nepal¨ªes ?15.000 hombres, 15.000 mujeres y 5.000 ni?os? fueron v¨ªctimas del tr¨¢fico, y 1,5 millones (5%) estaban en peligro de serlo.
Mientras que los emigrantes hombres son captados para el trabajo forzado en proyectos como la construcci¨®n de las infraestructuras del Mundial de f¨²tbol de 2022 en Qatar, las mujeres y los ni?os se suelen destinar al comercio sexual. Ahora se teme que las consecuencias econ¨®micas de la covid-19 agraven un problema ya cr¨ªtico, sobre todo el de las j¨®venes nepal¨ªes atra¨ªdas con enga?os fuera del pa¨ªs a trav¨¦s de la frontera abierta con India.
¡°Es algo que ha seguido practic¨¢ndose incluso durante la pandemia¡±, declara Kadkha. ¡°Las chicas nepal¨ªes tienen mucho ¨¦xito en los prost¨ªbulos indios por su piel m¨¢s clara y sus ojos rasgados. Si son muy j¨®venes, les inyectan hormonas para que parezcan m¨¢s maduras sexualmente. Con la llegada del sida empez¨® una gran demanda de j¨®venes v¨ªrgenes. Se cre¨ªa que tener relaciones sexuales con ellas curaba la enfermedad¡±.
Manita Chaundray (nombre ficticio), de 21 a?os, fue sometida a ese tratamiento cuando, a los nueve a?os, fue secuestrada en la remota regi¨®n occidental de Sudurpaschim y llevada a un burdel de Calcuta por dos mujeres que la cogieron en la calle. ¡°Me dijeron que me tratar¨ªan como si fueran mis madres. Me parecieron amables y cari?osas¡±, cuenta la mujer. ¡°Cuando me pusieron las inyecciones no me di cuenta de lo que estaba pasando. Durante los primeros tres meses solo me alimentaban y me daban la medicina cada d¨ªa. Despu¨¦s, me obligaron a ir con hombres. Cuando me negu¨¦, me pegaron y me dejaron pasar hambre durante semanas. Empec¨¦ a preguntarme por qu¨¦ estaba viva¡±.
A los 13 a?os, Chaundray se escap¨® del burdel, pero como sus padres se hab¨ªan asegurado de que no pudiera encontrarlos, volvi¨® a caer en la trampa de los traficantes. Una nepal¨ª de 19 a?os que fing¨ªa ser su amiga la vendi¨® a unos intermediarios que la llevaron a un prost¨ªbulo en Delhi. Al cabo de un a?o y medio, fue rescatada en una redada de la polic¨ªa india y repatriada a Nepal, donde recibi¨® ayuda y educaci¨®n a trav¨¦s de Shakti Samuha, una ONG gestionada por supervivientes de la trata. Ahora es profesora de danza en Katmand¨².
Seg¨²n Kadkha, casi toda la trata de personas tiene que ver con la explotaci¨®n sexual. ¡°Incluso cuando emigran para trabajar como empleadas dom¨¦sticas, el 90% son v¨ªctimas de abusos sexuales¡±, denuncia, y a?ade que esto significa que las emigrantes que vuelven cargan con un enorme estigma, en particular relacionado con el sida, aunque asegura que esa actitud est¨¢ cambiando poco a poco.
En Nepal, el tr¨¢fico de personas es un fen¨®meno muy complejo y extendido. Los prost¨ªbulos indios en los que acaban las mujeres y las ni?as nepal¨ªes suelen estar regentados por mujeres de su mismo pa¨ªs que, a su vez, fueron v¨ªctimas de la trata en el pasado y han montado su propio negocio. Tienen contactos con los habitantes de los pueblos y las zonas rurales de Nepal, en los que vive el 79,4% de la poblaci¨®n. Estos contactos act¨²an como intermediarios y convencen a las familias de que a las j¨®venes les espera una buena educaci¨®n o un buen trabajo. Dentro de Nepal, como no hay prost¨ªbulos propiamente dichos, las mujeres y las ni?as son vendidas al llamado sector del entretenimiento, donde trabajan en salones de masaje y clubs de baile para adultos.
