Paps, la empresa de reparto de Senegal que encarna el esp¨ªritu del emprendimiento africano

En poco tiempo, Paps se ha convertido en el ejemplo del ¨¦xito de una empresa emergente africana y ha sacudido el sector del reparto a domicilio de dos de las econom¨ªas m¨¢s prometedoras de la esfera franc¨®fona del continente: Senegal y Costa de Marfil. El hecho de que comenzase el a?o atrayendo 4,3 millones de euros de inversiones de capital del riesgo para expandir su actividad ha rubricado, de alguna manera, una trayectoria que ya hab¨ªa atra¨ªdo la atenci¨®n de los expertos del mundo de las start-up. Para Bamba Lo, uno de los fundadores, las actividades de Paps, adem¨¢s, ofrecen a la ciudadan¨ªa una serie de servicios a los que hasta ahora no ten¨ªa acceso y est¨¢ convencido de que puede ayudar a mejorar la vida en ciudades en expansi¨®n como Dakar o Abiy¨¢n.

Es dif¨ªcil saber cu¨¢l es el secreto del ¨¦xito de Paps, m¨¢s all¨¢ de la certeza de que sus impulsores han sido capaces de detectar una necesidad y, sobre todo, han construido una soluci¨®n adaptada a las condiciones particulares de las ciudades de ?frica occidental en las que se han implantado.

En 2016, Bamba L?, un joven emprendedor de origen senegal¨¦s, pose¨ªa un centro de atenci¨®n telef¨®nica con sedes en Francia, T¨²nez y Senegal, y en este ¨²ltimo pa¨ªs se gest¨® el proyecto. ¡°Un cliente nos encarg¨® que vendi¨¦semos una promoci¨®n que era genial, pero hab¨ªa que pasar a recoger la tarjeta SIM por una agencia de la compa?¨ªa antes de las cinco de la tarde. Con el tr¨¢fico de Dakar y los horarios, vimos que nadie acudir¨ªa. Y as¨ª fue como entramos en el sector del reparto. Entreg¨¢ndola a domicilio, pod¨ªamos pasar de 100 ventas al d¨ªa a 400. Pero no encontr¨¢bamos empresas de reparto fiables¡±, explica.

Ahora, con la distancia y los resultados obtenidos, L? bromea sobre aquellos tiempos y una serie de situaciones descabelladas que le empujaron al negocio en el que ha conseguido unos resultados insospechados. ¡°En una ocasi¨®n¡±, cuenta divertido, ¡°hab¨ªamos encargado que se entregasen unas tarjetas SIM y acabamos en comisar¨ªa. Y era algo que no me entraba en la cabeza. El tipo dec¨ªa que hab¨ªa perdido el dinero, luego las tarjetas¡­ No ten¨ªa ning¨²n seguro¡­ Cuando me dijeron que ten¨ªamos que ir a comisar¨ªa me asust¨¦. La situaci¨®n era muy loca¡±.

Aqu¨ª no es habitual pagar antes de recibir el encargo, sino que se paga normalmente cuando se recibe el paquete. Eso ya es una diferencia considerable para el modelo de reparto

Bamba L?, fundador de Paps

El joven empresario busc¨® una soluci¨®n inmediata. ¡°Ten¨ªa unos primos en Senegal que estaban en paro, as¨ª que compr¨¦ una motocicleta scooter e integramos el reparto dentro de nuestras actividades¡±, cuenta L?. A partir de ah¨ª, empezaron a cosechar buenas valoraciones y a recibir m¨¢s encargos de reparto a domicilio, algunos con continuidad. ¡°En el mismo momento en que nos estaban proponiendo hacer servicios de reparto estables, Deliveroo consegu¨ªa m¨¢s de 200 millones de d¨®lares de financiaci¨®n, se hablaba de Foodora y de muchas otras compa?¨ªas. Yo ve¨ªa que esos modelos no eran tan diferentes del nuestro, as¨ª que me dije: ¡®Vamos a desarrollar una aplicaci¨®n¡¯. La lanzamos a finales de 2016, despu¨¦s la fuimos desarrollando, mejorando... Y ha funcionado. Estamos contentos¡±.

No era la primera experiencia empresarial de Bamba L? y esa es, tambi¨¦n, una de las caracter¨ªsticas de la actual generaci¨®n de impulsores de start-up africanas. ¡°Identifiqu¨¦ algunos de los errores que hab¨ªa cometido en mi anterior experiencia con el centro de atenci¨®n telef¨®nica, para no repetirlos con Paps, y uno de ellos fue lanzarme en solitario. Por eso, me asoci¨¦ con Rokhaya Sy y empezamos a buscar inversores inmediatamente¡±.

