Uganda declara la guerra a la ¡°ropa de blanco muerto¡±
El Gobierno ugand¨¦s ha prohibido la importaci¨®n de prendas de segunda mano para favorecer a la industria textil nacional. Los comerciantes ven con temor el futuro de un sector que emplea a cuatro millones de personas
Cuando el cielo de Kampala, la capital de Uganda, se ilumina poco a poco, James Kajubi ya est¨¢ levantado, prepar¨¢ndose para la jornada. Cerca de ¨¦l, un remolino de comerciantes se afana en desenvolver bolsas de pl¨¢stico llenas de ropa de segunda mano mientras otros corean los precios a cualquiera que pasa cerca. El ajetreo del mercado puede tener los d¨ªas contados: el mes pasado, el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, anunci¨® la prohibici¨®n de importaci¨®n de prendas usadas, que ¨¦l calific¨® de ¡°ropa de gente blanca muerta¡±. El motivo, asegur¨®, es que impide el crecimiento de las industrias textiles nacionales.
¡°Tenemos productores de ropa nueva [en Uganda], pero no consiguen introducirse en el mercado¡±, lament¨® Museveni en la ceremonia de colocaci¨®n de la primera piedra de nueve f¨¢bricas en un parque industrial de la ciudad de Mbale, al este del pa¨ªs. ¡°Estas f¨¢bricas emplean a m¨¢s de 2.000 j¨®venes, y muchos est¨¢n haciendo ropa, pero no pueden venderla si el mercado est¨¢ inundado de ropa de gente muerta. Cuando una persona blanca muere, juntan su ropa y la env¨ªan a ?frica [...] Por eso le declaro la guerra a la ropa de segunda mano¡±, dijo el l¨ªder ¡ªque, a sus 78 a?os, lleva desde 1986 en el poder¡ª seg¨²n declaraciones recogidas por medios ugandeses. Museveni tambi¨¦n anunci¨® la prohibici¨®n de importar cables y contadores el¨¦ctricos.
Uganda importa una media de 6.668 toneladas m¨¦tricas de ropa de segunda mano al mes y recauda 19.880 millones de euros con ellas, seg¨²n la Autoridad Tributaria del pa¨ªs. La importaci¨®n de ropa de segunda mano se multiplic¨® por cinco entre 2001, de los 25,6 millones de euros a los 128 millones de 2016, seg¨²n un informe del Economic Research Policy Centre.
Desde el anuncio del presidente, James Kajubi ha estado preocupado, sin saber a ciencia cierta si las autoridades empezar¨¢n a tomar medidas contra los comerciantes que venden ropa usada. ¡°Es estresante pensar que pueden cerrar mi negocio en cualquier momento¡±, confiesa este licenciado en Tecnolog¨ªa de la Informaci¨®n de 34 a?os, que no logr¨® conseguir trabajo de lo que estudi¨® y ahora se dedica al comercio de prendas usadas en el mercado de Saint Balikudembe, en Kampala. ¡°Si nos proh¨ªben vender ropa de segunda mano, ?de d¨®nde vamos a sacar para comer?¡±, se pregunta. Su colega John Katumba, que lleva 18 a?os importando estos materiales, teme perder los tres contenedores de prendas que ha comprado, procedentes de la India. Ahora se est¨¢ pensando cambiar de l¨ªnea de negocio. ¡°No puedes levantarte y de repente tomar esta decisi¨®n de prohibir la segunda mano¡±, dice, sobre el anuncio del presidente. ¡°Esto es quitarnos la libertad de ganarnos la vida. Mi ruego al Gobierno es que nos permita vender ropa usada, que no es ilegal, como la venta de drogas¡±.
Todav¨ªa no est¨¢ muy claro c¨®mo se aplicar¨¢ la prohibici¨®n. Bbosa Ibrahim, portavoz de la Autoridad Tributaria de Uganda, explica que su instituci¨®n trabaja conjuntamente con el Ministerio de Finanzas y Desarrollo Econ¨®mico y con el Ministerio de Comercio para desarrollar la nueva legislaci¨®n. ¡°Se informar¨¢ a los ciudadanos de los detalles a su debido tiempo¡±, subraya.
Abel Mwesigwa, consejero delegado de Kampala City Traders-Uganda, una asociaci¨®n de comerciantes del pa¨ªs, asegura que, con la prohibici¨®n, el presidente Museveni ¡°pretende impresionar a los comerciantes chinos a expensas de los comerciantes ugandeses¡±, en medio del deterioro de las relaciones con Occidente tras la promulgaci¨®n de una dur¨ªsima ley contra la homosexualidad en el mes de mayo que ha provocado cr¨ªticas internacionales. De momento, a?ade Mwesigwa, su asociaci¨®n profesional va a presentar una petici¨®n al Gobierno para evitar que los ugandeses se queden sin trabajo. Seg¨²n sus c¨¢lculos, aproximadamente cuatro millones de personas ¡ªentre importadores, distribuidores, vendedores ambulantes o transportistas¡ª est¨¢n empleados de alguna manera en la industria de la ropa de segunda mano.
