Sat¨¦lites para irrigar los desiertos digitales en ?frica

Godlive Nyemba, periodista en Lubumbashi, la segunda ciudad de Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (RDC), necesita a menudo dos o tres horas para publicar un art¨ªculo de actualidad en la p¨¢gina web de su peque?o medio de comunicaci¨®n, La Guardia Magazine, por culpa de las conexiones a internet precarias e inestables. ¡°Es una p¨¦rdida de tiempo terrible y una angustia permanente. Si la noticia es urgente, claramente deja de serlo si se publica tres horas despu¨¦s. Hay colegas que pasan la noche entera para mandar archivos pesados. Nuestro oficio se ve muy afectado porque tampoco podemos hacer investigaciones o b¨²squedas exhaustivas en internet para un art¨ªculo¡±, describe por tel¨¦fono a este diario. Seg¨²n la Uni¨®n Internacional de Telecomunicaciones (UIT) solo un 23% de los 97 millones de habitantes de la RDC tiene acceso a internet. En el pa¨ªs es normal cruzar una frontera en moto buscando la red de un pa¨ªs vecino como Ruanda, ¡°y tambi¨¦n subirse a una colina o incluso a un ¨¢rbol con el ordenador y con la esperanza de encontrar una se?al mejor¡±, cuenta, entre risas, esta periodista.

En su peque?a redacci¨®n en la que trabajan ocho personas, Nyemba ha optado por contratar los servicios de tres operadores de internet por los que paga unos 300 euros al mes, una cantidad importante para un medio tan modesto. ¡°Si uno falla, vamos r¨¢pidamente a otro. Porque sin internet morimos¡±, explica. ¡°?Sat¨¦lites? Algo he o¨ªdo, no mucho y nada concreto. Elon Musk tiene un proyecto, ?verdad? Si se hiciera realidad nos arreglar¨ªa la vida¡±, suspira.

Solo un 36% de los 1.250 millones de personas que viven en los 46 Pa¨ªses Menos Adelantados (PMA) se pudieron conectar a internet en 2022, seg¨²n datos de la UIT. Mundialmente, la tasa de personas conectadas es de 66%. En Espa?a, un 94% de las personas de entre 16 y 74 a?os naveg¨® en internet el a?o pasado, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªsticas (INE). En la lista de los PMA, hay 33 africanos y en ellos, los porcentajes a¨²n son m¨¢s desalentadores: solo un 28% de sus habitantes puede navegar por internet, aunque hay casos extremos como Burundi o Sud¨¢n del Sur, donde las personas conectadas solo representan un 6% de la poblaci¨®n. Son los llamados desiertos digitales.

Vivir en esos ¡®desiertos¡¯ implica bien no poder conectarse a internet porque no existe ning¨²n tipo de cobertura, bien no poder navegar porque el servicio es malo, demasiado caro o no se tiene la formaci¨®n necesaria para saber usarlo. Esta brecha digital ocup¨® un lugar central en la 5? Conferencia de la ONU sobre los Pa¨ªses Menos Adelantados, que se celebr¨® en Doha a principios de marzo. ¡°El camino hacia la prosperidad de los pa¨ªses menos adelantados del mundo pasa por el desarrollo digital¡±, zanj¨® la secretaria general de la UIT, Doreen Bogdan-Martin.

Solo un 36% de los 1.250 millones de personas que viven en los 46 Pa¨ªses Menos Adelantados (PMA) se pudieron conectar a internet en 2022. Mundialmente, la tasa de personas conectadas es de 66%

Y en esta carrera hacia la conectividad mundial, los sat¨¦lites, que llegan donde desaparece la posibilidad de la fibra ¨®ptica o la conexi¨®n 4G, son una pieza clave del puzle. Gigantes tecnol¨®gicos como Microsoft, SpaceX y Eutelsat est¨¢n inmersos ya en la aventura. ¡°Los sat¨¦lites contribuyen a resolver los problemas de conectividad, especialmente en zonas remotas y monta?osas. Debido a la creciente competencia en el sector, los precios han bajado, lo que hace que los servicios sean m¨¢s asequibles¡±, se felicit¨®, en declaraciones a este diario, Cosmas Zavazava, director de la Oficina de Desarrollo de las Telecomunicaciones de la UIT.

