Las africanas quieren mandar en la industria cultural

Con tan solo 15 a?os, la bailarina y core¨®grafa marfile?a Orokiya Kon¨¦ decidi¨® dedicar su vida a la danza profesional. ¡°Mi forma de expresarme es a trav¨¦s del movimiento, mi esencia es bailar¡±, dice, minutos antes de salir al escenario. ¡°Yo quer¨ªa esta vida, aunque mis padres se opon¨ªan totalmente a ello. En Costa de Marfil a¨²n hab¨ªa muchos prejuicios en torno a que una mujer se dedicase profesionalmente a la danza¡±. Kon¨¦ es parte del grupo de artistas invitados al III Festival n¨®mada de cultura africana Harmat¨¢n, que reuni¨® a mujeres destacadas en la gesti¨®n y liderazgo cultural de pa¨ªses como Camer¨²n, Costa de Marfil, Burkina Faso y T¨²nez del 12 al 15 de abril en los teatros de Ourense en Coru?a y del Bosque, en M¨®stoles.

¡°Cuando me puse firme en la decisi¨®n de ser bailarina, mi padre me desterr¨® de casa, porque para ¨¦l esto no era una profesi¨®n¡±, recuerda Kon¨¦. ¡°Me envi¨® a una ciudad muy lejana, donde no pod¨ªa hacer danza, ni ir al colegio. All¨ª viv¨ª con mi t¨ªo, que esperaba que yo me convirtiera en su tercera esposa. As¨ª que tuve que huir¡±. A pesar de estos obst¨¢culos, la artista se ha posicionado como una de las pocas creadoras y gestoras culturales de Costa de Marfil. Aunque este sector tenga una de las tasas m¨¢s altas de empleo femenino (48,1 % en todo el mundo, seg¨²n datos de la Unesco del a?o pasado), lo cierto es que ellas siguen enfrent¨¢ndose a barreras, como el acceso desigual al trabajo decente, la remuneraci¨®n justa y los puestos de liderazgo.

A nivel global, solo el 42% de mujeres ocupan puestos de toma de decisi¨®n en los consejos art¨ªsticos y culturales. Esta cifra puede llegar a ser menor en algunos pa¨ªses de ?frica, Asia, el Pac¨ªfico y los Estados ?rabes, donde la representaci¨®n de las mujeres puede ser tan baja como del 27 %. En Francia, por ejemplo, donde las mujeres dirigen el 34% de las organizaciones de artes visuales y esc¨¦nicas subvencionadas por el Ministerio de Cultura, solo el 9% de los directores de las 100 mayores empresas culturales son mujeres. En Uruguay, se estima que las mujeres ocupan el 25% de los puestos directivos, mientras que, en Mal¨ª, son solo el 3% de ellas quienes tienen en sus manos cargos de toma de decisi¨®n.

Ninguna cifra desmotivadora ha podido con Kon¨¦, que en 45 a?os de carrera ha pasado de ser una aprendiz en la academia Koteba Ensemble ¡ªuna de las primeras escuelas de danza de Abiya, el mayor centro urbano de Costa de Marfil¡ª a convertirse en su bailarina oficial y posteriormente en core¨®grafa profesional. ¡°Aunque las mujeres podemos destacar igual o m¨¢s que ellos dentro de este sector, somos muy pocas¡±, reconoce. Ella, a sus 60 a?os, sigue sinti¨¦ndose como ¡°un pez en el agua¡± cuando sale a escena y contin¨²a creando obras. Como Idj? (que en idioma bambara significa ¡°lev¨¢ntate¡±), una coreograf¨ªa de danza contempor¨¢nea estrenada por primera vez en las tablas del Teatro del Bosque de M¨®stoles. La obra cuenta con las voces de cerca de una docena de mujeres que la interpretan en 11 de los m¨¢s de 1.500 idiomas que se usan en el continente africano, como el bassa, el bet¨¦, el malink¨¦, el mor¨¦, el dafo, el bobo, el franc¨¦s o el ingl¨¦s.