Walter Atiku, economista ugand¨¦s, cree que la medida del presidente Museveni tiene como objeto controlar la inflaci¨®n limitando el gasto de divisas (d¨®lares) de Uganda a trav¨¦s de las fronteras. Atiku se?ala: ¡°Ahora mismo, las reservas de moneda del banco central [de Uganda] est¨¢n disminuyendo. El presidente quiere restringir todas las salidas de d¨®lares para evitar que se importen cosas que no aporten nada a la econom¨ªa del pa¨ªs, porque es necesario estabilizar la moneda local¡±. Sin embargo, puntualiza, la prohibici¨®n de la ropa usada podr¨ªa perjudicar a la econom¨ªa ugandesa, ya que supone una fuente de ingresos en un momento en el que el Banco Mundial ha decidido suspender la financiaci¨®n futura de proyectos en Uganda por la aprobaci¨®n de su ley hom¨®foba.
Prendas de Europa y EE UU
Al menos el 70% de la ropa de segunda mano de toda ?frica procede de Europa y Estados Unidos, seg¨²n la ONG Oxfam. De ah¨ª viene la expresi¨®n que us¨® el presidente Museveni, ¡°ropa de blanco muerto¡±, utilizada especialmente en Ghana, el pa¨ªs del mundo que m¨¢s ropa de segunda mano importa en el mundo. Las importaciones suman 214 millones de d¨®lares anuales, unos 200 millones de euros, seg¨²n el informe Observatory of Economic Complexity de 2021. Esto representa un 10% de la venta de ropa de segunda mano en venta del mundo, frente al escaso 2% que llega a Uganda. Como consecuencia de esta avalancha de textiles, Ghana sufre serios problemas de contaminaci¨®n en sus r¨ªos.
¡°La exportaci¨®n de ropa usada a los pa¨ªses pobres se ha convertido en una v¨¢lvula de escape para la sobreproducci¨®n sistem¨¢tica y en un sigiloso flujo de residuos que deber¨ªan ser ilegales¡±, denunciaba en febrero Changing Markets Fundation, una organizaci¨®n que defiende la producci¨®n y el comercio sostenible y que public¨® una investigaci¨®n sobre la exportaci¨®n de estos productos desde la Uni¨®n Europea a Kenia. En este caso, la UE envi¨® 112 millones de prendas de ropa de segunda mano a este pa¨ªs africano solo en 2021, de las que m¨¢s de 56 millones no eran aprovechables por estar sucias o estropeadas. Y, de estas ¨²ltimas, al menos 37 millones hab¨ªan sido fabricadas con materiales sint¨¦ticos. Organizaciones como Greenpeace alertan de que materiales como el poli¨¦ster, que no son biodegradables, acaban, tras ser quemados o desechados, en la cadena de alimentaci¨®n de animales y humanos en forma de micropl¨¢sticos.
Morrison Rwakakamaba, presidente de la Autoridad de Inversiones de Uganda, una entidad gubernamental, insiste en que la prohibici¨®n de la ropa de segunda mano impulsar¨¢ el crecimiento de las industrias textiles locales, y afirma que ¡°animar¨¢ a los ciudadanos a invertir en el sector textil y har¨¢ que los precios del algod¨®n mejoren en beneficio de los agricultores¡±. El economista ugand¨¦s Walter Atiku, por su parte, ve dif¨ªcil que las f¨¢bricas ugandesas consigan satisfacer la demanda de una poblaci¨®n de 47 millones de personas. En la actualidad, el pa¨ªs cuenta ¨²nicamente con dos industrias textiles integradas verticalmente, es decir, capaces de controlar todas las fases de la producci¨®n. Casi el 95% del algod¨®n de Uganda se exporta como pelusa o l¨ªnter, un material usado para fabricar telas y accesorios textiles. El continente africano est¨¢ entre los principales productores de materia prima para el sector textil en el mundo, pero el 90% se exporta en forma semielaborada, es decir, no como prendas listas para el consumidor.
¡°La mayor¨ªa de los ugandeses son pobres, y por eso muchos de ellos prefieren la ropa usada, porque es m¨¢s barata en comparaci¨®n con las prendas nuevas¡±, afirma Abel Mwesigwa, consejero delegado de la asociaci¨®n de comerciantes Kampala City Traders-Uganda. Las tasas de pobreza del pa¨ªs, sin embargo, se han recortado a la mitad en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas, seg¨²n datos del portal Afrobarometer, pero en 2020, el 30% de la poblaci¨®n a¨²n viv¨ªa con menos de 1,77 d¨®lares al d¨ªa (1,67 euros).
En 2016, la Comunidad Africana Oriental, una agrupaci¨®n econ¨®mica regional de la que forma parte Uganda, acord¨® prohibir las importaciones de ropa usada en 2019, pero Ruanda fue el ¨²nico pa¨ªs que lo puso en pr¨¢ctica.
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