El limbo permanente de los palestinos en L¨ªbano
M¨¢s de medio mill¨®n de refugiados palestinos en el pa¨ªs carecen del derecho a la ciudadan¨ªa, lo que les impide acceder a servicios p¨²blicos o trabajar en ciertas profesiones
Poder comprar una vivienda en cualquier parte del mundo suele depender del poder adquisitivo de las personas. Pero en este caso, Fady Faddoul se enfrenta a un dilema que nada tiene que ver con su econom¨ªa. Este palestino tiene un buen sueldo como contable y podr¨ªa permitirse pagar una casa. Sin embargo, si decide comprarla, no podr¨¢ estar registrada a su nombre y podr¨ªan quit¨¢rsela en cualquier momento.
¡°No puedo ser propietario por ley. Podr¨ªa ponerla a nombre de mi madre, que s¨ª que tiene la nacionalidad, pero si ella muere no puedo heredarla y se la quedar¨ªa el Estado¡±, explica Faddoul desde la casa en la que vive de alquiler junto a su pareja en Beirut, la capital libanesa.
Los palestinos en L¨ªbano no tienen derecho a acceder a algunos servicios p¨²blicos, pese a que los trabajadores palestinos en las empresas est¨¢n obligados a pagar sus correspondientes impuestos. Tampoco pueden ser propietarios ni heredar.
Faddoul muestra entre sus manos su pasaporte y habla con resignaci¨®n sobre su estatus como refugiado. Ese es el t¨ªtulo que lleva el documento, aunque tanto ¨¦l como sus padres han nacido y crecido en Beirut y solo han conocido una tierra como suya: el L¨ªbano.
Este hombre de 36 a?os es nieto de exiliados palestinos de 1948, que dejaron atr¨¢s su hogar durante la guerra ¨¢rabe-israel¨ª y se establecieron en el pa¨ªs vecino huyendo de la ocupaci¨®n. ¡°Mi abuelo contaba que les cost¨® apenas una hora llegar al sur, al pueblo de Aein al Sahr, y que all¨ª se asentaron en un campo de refugiados cristianos pensando que en un tiempo volver¨ªan a Palestina¡±, recuerda.
Del a?o 1952 al 1958, el presidente de la rep¨²blica libanesa fue Camille Chamoun, que otorg¨® la posibilidad a los palestinos que profesaban la religi¨®n cristiana de obtener la nacionalidad. As¨ª fue como la madre de Faddoul consigui¨® la ciudadan¨ªa, pero no puede pas¨¢rsela a sus hijos porque la ley solamente reconoce los v¨ªnculos de sangre del padre.
L¨ªbano es un pa¨ªs multiconfesional que cuenta con 18 dogmas oficiales y donde la pol¨ªtica est¨¢ ¨ªntegramente ligada a la religi¨®n. Tanto es as¨ª que el presidente de la Rep¨²blica tiene que ser cristiano maronita por ley; el vicepresidente, cristiano ortodoxo; el primer ministro, musulm¨¢n sun¨ª, y el presidente del Parlamento ha de ser musulm¨¢n chiita. ¡°Siempre hay un juego pol¨ªtico o econ¨®mico con respecto a darnos la nacionalidad. Nos hemos convertido en peones de eso¡±, afirma Faddoul con rotundidad.
Seg¨²n el joven, uno de los motivos por los que nunca les han concedido la ciudadan¨ªa tiene que ver con que la mayor¨ªa de los refugiados palestinos son musulmanes sun¨ªes. ¡°Los palestinos cristianos somos muy pocos, si se nos concediera la nacionalidad, aumentar¨ªa la cifra de musulmanes sun¨ªs en L¨ªbano y eso supondr¨ªa un cambio demogr¨¢fico¡±, reflexiona. Esta situaci¨®n no gustar¨ªa ni a los partidos cristianos, ni a los partidos musulmanes chiitas.
Asimismo, de este ¡°juego pol¨ªtico¡± participan tambi¨¦n diferentes pa¨ªses que tienen distintos intereses en la regi¨®n. ¡°Nuestro problema es un problema mayor entre Israel, L¨ªbano, Estados Unidos¡ Los palestinos somos una carta con la que jugar. Se negocia, por ejemplo, con que si a los libaneses les dejan controlar las aguas internacionales del sur, dar¨¢n finalmente la nacionalidad a los palestinos¡±, en relaci¨®n con la disputa entre L¨ªbano e Israel por la frontera mar¨ªtima com¨²n en la que se encuentran yacimientos de gas.
Este limbo permanente en el que viven, por el que se les priva del derecho a retorno, pero tambi¨¦n de ser considerados como ciudadanos libaneses con plenos derechos, sufriendo pol¨ªticas discriminatorias, ha tra¨ªdo una serie de duras consecuencias para la vida de los refugiados.
Los palestinos tienen prohibido trabajar en m¨¢s de 30 profesiones cualificadas, como en el sector de la salud o la abogac¨ªa, y en todas aquellas que est¨¦n reguladas por sindicatos. Sin embargo, el pasado 8 diciembre de 2021, en lo que parec¨ªa un paso hacia delante en cuanto a la conquista de sus derechos, esta ley fue puesta en tela de juicio por el ministro de Trabajo, Mustafa Bayram.