La apuesta de L? y Sy no es comparable con los modelos de negocio de las empresas de reparto que se han popularizado en el Norte global. Paps no es solo una aplicaci¨®n m¨®vil para facilitar las entregas de productos a domicilio, sino que supone poner en marcha una flota de veh¨ªculos para las rutas, una red de almacenes y toda una serie de soluciones tecnol¨®gicas para responder a necesidades diferentes: desde la entrega de paquetes hasta la cobertura a empresas de comercio electr¨®nico, incluidas las plataformas necesarias para los pagos o la respuesta a uno de los inconvenientes m¨¢s habituales: la falta de direcciones precisas en la mayor parte de las ciudades africanas. Sin embargo, L? se muestra optimista: ¡°Te das cuenta de que las oportunidades son m¨¢s grandes que los riesgos¡±.

El emprendedor se refiere a la enorme posibilidad de expansi¨®n de la actividad. ¡°Cada vez que ofrecemos una respuesta nueva a un cliente, en realidad estamos abriendo todo un sector nuevo, como nos est¨¢ ocurriendo con los supermercados virtuales, a trav¨¦s de una pantalla en nuestras oficinas se pueden hacer todas las compras de un supermercado y recibirlas en casa¡±, asegura.

Iniciativas como la de Paps se mueven en sectores de actividad muy parecidos a los de algunas empresas populares en el Norte global, dentro del ¨¢mbito del reparto y la entrega domicilio; las start-up africanas de log¨ªstica de ¨²ltima milla (como se conoce comercialmente) hacen frente a un escenario con algunas particularidades importantes. ¡°Piensa, por ejemplo, en el pago. Aqu¨ª no es habitual pagar antes de recibir el encargo, sino cuando se recibe el paquete. Eso ya es una diferencia considerable para el modelo¡±, explica Bamba L?, lo que hace que las empresas del Norte global que han querido implantarse en pa¨ªses africanos est¨¢n obligadas a adaptarse a esa situaci¨®n y no siempre les resulta f¨¢cil.

L? tambi¨¦n ha hablado en ocasiones de lo que llama ¡°la gesti¨®n de la incertidumbre¡± y es que la tasa de anulaci¨®n de env¨ªos en ?frica subsahariana es m¨¢s alta que la que se produce en Europa, por eso las empresas tiene que trabajar con esa situaci¨®n.

Bamba L? est¨¢ convencido de la aportaci¨®n que iniciativas como Paps hacen a mejorar la vida en las ciudades, que reconoce que tiene considerables molestias: ¡°Aqu¨ª no se ha hecho urbanismo para que la vida sea m¨¢s agradable. En nuestras ciudades todav¨ªa reina un poco la anarqu¨ªa, las motos que se cuelan por todas partes y se arriesgan a ser aplastadas¡±.

A pesar de esa situaci¨®n, Paps aparece como un ejemplo del futuro de las ciudades africanas. ¡°Es muy sencillo¡±, sentencia L? con seguridad, ¡°con los supermercados virtuales estamos creando, solo con una pantalla, grandes supermercados, pero en un espacio muy peque?o. Todav¨ªa no puedo decir el nombre, pero gran marca utilizar¨¢ ese servicio, y ha repensado su estrategia de expansi¨®n gracias a lo que hacemos. Otros clientes reciben sus medicamentos en casa tranquilamente, sin desplazarse; y en general, por todo el comercio al que se puede acceder, reduciendo los desplazamientos. Todo eso va a facilitarnos la vida¡±.

De la misma manera, Bamba L? destaca la aportaci¨®n de los ecosistemas digitales al desarrollo econ¨®mico de los pa¨ªses africanos. ¡°Nuestro continente es exportador. No es de ahora, viene del sistema organizado por la colonizaci¨®n. El objetivo por todo el continente es la industrializaci¨®n, producci¨®n, made in ?frica. Creo que vamos en ese camino y eso va a animar tambi¨¦n los intercambios¡±.

Y por ¨²ltimo, defiende la calidad del empleo que est¨¢n creando: ¡°La diferencia de nuestros repartidores con los de las empresas europeas es que los nuestros ganan mucho dinero. En serio. El salario medio de nuestros colaboradores es 2,5 veces superior al sueldo medio del pa¨ªs, algunos pueden ganar hasta ocho veces m¨¢s. Y cuando lanzamos Paps, yo cobraba menos que la media de lo que se cobra ahora¡±.

El emprendedor de origen senegal¨¦s insiste en la idea del acompa?amiento a los repartidores que trabajan con Paps: ¡°Tenemos una academia que ofrece formaci¨®n y financia todo el equipamiento. Adem¨¢s, toda nuestra relaci¨®n est¨¢ bancarizada, as¨ª que les abre las puertas a otros servicios. Y hacemos actividades sociales, un campeonato de f¨²tbol y eventos para la vuelta al cole. Pero lo que siempre les repetimos es que queremos que ellos tambi¨¦n hagan sus negocios, que tengan una flota y sus propios empleados¡±.

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