Las agencias de contrataci¨®n tambi¨¦n colaboran con intermediarios que van ofreciendo puestos de trabajo por las zonas rurales y luego, a cambio de una elevada cantidad de dinero, proporcionan los documentos para trabajar en el extranjero, principalmente en Malasia y los pa¨ªses del Golfo.
¡°Muchas mujeres van a los pa¨ªses del Golfo para trabajar en el servicio dom¨¦stico, donde las maltratan f¨ªsica y sexualmente¡±, denuncia Benu Maya Gurung, cuya federaci¨®n de organizaciones Alianza contra el Tr¨¢fico de Mujeres y Ni?os en Nepal (AATWIN, por sus siglas en ingl¨¦s) ha organizado recientemente una conferencia con 25 supervivientes de la trata. ¡°Cuando llegan a su destino, no solo no conocen el idioma, sino que, por lo general, no saben usar los electrodom¨¦sticos. Los jefes se enfadan y las castigan, quem¨¢ndoles el cuerpo con una plancha caliente, peg¨¢ndolas, d¨¢ndoles de comer sobras y oblig¨¢ndolas a trabajar desde las cuatro de la madrugada hasta las 11 de la noche, sin ning¨²n d¨ªa libre¡±.
El Gobierno nepal¨ª se esfuerza por acabar con la trata, pero la covid-19 ha frenado cualquier avance. Seg¨²n el Informe sobre Tr¨¢fico de Personas 2019 del Gobierno de Estados Unidos, Nepal se encuentra en el nivel dos de un sistema de tres niveles seg¨²n la Ley de Protecci¨®n de V¨ªctimas de la Trata de Personas, debido al hecho de que ¡°no cumple del todo los requisitos m¨ªnimos para su eliminaci¨®n¡±. Una de las recomendaciones del estudio es que se investigue ¡°la complicidad oficial en los delitos de trata¡±.
¡°El Gobierno tiene que hacer m¨¢s¡±, opina Benu Maya, de AATWIN. ¡°Las agencias de contrataci¨®n son todopoderosas. Cuando se niegan a dar informaci¨®n sobre los empleadores al Ejecutivo, este no hace nada. Las prohibiciones y decir a las mujeres que se queden en casa no es una soluci¨®n. Se van de todos modos, pero con menos posibilidades de que las autoridades las rescaten si las cosas van mal¡±.
Un ¨¢rea en la que el Gobierno ha realizado importantes progresos es el tr¨¢fico de hu¨¦rfanos, que representa menos del 5% de la trata en Nepal. Seg¨²n Samjyor Lama, director de Next Generation, una ONG que se dedica al problema de los ni?os secuestrados y llevados a orfanatos para atraer donaciones, se ha reforzado el sistema de control. ¡°En 2019, hab¨ªa registrados 535 asilos con m¨¢s de 15.000 menores de edad. Ahora hay 489 con unos 11.000. Se han cerrado 46 orfanatos y los ni?os han sido devueltos a sus familias¡±.
Lama explica que al menos dos tercios de los hu¨¦rfanos de Nepal en realidad no lo son. Los intermediarios embaucan a los padres en los pueblos, ¨C¡±el intermediario es como un ¨¢ngel para esa familia¡±, afirma? con la promesa de una buena educaci¨®n para su hijo en la ciudad. Despu¨¦s, la familia se encuentra con que se le impide todo contacto con el ni?o. ¡°No es una casualidad que el 75% de los orfanatos se encuentren entre las cinco principales atracciones tur¨ªsticas de Nepal¡±, denuncia Lama, que recalca que Next Generation se opone firmemente al voluntariado en orfanatos, que solo sirve para alimentar el comercio.