Los sat¨¦lites tendr¨¢n un papel esencial dentro del objetivo de Microsoft de llevar internet a 100 millones de africanos de zonas remotas de aqu¨ª a 2025, gracias a su asociaci¨®n con Viasat, una de las empresas que ponen en ¨®rbita constelaciones de sat¨¦lites. Starlink, el servicio de internet v¨ªa sat¨¦lite lanzado por la firma SpaceX de Elon Musk, ya lleg¨® en enero a Nigeria. Su ambicioso objetivo es conectar cada rinc¨®n del planeta por muy aislado que est¨¦, gracias a un enjambre de sat¨¦lites situados a poca distancia de la Tierra, entre 400 y 700 kil¨®metros. Seg¨²n la compa?¨ªa, la recepci¨®n y env¨ªo de datos es mucho m¨¢s r¨¢pida que usando un sat¨¦lite geoestacionario, situado mucho m¨¢s lejos de la Tierra, aunque algunos expertos opinan que colocar miles de dispositivos en esa ¨®rbita cercana provocar¨¢ tambi¨¦n problemas de visualizaci¨®n y hasta un colapso de la zona.

Un punto de wifi en aldeas perdidas

Hace tres a?os, Eutelsat, la empresa de telecomunicaciones francesa que opera una cuarentena de sat¨¦lites de comunicaciones, lanz¨® Konnect, en posici¨®n geoestacionaria, a 36.000 km de la Tierra, que actualmente cubre la totalidad de la superficie de 40 pa¨ªses del ?frica subsahariana. ¡°Somos una respuesta inmediata a la brecha digital en buena parte de esta regi¨®n, la ¨²nica soluci¨®n con una cobertura tan exhaustiva¡±, asegura a este diario Philippe Baudrier, director general de Konnect ?frica en la Unidad de Negocio de la compa?¨ªa. Unas 200.000 personas en ?frica se conectaron a internet v¨ªa Konnect y el objetivo es llegar a un mill¨®n en 2027. ¡°Por ejemplo, hemos conectado 600 aldeas gracias a puntos de wifi. Instalamos una conexi¨®n en el centro del pueblo y las personas vienen con su ordenador, se sit¨²an en un radio de 200 metros y gracias a un bono que han comprado navegan durante un n¨²mero determinado de horas. Por primera vez hay gente que se conecta y habla con su familia, entra en YouTube o hace una compra. Es decir, conectamos seres humanos, pero desarrollamos el tejido econ¨®mico de un pa¨ªs¡±, explica Baudrier.

El camino hacia la prosperidad de los pa¨ªses menos adelantados del mundo pasa por el desarrollo digital

Doreen Bogdan-Martin, secretaria general de la UIT

?Qu¨¦ necesita una escuela o una peque?a empresa que vive por ejemplo en el fondo de Zambia para poder acceder a estos servicios de internet v¨ªa sat¨¦lite? Una antena de tama?o bastante reducido, de unos 70 cent¨ªmetros de di¨¢metro, un emisor-receptor y, sobre todo, alguien que llegue hasta ese lugar perdido para hacer la instalaci¨®n t¨¦cnica. Adem¨¢s, es fundamental que los pa¨ªses africanos mejoren su servicio el¨¦ctrico, insuficiente o poco confiable en muchas partes del continente, una asignatura pendiente en la que los gigantes del sector tambi¨¦n est¨¢n dispuestos a invertir.