Debido a la situaci¨®n econ¨®mica, pol¨ªtica y social de inestabilidad en el que se encuentra inmerso L¨ªbano desde hace dos a?os y, en consecuencia, al ¨¦xodo masivo que se est¨¢ produciendo de trabajadores cualificados del pa¨ªs, el ministro se comprometi¨® a ¡°revisar la lista de profesiones excluidas para los palestinos¡±.
Pero la propuesta dur¨® muy poco: en febrero de 2022, la Liga Maronita, una organizaci¨®n fundada en los a?os setenta para conservar los privilegios que tienen los cristianos maronitas en L¨ªbano desde que Francia se los diera durante la colonizaci¨®n francesa del pa¨ªs ¨¢rabe (1923-1943), hizo una apelaci¨®n y la reforma qued¨® suspendida.
La lucha contra las pol¨ªticas discriminatorias desde los campos
¡°A los palestinos no se nos permite trabajar. Tengo sobrinos que son ingenieros y enfermeros, pero todos est¨¢n parados en casa. Lo han intentado muchas veces, pero no les contratan¡±, dice Salah, un palestino nacido en el campo de refugiados de Chatila. Ubicado en Beirut, es conocido por la masacre de cientos de civiles perpetuada en 1982 por la falange libanesa y liderada por Israel, que cerc¨® el recinto mientras se comet¨ªa el crimen para que no pudiera impedirse de ninguna forma.
Este asentamiento est¨¢ compuesto por un laberinto de callejuelas llenas de edificios cochambrosos y mara?as de cables sueltos por la falta de un sistema decente de electricidad. Lo que no faltan son las pintadas y las insignias de Palestina, las banderas con los colores rojo, blanco, negro y verde y, fotograf¨ªas del expresidente Yasser Arafat, considerado por muchos como s¨ªmbolo de la resistencia palestina.
Desde campos como Chatila surgieron las ¨²ltimas protestas contra las pol¨ªticas discriminatorias que sufren los palestinos en L¨ªbano. En julio de 2019, la entonces ministra de Trabajo, Camille Abu Suleiman, lanz¨® un nuevo plan de mercado laboral en el que dieron a las empresas el plazo de un mes para facilitar un registro de los nombres de los empleados con tal de localizar indocumentados entre ellos. Asimismo, multaron e incluso se cerraron empresas sirias y palestinas.
¡°He trabajado en una empresa en la que hac¨ªamos puertas de hierro durante 29 a?os. Cuando sab¨ªamos que ven¨ªa gente del Ministerio a hacer inspecciones, el jefe me mandaba a casa. Pero la ¨²ltima vez aparecieron por sorpresa y me echaron¡±, asegura Salah, de 43 a?os, nieto de exiliados de Yafa.
Los palestinos s¨ª que tienen permitido trabajar como empleados en este tipo de profesiones, pero los due?os de las empresas se aprovechan de la situaci¨®n desesperada de los refugiados para no tenerles legalmente contratados. Despu¨¦s de 29 a?os, Salah se fue a su casa sin ning¨²n tipo de finiquito, ni de derecho a paro, ni de documento que acredite su actividad laboral.
El 15 de julio de 2019, comenzaron las manifestaciones masivas contra este tipo discriminaciones, pero la terrible situaci¨®n de L¨ªbano, que sufre la peor crisis econ¨®mica de su historia, y donde la libra libanesa ha perdido el 95% de su valor en el ¨²ltimo a?o, pararon las protestas.
Por su parte, Rayan, una palestina de 26 a?os que naci¨® y creci¨® en Chatila, cuenta que antes de la crisis trabajaba en una ¡°empresa de cosm¨¦ticos¡±, pero que perdi¨® su trabajo ¡°por las circunstancias¡± que est¨¢ atravesando el pa¨ªs. ¡°Despu¨¦s he echado curr¨ªculums en varios sitios y pon¨ªan en los mismos anuncios, en internet, que solo contrataban a libaneses¡±, explica.
Un futuro incierto para los palestinos
Jamal Sabre es el responsable de comunicaci¨®n en la asociaci¨®n Najdeh, una ONG que trabaja principalmente con mujeres y ni?as refugiadas palestinas y, a trav¨¦s de ellas, con los estratos sociales marginados m¨¢s amplios de su comunidad en el L¨ªbano. Poco antes de las elecciones del pasado 15 de mayo, el joven tem¨ªa que los mismos pol¨ªticos que han llevado a la ruina al pa¨ªs, salieran reelegidos. Entonces promover un cambio y una conquista de derechos para los refugiados ser¨ªa m¨¢s dif¨ªcil. ¡°Todo va a depender de qui¨¦n forme Gobierno esta vez. Si sale un ministro de Hezbollah, har¨¢ una cosa, si sale de otro partido, har¨¢ otra¡±, aseguraba.
Los resultados de los comicios en la rep¨²blica ¨¢rabe, sumida en la crisis y en donde las alianzas regionales est¨¢n cambiando forzosamente, han apuntado finalmente a la posibilidad de que se abra un nuevo escenario para los refugiados palestinos en L¨ªbano y tambi¨¦n para el resto de la ciudadan¨ªa en general: Hezbol¨¢, el poderoso partido-milicia pro iran¨ª, y sus aliados chi¨ªes y cristianos han perdido la mayor¨ªa en el Parlamento.
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