Naciones Unidas define la trata como toda captaci¨®n que implique transporte, explotaci¨®n o control. Muchas de sus v¨ªctimas en este pa¨ªs del Himalaya, de impresionante belleza, proceden de zonas con pocas infraestructuras y escaso desarrollo y acceso a una educaci¨®n aceptable. Si vuelven, puede ocurrir que su familia y sus vecinos las rechacen, porque ¡°para la gente, tr¨¢fico de personas equivale a prostituci¨®n¡±, afirma Benu Maya, de AATWIN. Las v¨ªctimas quedan a su suerte y, como en el caso de Manita Chaudhary, el ciclo se repite.
Para el pueblo de Nangi, sede de una iniciativa tur¨ªstica comunitaria enclavada a los pies del Dhaulagiri, 2019 fue un a?o extraordinario, con hasta 500 visitantes mensuales en temporada alta. Tal como estaba previsto, los ingresos se destinaron, como siempre, a reforzar el raqu¨ªtico programa educativo y sanitario del Gobierno en la zona y mejorar las comunicaciones. Ahora tienen wifi, as¨ª como una vertiginosa pista de tierra por la que cada d¨ªa un todoterreno traquetea en segunda durante tres horas llevando art¨ªculos manufacturados b¨¢sicos.
Aunque el grifo del turismo se cerr¨® bruscamente a principios de 2020 a causa de la covid-19, lo cual devolvi¨® de golpe a los aldeanos a la d¨¦cada de 1990, cuando depend¨ªan solo de la agricultura de autoconsumo, una perspectiva relativamente progresista ha permitido a la poblaci¨®n local capear el temporal y resistir a la emigraci¨®n. Los lugare?os son conscientes de los enga?os de esta y de las trampas que tienden los intermediarios de las todopoderosas agencias de contrataci¨®n que recorren sin cesar las regiones monta?osas sin desarrollar en busca de familias desesperadas por obtener ingresos. Saben que, con frecuencia, las personas captadas son desviadas al comercio sexual o el trabajo forzado. ¡°Si alguien lo intentara aqu¨ª, lo echar¨ªa con un palo¡±, amenaza Lila Pun, una maestra de la escuela de Nangi que hace las veces de comadrona local y tiene un gran apego a las mujeres y los ni?os de los alrededores.
El art¨ªfice del desarrollo de base en este rinc¨®n remoto de Nepal ha sido el empresario social nepal¨ª Mahabir Pun, natural de Nangi. ¡°El nuestro fue el primer pueblo del pa¨ªs en tener wifi¡±, explica. ¡°Otra cosa que estaba deseando era llevar turistas a los pueblos, ya que me daba cuenta de que, si se quiere evitar que los j¨®venes emigren, hay que generar oportunidades laborales y animarlos a emprender una actividad¡±.
Pero no todo Nepal ha tenido la suerte de contar con un emprendedor social del calibre de Mahabir Pun, y a mucha gente la emigraci¨®n le brinda m¨¢s atractivos que nunca. Seg¨²n Pun, cinco millones de nepal¨ªes trabajan en 80 pa¨ªses de todo el mundo porque en Nepal no existe ning¨²n sistema que apoye el talento y la innovaci¨®n que generar¨ªan puestos de trabajo locales y contribuir¨ªan a frenar una emigraci¨®n que, a menudo, es sin¨®nimo de trata de personas.
En un intento de empezar a llenar este vac¨ªo, el empresario ha creado en Katmand¨² el Centro Nacional de Innovaci¨®n, dirigido a promover el talento y patrocinar iniciativas viables. Incluso espera establecer una versi¨®n m¨¢s peque?a del centro en su pueblo, Nangi. ¡°En la medida de lo posible, mi objetivo es que la gente se quede en Nepal¡±, afirma. ¡°Si podemos crear empleo, podremos conseguirlo¡±.
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