Presencia femenina para cambiar el relato

?frica, junto con Oriente Pr¨®ximo, representa solo el 3% de la producci¨®n total a nivel global generada por la industria de la cultura y la creatividad, seg¨²n el ¨²ltimo Informe sobre el Comercio africano 2022, del Banco Africano de importaci¨®n y exportaci¨®n Afreximbank. La producci¨®n cultural de Asia y el Pac¨ªfico, Europa y Norteam¨¦rica representa el 93% de los ingresos mundiales y genera el 85% de puestos de empleo, de acuerdo con el documento. ¡°Por eso necesitamos la presencia de mujeres africanas que construyan nuevos relatos, sobre ?frica y sobre la participaci¨®n femenina en la sociedad¡±, dice la burkinesa Odile Sankara, una de las actrices, directoras de escena y personalidades de la cultura m¨¢s importante de ?frica occidental.

Para la int¨¦rprete, el reto de las mujeres africanas en la gesti¨®n cultural es mucho mayor que para las de Occidente. ¡°Nosotras estamos abriendo el camino para las nuevas generaciones. Ante una industria cultural monopolizada tenemos el reto de cambiar el relato de que ?frica es solo guerra y miseria, as¨ª como el imaginario de que las mujeres africanas somos v¨ªctimas permanentes. Somos m¨¢s que la mutilaci¨®n genital y el matrimonio infantil. Tambi¨¦n somos creadoras, resilientes y poderosas¡±, desgrana Sankara, en el camerino del Teatro del Bosque, tras el debate ?Cu¨¢l es el lugar de la creaci¨®n femenina hoy en d¨ªa?.

Ante una industria cultural monopolizada, nosotras tenemos el reto de cambiar el relato de que ?frica es solo guerra y miseria, y el imaginario de que las mujeres somos v¨ªctimas permanentes

Odile Sankara, actriz y directora de escena

Temas como la financiaci¨®n, el apoyo a proyectos culturales, la falta de referentes femeninos y los estereotipos de g¨¦nero ¡ªque colocan la responsabilidad de la familia y los hijos sobre las mujeres¡ª no son obst¨¢culos inherentes solo a ?frica. Sin embargo, en el continente africano, la poca financiaci¨®n gubernamental para proyectos creativos y culturales limitan la actividad creativa al sector informal, que tiende a apoyarse en redes de peque?as y medianas empresas, aut¨®nomos, y trabajadores temporales. ¡°Esto precariza a¨²n m¨¢s a las mujeres y les impide seguir creciendo profesionalmente¡±, esboza la core¨®grafa de Burkina Faso, que, lamenta ser una de las poqu¨ªsimas actrices de su generaci¨®n que siguen ejerciendo.

A pesar de todos los retos, estas mujeres, int¨¦rpretes y creadoras saben que su trabajo permite construir una mirada mucho m¨¢s amplia de la producci¨®n cultural del continente. Eso bien lo sabe la core¨®grafa camerunesa Hermine Yollo. ¡°Tomar la palabra y salir a escena significa romper con la idea de un arte africano homog¨¦neo que simplifica nuestra identidad. Somos 54 pa¨ªses, todos con singularidades y con historias propias. Eso es la cultura: es el arte tribal, el moderno y el contempor¨¢neo, es la diversidad y la riqueza de los hombres y mujeres que formamos parte de ¨¦l¡±, subraya.

Yollo, que durante el festival Harmat¨¢n 2023 dirigi¨® e interpret¨® la obra Odio el teatro, lo tiene claro: ¡°Todas las mujeres del mundo, sin distinci¨®n de raza, cultura o creencias, somos lo mismo. Nos encontramos con las mismas dificultades, por eso, nuestra participaci¨®n cada vez m¨¢s activa en la creaci¨®n se realiza de manera colectiva. Y es por nosotras que hoy se habla de la presencia femenina en el continente¡±.

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