Ramata-Toulaye Sy, directora de ¡®Banel y Adama¡¯: ¡°He huido de ese tipo de mujer africana dulce, simp¨¢tica, que gusta a todo el mundo¡±
El primer largometraje de la joven cineasta francosenegalesa fue candidato a la Palma de Oro en la ¨²ltima edici¨®n del Festival de Cannes
Apenas dos incursiones como guionista, un cortometraje y su debut en el largo formato, Banel y Adama, rodado el pasado a?o en el ¨¢rido norte de Senegal. Con un curr¨ªculum escueto, la directora francosenegalesa Ramata-Toulaye Sy (Benzons, Francia, 1986) ya ha alcanzado el sue?o de muchos cineastas: ser nominada para la Palma de oro en el Festival de Cannes. La cadencia de sus im¨¢genes contrasta con el ritmo de su carrera cinematogr¨¢fica. Pausa y frenes¨ª. Densidad metaf¨ªsica contra v¨¦rtigo mundano.
Banel y Adama avanza entre di¨¢logos esquem¨¢ticos y estampas on¨ªricas. Barniza el amateurismo de sus actores con una producci¨®n de pinceladas envolventes. Tiene fachada de cuento rom¨¢ntico y esconde una sutil reflexi¨®n sobre el destino, la locura y la rebeld¨ªa sin escr¨²pulos. Su protagonista femenina, Banel, se carga de un plumazo el estereotipo de mujer africana abnegada y paciente, siempre presta al sacrificio altruista, siempre dispuesta a arrimar el hombro con una sonrisa en la boca.
Sy cuenta por videoconferencia qu¨¦ ha supuesto para ella codearse ¡ªen la misma categor¨ªa de Cannes¡ª con gigantes del panorama internacional como Wes Anderson, Nanni Moretti, Ken Loach o Win Wenders. Tambi¨¦n explica por qu¨¦ su pel¨ªcula concilia la maldad de una mujer y el feminismo.
Pregunta. Termina su primer largometraje y, al poco tiempo, este entra en la selecci¨®n oficial para la Palma de oro en Cannes. Vaya sorpresa, supongo.
Respuesta. Imag¨ªnese. Fue todo un honor. El equipo y yo esper¨¢bamos, como mucho, estar en la categor¨ªa reservada para cineastas j¨®venes, nunca en la competici¨®n oficial para la Palma de oro. Nuestra candidatura viene a mostrar el inter¨¦s del festival por el cine africano. Y tambi¨¦n la ambici¨®n de la pel¨ªcula.
P. ?Se sinti¨® esos d¨ªas como una especie de embajadora del cine hecho en ?frica?
R. En absoluto. En otras categor¨ªas hab¨ªa varias pel¨ªculas africanas. Y, entre las candidatas a la Palma de oro, tambi¨¦n estaba [la directora tunecina] Kaouther Ben Hania. Es mi primera pel¨ªcula, estoy lejos de aspirar a representar nada. Una responsabilidad que, en cualquier caso, no quiero asumir.
P. ?Existe el cine africano como g¨¦nero geogr¨¢fico con una sensibilidad compartida, temas comunes...?
R. No estoy segura. S¨ª, le puedo decir que mi voluntad ha sido contar una historia universal rodada en ?frica. E ir m¨¢s all¨¢ de los estereotipos, de ese cine naturalista que suele abordar temas como la migraci¨®n, la pobreza o el maltrato de la mujer. Problemas que, sin duda, existen. En ?frica y en otros lugares del mundo.
P. Naci¨® en Francia. Su obra bebe de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, de William Faulkner, de los cl¨¢sicos griegos. ?Por qu¨¦ decidi¨® ir a rodar a ?frica? ?Hubo algo de b¨²squeda personal, de exploraci¨®n identitaria?
R. Desde luego. Soy hija de dos culturas, crec¨ª en Francia pero empapada de cultura y tradici¨®n senegalesas. En Banel y Adama est¨¢ ese af¨¢n de coherencia entre mi lado occidental y mi lado africano. Hay gritos y tragedia griega. Hay realismo m¨¢gico y brujer¨ªa. Cosas que forman parte de m¨ª, que son, en definitiva, yo misma.
¡°Nunca me sent¨ª tratada como la francesa que va a contar historias que no le pertenecen. Durante el rodaje, la gente de la comunidad vio que, aunque educada en Europa, era tambi¨¦n muy africana¡±
P. ?Ha escuchado o sentido reproches por querer contar una historia senegalesa sin ser, por as¨ª decirlo, puramente senegalesa?
