De Libia a Sud¨¢n: los deberes humanitarios de la UE

Libia y Marruecos han ocupado los titulares de las ¨²ltimas semanas. Crisis humanitarias que han causado la muerte de miles de personas y un enorme impacto en la vida de otras tantas que sufrir¨¢n sus consecuencias durante d¨¦cadas. Estas son solo dos de las crisis que afectan a millones de personas en todo el mundo, pero existen otras muchas que no consiguen tantos focos. En el ¨²ltimo a?o, el nivel de necesidades humanitarias, que ya era r¨¦cord, ha aumentado hasta afectar a 363 millones de personas.

La causas de tal situaci¨®n son m¨²ltiples y complejas; entre ellas, el impacto del cambio clim¨¢tico en las poblaciones que menos contribuyen a ello, los niveles de pobreza y desigualdad de amplias zonas del planeta, el efecto domin¨® del conflicto en Ucrania, las crisis de seguridad alimentaria o la falta de responsabilidad nacional e internacional en la garant¨ªa de los derechos humanos y las condiciones dignas para la vida.

Seg¨²n la Oficina de Acci¨®n Humanitaria de la ONU, a mediados de septiembre solo se hab¨ªa cubierto el 30% del llamamiento humanitario de Naciones Unidas. Este d¨¦ficit r¨¦cord de financiaci¨®n hace que cada vez sea m¨¢s dif¨ªcil responder a las necesidades urgentes de las poblaciones afectadas por las crisis. Pero, adem¨¢s, los datos globales ocultan una realidad muy desigual e injusta: hay crisis muy desatendidas con respecto a otras.

Es imperativo, por tanto, que la comunidad internacional aumente significativamente la financiaci¨®n humanitaria y que mejore la eficiencia y eficacia de la ayuda. Es urgente asegurar que se alivia cualquier sufrimiento humano en cualquier lugar del mundo y as¨ª lo han demandado las ONG europeas. Millones de vidas est¨¢n en juego.

Asumir responsabilidades

Europa est¨¢ a la vanguardia de la comunidad de donantes y eso hace que deba tener un papel clave en la promoci¨®n del desarrollo sostenible y en la garant¨ªa de los derechos fundamentales en todo el planeta. Sus Estados miembros deben aumentar sus fondos nacionales para dar respuesta a las crisis que afectan a millones de personas. En este contexto, Espa?a marca el camino con su nueva Ley de Cooperaci¨®n en la que se contempla que el 10% de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) se destine a asistencia humanitaria.

Los Estados miembro de la Uni¨®n Europea se re¨²nen esta semana en Madrid para debatir el programa de trabajo del COHAFA, centrado en cuestiones como el d¨¦ficit de financiaci¨®n o el nexo que debe existir entre la acci¨®n humanitaria, el desarrollo y la paz. Estos temas tambi¨¦n se abordar¨¢n en un encuentro organizado, el d¨ªa 25 de septiembre, por VOICE y La Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo (Espa?a); donde tambi¨¦n se har¨¢ especial incidencia en la llamada localizaci¨®n, es decir, el deber de trabajar mano a mano con las comunidades locales y sus organizaciones, especialmente aquellas lideradas por mujeres.

Las crisis de Libia y Marruecos, pero tambi¨¦n las que afectan al Sahel, a Ucrania o Sud¨¢n, deben recordarnos que detr¨¢s de cada estad¨ªstica hay vidas humanas, historias de sufrimiento y resistencia que merecen no solo titulares, sino sobre todo apoyo para garantizar los derechos de millones de personas y un futuro digno. La comunidad internacional tiene una responsabilidad que no puede eludir. Los principios de humanidad, imparcialidad, neutralidad e independencia son fundamentales para la acci¨®n humanitaria. En particular, la imparcialidad que significa que el sufrimiento humano debe aliviarse siempre que se encuentre, y que la prestaci¨®n de apoyo debe responder al grado de sufrimiento que se pretende aliviar y no a cualquier otro inter¨¦s.

La Uni¨®n Europea debe liderar estos esfuerzos y demostrar que la voluntad pol¨ªtica puede ser una poderosa fuerza para cambiar el rumbo. La presidencia espa?ola de la UE es una buena oportunidad para demostrar el compromiso europeo con 363 millones de personas.

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