Por qu¨¦ persiste la controversia sobre el hiyab en las escuelas p¨²blicas de Nigeria
La pol¨¦mica por la utilizaci¨®n de esta prenda en los colegios ha provocado disturbios, muertes violentas y cierres de centros. Adeyemi Balogun, doctor en historia de la religi¨®n e investigador de la cultura musulmana, explica qu¨¦ se puede hacer para aliviar las tensiones
El hiyab se ha convertido en el t¨¦rmino que designa cualquier tipo de velo utilizado por las mujeres musulmanas. Para algunos es una especie de bufanda o cualquier prenda que cubra la cabeza, la cara y el cuerpo de la mujer.
En las sociedades musulmanas hay una gran variedad de velos. El hiyab es uno de ellos. Cubre la cabeza, pero deja descubierta la cara, y se extiende hasta el tobillo, el abdomen o las rodillas. Algunos musulmanes se refieren a ¨¦l como khimar.
Otro ejemplo de velo es el burka, que cubre el rostro de la mujer, excepto los ojos y el ¨¢rea que los rodea. Tambi¨¦n est¨¢ el jilbab, una prenda exterior que cubre el cuerpo de la mujer de la cabeza a los pies, dejando al descubierto la cara y las manos desde la mu?eca.
?Qu¨¦ dice el Cor¨¢n sobre el hiyab?
El Cor¨¢n anima a las mujeres a ver el hiyab como un s¨ªmbolo de modestia y decencia que lleva a alcanzar la piedad. Para muchos musulmanes, la piedad es uno de los mayores logros en la vida. Esto explica por qu¨¦ muchas mujeres han adoptado el hiyab. Algunos cl¨¦rigos se?alan que, aunque Dios anima a las mujeres a usar esta prensa, no pretende obligarlas.
?Existen sanciones por no llevar hiyab?
Hay eruditos que creen que no llevar hiyab deber¨ªa ser castigado. Pero tambi¨¦n los hay que no comparten esta visi¨®n. Algunos cl¨¦rigos musulmanes consideran que no emplear el hiyab es deso¨ªr una orden cor¨¢nica, lo que equivale a desobedecer a Dios. El castigo por esta desobediencia ser¨ªa entonces el que Dios decidiera. Y, si se pregunta a algunos musulmanes cu¨¢l ser¨ªa ese castigo, lo m¨¢s probable es que respondan: ¡°?El infierno!¡±
Pero, para muchos cl¨¦rigos no es posible saber de antemano cu¨¢l ser¨ªa la decisi¨®n de Dios sobre cualquier tema. Esta es la raz¨®n por la que la cuesti¨®n sigue siendo pol¨¦mica en el mundo musulm¨¢n.
Algunos cl¨¦rigos musulmanes consideran que no emplear el hiyab es deso¨ªr una orden cor¨¢nica, lo que equivale a desobedecer a Dios
?Por qu¨¦ el uso hiyab es tan controvertido en las escuelas de Nigeria?
Hay muchas razones. La primera es la religi¨®n. Quienes utilizan el hiyab afirman que el velo es una obligaci¨®n religiosa. Sin embargo, la escuela es vista como un ¨¢mbito laico donde cualquier forma de religiosidad debe ser suprimida. Pero, desde mi punto de vista, la noci¨®n de laicismo es incongruente con la historia del sistema escolar en Nigeria.
Hist¨®ricamente, los misioneros cristianos introdujeron las escuelas a partir de 1843 como parte de un proyecto para difundir la religi¨®n. Esto signific¨® que incorporaron pr¨¢cticas religiosas en las escuelas; en los centros de primaria y secundaria, los alumnos rezan en sus asambleas y cantan himnos. Cuando los musulmanes comenzaron a establecer sus propias escuelas a partir de 1896, tambi¨¦n introdujeron pr¨¢cticas isl¨¢micas en el aprendizaje.
En Nigeria, muchos centros siguen siendo propiedad de cristianos y musulmanes, o son administradas por ellos, a pesar de que el Gobierno les quit¨® algunos en la d¨¦cada de los setenta.