R. Nunca me sent¨ª tratada como la francesa que va a contar historias que no le pertenecen. Durante el rodaje, la gente de la comunidad vio que, aunque educada en Europa, era tambi¨¦n muy africana. Hablo su idioma, lo cual facilit¨® mucho la comunicaci¨®n. Suelo vestir moda africana, tambi¨¦n en Francia [Sy lleva durante la entrevista un vestido con los habituales estampados policrom¨¢ticos del ?frica occidental]. La gente vio que no ten¨ªa ninguna intenci¨®n de moralizar, sino m¨¢s bien de mostrar su grandeza cultural desde el respeto.
P. Pero el respeto es muy subjetivo. Intuyo que habr¨¢ gente a la que no le guste c¨®mo aborda, por ejemplo, la figura del jefe local, un cargo hereditario, esencial en la jerarqu¨ªa social senegalesa.
R. Respeto no significa, al menos para m¨ª, no poder estar en contra de ciertas cosas, no poder criticar.
P. ?Qu¨¦ tal fue la relaci¨®n con el jefe de la comunidad en la que se desarroll¨® el rodaje?
R. Antes de empezar, tuvimos que pedir permiso a ¨¦l y al imam. Nos recibieron bien. Entendieron que se trata de ficci¨®n. Y quiero pensar que respetan mi opini¨®n, reflejada en la pel¨ªcula, sobre c¨®mo ciertas tradiciones no dejan espacio a la individualidad.
P. No plasma un amor imposible a lo Romeo y Julieta, sino, m¨¢s bien, la locura a la que puede conducir el amor.
R. Exacto. ?Yo nunca he mencionado a Romeo y Julieta! Pero hay gente que vio el tr¨¢iler, lo uni¨® al t¨ªtulo de la pel¨ªcula e hizo la asociaci¨®n. Siempre he insistido en que Banel y Adama se inspira directamente en Medea o Fedra, en esas tragedias cl¨¢sicas en las que la pasi¨®n deriva en locura.
P. Entiendo que esa dimensi¨®n m¨ªtica le ha ayudado a dar a la pel¨ªcula el car¨¢cter universal del que hablaba antes.
R. El tema principal es la maldici¨®n del amor, una historia contada mil veces. He tratado de reflejar c¨®mo un amor tan apasionado como el de Banel trae una maldici¨®n y c¨®mo la comunidad trata de traer el orden de vuelta.
¡°Quer¨ªa crear un personaje antip¨¢tico. En el cine africano no hay suficientes personajes complejos, apasionados, que puedan generar repulsa en el espectador¡±
P. Banel es un torbellino de matices, con varios registros entremezclados y un gran secreto en su conciencia.
R. Desde el principio tuve claro que quer¨ªa crear un personaje antip¨¢tico. Pienso que en el cine africano no hay suficientes personajes complejos, apasionados, que puedan generar repulsa en el espectador. He huido de ese tipo de mujer africana dulce, simp¨¢tica, que gusta a todo el mundo. Hay quien me ha dicho: ¡°Me gust¨® tu pel¨ªcula, pero no tanto el personaje de Banel¡±. Bueno, esa era la intenci¨®n.
P. Uno espera una hero¨ªna feminista. Y se encuentra con algo bastante diferente.
R. Pero esa vocaci¨®n feminista le acompa?a durante toda la pel¨ªcula. A pesar de su tremendo ego¨ªsmo, Banel es feminista: quiere su libertad y vivir el amor a su manera.
P. En ocasiones, parece una mujer v¨ªctima de la convenci¨®n, de un destino que no ha elegido. En otras, una manipuladora sin miramientos.
R. Es un poco las dos cosas. Es v¨ªctima de su destino y, al mismo tiempo, crea su destino. Tiene algo de bruja, de sobrehumano, de alguien capaz de romper el curso natural de los acontecimientos.
P. ?Seguir¨¢ filmando en ?frica?
R. Ya veremos. No tengo un inter¨¦s particular, aunque tampoco estoy cerrada. Para m¨ª era importante que Banel y Adama se ambientara en ?frica, que contribuyera a la reconciliaci¨®n entre mis dos culturas. Pero quiz¨¢ no haga m¨¢s pel¨ªculas all¨ª. Por eso no tengo, como dec¨ªa antes, ning¨²n inter¨¦s en que se me considere una representante del cine africano.
P. No puedo evitar preguntarle su opini¨®n sobre el caso Nahel [adolescente franc¨¦s muerto a manos de la polic¨ªa] y los incidentes posteriores. Usted, como Nahel, es de origen africano y creci¨® en las banlieues [extrarradios con alta concentraci¨®n de poblaci¨®n de origen inmigrante].
R. Es muy complicado saber c¨®mo va a afectar al pa¨ªs a largo plazo. Pienso que todo depender¨¢ del juicio al polic¨ªa que le dispar¨®, de si se le declara o no culpable. Prefiero ser prudente. Pero es obvio que hay un problema y que habr¨¢ que sentarse y plantearse las preguntas adecuadas.
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