Los obst¨¢culos para prestar este servicio de internet v¨ªa sat¨¦lite en lugares remotos, seg¨²n Baudrier, son de tipo log¨ªstico, ya que ¡°hay que llegar a esas zonas, algo que es caro y a veces arriesgado¡±, y financiero, ¡°porque esta infraestructura requiere una inversi¨®n en mercados que no se comprometen a un largo plazo, muchas veces son servicios prepagados, lo cual implica asumir un riesgo¡±. Pero prestar este servicio en estos rincones remotos es tambi¨¦n un bocado apetecible para estos gigantes tecnol¨®gicos, desde el punto de vista econ¨®mico y del impacto positivo que puede tener en la imagen de la empresa. ¡°La oportunidad para ?frica es extraordinaria: es uno de los mercados m¨¢s importantes, el continente m¨¢s joven del mundo, con la poblaci¨®n de m¨¢s r¨¢pido crecimiento¡±, dijo Microsoft en un comunicado reciente.

¡°La entrada de m¨¢s actores en este mercado estimula la competencia, lo que a su vez reduce los precios al consumo, aumenta la eficacia y ofrece opciones a los consumidores¡±, considera Zavazava.

Las mujeres, menos conectadas

Para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, como reducir la pobreza y las desigualdades y mejorar la educaci¨®n y la salud, es indispensable que el acceso internet sea accesible y barato, pero ¡°la conectividad universal no basta¡±, recalca Zavazava. Es decir, un pa¨ªs puede lograr que el 100% de su poblaci¨®n tenga la posibilidad t¨¦cnica de conectarse, pero es esencial que los ciudadanos puedan disfrutar de forma plena, activa y segura de ese acceso a la red.

En este momento hay 259 millones m¨¢s de hombres que de mujeres utilizando internet en el mundo.

En los pa¨ªses menos avanzados del mundo, la llamada ¡®brecha de uso¡¯, es decir, la diferencia entre la parte de la poblaci¨®n que goza de la infraestructura t¨¦cnica para usar internet y la que realmente lo usa, es de 47%. Esto quiere decir que el acceso a internet de muchas personas es demasiado lento o costoso o carecen de las habilidades digitales necesarias para sacar el m¨¢ximo provecho de los dispositivos y servicios. ¡°A medida que las plataformas y servicios digitales se vuelven m¨¢s sofisticados, la brecha digital se define cada vez m¨¢s por la capacidad de las personas para hacer un uso significativo de la conectividad. Esto va m¨¢s all¨¢ de que las personas tengan acceso a la tecnolog¨ªa: significa garantizar que los ciudadanos est¨¦n en l¨ªnea y que esta experiencia les aporte las herramientas para contribuir y cosechar los beneficios de una sociedad y una econom¨ªa digitalizadas. Esa es la parte significativa de la conectividad¡±, explica el responsable de la UIT.

Por ¨²ltimo, otra barrera importante que preocupa a la ONU es la brecha de g¨¦nero. Zavazava recuerda que, seg¨²n la UIT, un 69% de los hombres del mundo est¨¢ conectado, frente a un 63% de las mujeres. Esto significa que en este momento hay 259 millones m¨¢s de hombres que de mujeres utilizando internet. Y si buceamos en las estad¨ªsticas regionales, los datos de la UIT muestran que las desigualdades son mayores en los pa¨ªses menos adelantados, en los que el 43% de los hombres est¨¢ conectado, frente al 30% de las mujeres.

¡°Debemos acelerar nuestros esfuerzos para cerrar esta brecha y empoderar a las mujeres a trav¨¦s de habilidades y oportunidades digitales¡±, insiste Zavazava, subrayando los logros de iniciativas como la asociaci¨®n mundial Equals, formada en 2016 por gobiernos, instituciones y ONG, entre otros, para garantizar que las ciudadanas tengan acceso digital y oportunidades de desarrollar su liderazgo tecnol¨®gico y su potencial empresarial. ¡°Esta asociaci¨®n mundial ya ha formado y orientado a 52.000 mujeres y ni?as. Es inspirador, pero debemos hacer m¨¢s¡±, concluye el responsable.

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