Adem¨¢s, Nigeria tiene asociaciones musulmanas y cristianas, as¨ª como mezquitas e iglesias que coexisten con pr¨¢cticas acad¨¦micas en la ense?anza superior. Por eso creo que el argumento de que las escuelas nigerianas son laicas no solo es enga?oso, sino que es infundado.
El argumento de que las escuelas nigerianas son laicas no solo es enga?oso, sino que es infundado
La segunda raz¨®n tiene que ver con las relaciones entre musulmanes y cristianos. La Asociaci¨®n Cristiana de Nigeria se opuso a que las ni?as musulmanas usaran el hiyab, argumentando que su utilizaci¨®n conducir¨ªa a una difusi¨®n de la fe musulmana en las escuelas. Este razonamiento sostiene que puede alentar a algunas alumnas cristianas a abrazar el islam. Y que el hiyab redefinir¨ªa la identidad de la escuela como una musulmana en lugar de cristiana o laica.
A mi modo de ver, estos temores son genuinos porque indican una preocupaci¨®n por la identidad religiosa. Y lo relativo a la identidad es crucial en la vida de cualquier grupo o sociedad.
Esto nos lleva a la tercera raz¨®n por la que el hiyab sigue siendo controvertido en Nigeria: el papel del Gobierno y del Estado. ?C¨®mo ha afrontado el Gobierno el problema del hiyab en las escuelas, los lugares de trabajo y los espacios p¨²blicos?
En el Estado de Lagos, por ejemplo, las autoridades defendieron la laicidad de las escuelas y dijo no al hiyab. Pero el Tribunal Supremo fall¨® recientemente a favor de su uso en las escuelas de la ciudad. A pesar de esto, el Gobierno central no ha ordenado a los directores de sus centros que permitan que las ni?as usen el hiyab.
En los Estados de Osun y Kwara, los defensores del hiyab tambi¨¦n han acudido a los tribunales. Si nos basamos en estos casos, est¨¢ claro que el Gobierno no ha logrado encontrar la soluci¨®n adecuada al problema.
?Existe alg¨²n v¨ªnculo entre el aprendizaje y el vestido?
El uniforme que se pongan los estudiantes no puede determinar su capacidad de aprendizaje. Por otro lado, los alumnos llevan uniforme para darles una identidad que los separa de aquellos que no est¨¢n siguiendo un programa particular de aprendizaje. Es posible emplear el atuendo para inspirar el rendimiento y la capacidad de los alumnos.
?Cu¨¢l es la mejor manera de afrontar la controversia?
Algunos nigerianos sostienen que los musulmanes deber¨ªan tener escuelas primarias y secundarias separadas donde puedan emplear el hiyab. El problema de esta soluci¨®n se hace evidente cuando nos preguntamos sobre las escuelas superiores, los lugares de trabajo y los espacios p¨²blicos. ?Deber¨ªa tener Nigeria tambi¨¦n escuelas superiores y centros laborales separados para las musulmanas solo porque han elegido usar el hiyab?
Estamos hablando de un pa¨ªs multirreligioso, donde es imposible que los miembros de diferentes creencias no se encuentren. En los sitios de trabajo, los mercados, las comunidades y las familias, los musulmanes, los cristianos, los ateos y los tradicionalistas religiosos africanos tendr¨ªan que encontrarse necesariamente o tener algo que los uniera. No podemos permitirnos crear un sistema de apartheid para lograr la paz.
Por lo tanto, lo que sugiero es, en primer lugar, un di¨¢logo a trav¨¦s de seminarios, talleres y conferencias entre musulmanes y no musulmanes. Las autoridades gubernamentales y escolares tambi¨¦n deben involucrarse. Por medio del di¨¢logo, cada religi¨®n debe comprender las pr¨¢cticas religiosas de los dem¨¢s. Adem¨¢s, los musulmanes deben reconocer los temores de quienes no lo son sobre el hiyab en las escuelas p¨²blicas y encontrar la forma de disiparlos.
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