Si eres mujer y pobre, corres mayor riesgo de perder tu empleo por la automatizaci¨®n y la inteligencia artificial
Desde las colectoras de t¨¦ en Kenia hasta las trabajadoras del textil en Banglad¨¦s, las trabajadoras son las m¨¢s amenazadas por el uso de la inteligencia artificial y la mecanizaci¨®n, pues ocupan la mayor¨ªa de puestos sustituibles por m¨¢quinas y se benefician menos de los planes de reconversi¨®n
Rose Nyunja ten¨ªa solo 18 a?os cuando empez¨® a trabajar en las plantaciones de t¨¦ de Kericho, la mayor regi¨®n productora de esta planta de Kenia y una de las principales fuentes de empleo para las mujeres pobres del pa¨ªs. Durante d¨¦cadas, se mat¨® a trabajar en las explotaciones, recogiendo las hojas a mano. Despu¨¦s llegaron las m¨¢quinas de recolecci¨®n y millares de mujeres como Nyunja empezaron a perder sus empleos, pues solo una de esas m¨¢quinas era capaz de sustituir a m¨¢s de 100 trabajadores.
Una noche de 2020, Nyunja regres¨® a las viviendas de las empleadas y se encontr¨® la puerta bloqueada con una barrera. La hab¨ªan despedido. Suplic¨® al supervisor que salvara su puesto de trabajo y su hogar. En lugar de eso, los agentes de seguridad de la empresa la expulsaron del recinto. ¡°Mis 26 a?os de servicio no significaban nada para ellos¡±, se lamenta, luchando por contener las l¨¢grimas. ¡°Me dieron una hora para recoger mis pertenencias y marcharme. Nunca en mi vida hab¨ªa experimentado tanta humillaci¨®n y verg¨¹enza. He trabajado diligentemente durante m¨¢s de dos d¨¦cadas y ?qu¨¦ he conseguido? Nada¡±.
El Sindicato de Trabajadores Agr¨ªcolas y de Plantaciones de Kenia afirma que 30.000 mujeres han perdido su empleo como consecuencia de la automatizaci¨®n en los ¨²ltimos cinco a?os. Alrededor del 60% de los 75.000 trabajadores empleados actualmente en el sector del t¨¦ son mujeres, frente al 75% estimado en 2017, seg¨²n Dickson Sang, secretario general del sindicato.
A medida que las plantaciones de t¨¦ de Kenia se automatizan para mejorar la productividad, las trabajadoras como Nyunja representan una tendencia mundial m¨¢s amplia: las mujeres tienen m¨¢s probabilidades que los hombres de perder sus empleos. Un estudio brit¨¢nico de 2019 revelaba que el 70% de los puestos de trabajo con alto riesgo de automatizaci¨®n est¨¢n ocupados por mujeres en el Reino Unido. Y el pasado abril, un estudio de la Universidad de Carolina del Norte hall¨® que casi el 80% de la mano de obra femenina en Estados Unidos se ver¨¢ afectada por los avances en la inteligencia artificial (IA) generativa, en comparaci¨®n con el 58% de los hombres.
Aunque los recientes avances de la IA generativa han agravado la preocupaci¨®n por la disminuci¨®n de puestos de trabajo para los empleados administrativos, las p¨¦rdidas de empleo debidas al aumento de la automatizaci¨®n en las empresas llevan a?os produci¨¦ndose, como se ha visto en Kenia. Kweilin Ellingrud, directora del McKinsey Global Institute, afirma que su investigaci¨®n muestra que es 14 veces m¨¢s probable que la automatizaci¨®n afecte a los trabajadores con salarios bajos que a los que ganan m¨¢s.
El 80% de la mano de obra femenina en Estados Unidos se ver¨¢ afectada por los avances en la inteligencia artificial generativa, en comparaci¨®n con el 58% de los hombres
¡°Creo que la raz¨®n por la que acapara titulares es porque tambi¨¦n est¨¢ afectando por primera vez a los empleos con salarios m¨¢s altos¡±, afirma Ellingrud. ¡°Me parece que ahora la IA generativa est¨¢ centr¨¢ndose en puestos de trabajo de todo tipo: afecta a tu trabajo, afecta a mi trabajo. Algunos de nosotros, yo incluida, no estamos acostumbrados a pensar en c¨®mo tendr¨¢ que cambiar mi trabajo o en qu¨¦ va a cambiar¡±.
La pandemia de covid-19 demostr¨® adem¨¢s que las mujeres tienen m¨¢s probabilidades de perder su empleo en periodos de agitaci¨®n econ¨®mica, y tardan m¨¢s en reincorporarse a la poblaci¨®n activa. ¡°El desempleo femenino dura m¨¢s¡±, afirma Ellingrud. Su investigaci¨®n en McKinsey ha revelado que 12 millones de personas tendr¨¢n que cambiar de trabajo de aqu¨ª a 2030, y que las trabajadoras tienen 1,5 veces m¨¢s probabilidades que los hombres de verse obligadas a cambiar de ocupaci¨®n. En su opini¨®n, esto significa que los gobiernos y las empresas deben adoptar urgentemente medidas espec¨ªficas para reciclar y mejorar la cualificaci¨®n de las mujeres.
En Kericho, Roselyne Wasike, recolectora de t¨¦, cuenta que sus ingresos han ca¨ªdo casi a la mitad, de 150 a 80 d¨®lares al mes (de 140 a 75 euros), a medida que las m¨¢quinas se han ido haciendo cargo de m¨¢s partes del trabajo en la plantaci¨®n. Ni siquiera los que han conseguido conservar su empleo pueden escapar al impacto de la automatizaci¨®n. ¡°Estas m¨¢quinas han perjudicado a las mujeres a las que han despedido, en lugar de darles otras tareas dentro de las explotaciones de t¨¦¡±, afirma Wasike. Muchas de ellas son viudas o madres solteras. El resentimiento hacia las m¨¢quinas se tradujo en violencia el pasado mes de mayo, cuando los residentes de Kericho incendiaron nueve m¨¢quinas cosechadoras valoradas en 1,2 millones de d¨®lares (1,1 millones de euros) en una plantaci¨®n propiedad de Ekaterra, el productor de los t¨¦s Lipton y TAZO. El enfrentamiento se sald¨® con dos muertos y la detenci¨®n del gobernador de Kericho. Ekaterra suspendi¨® sus operaciones durante dos semanas, dejando sin trabajo a m¨¢s de 16.000 empleados.
El 85% de los empleos afectados por la IA generativa se concentrar¨¢n en cuatro categor¨ªas laborales: servicios de alimentaci¨®n, atenci¨®n al cliente y ventas, administraci¨®n de oficinas y fabricaci¨®n
Uno de los puntos en disputa hab¨ªa sido una disposici¨®n del convenio colectivo del sector seg¨²n la cual se mantendr¨ªa a los trabajadores, en su mayor¨ªa mujeres, como operadores de m¨¢quinas. Los dirigentes sindicales afirman que las multinacionales se han ¡°negado en redondo¡± a aplicarla. ¡°No apruebo la destrucci¨®n de la propiedad. Pero ahora estos trabajadores est¨¢n tomando represalias porque las empresas de t¨¦ siguen cambiando las reglas del juego¡±, afirma Sang.
Ellingrud explica que el 85% de los empleos afectados por la IA generativa se concentrar¨¢n en cuatro categor¨ªas laborales: servicios de alimentaci¨®n, atenci¨®n al cliente y ventas, administraci¨®n de oficinas y fabricaci¨®n. En las tres primeras predominan las mujeres. Incluso en el sector manufacturero, las trabajadoras como Nyunja son m¨¢s vulnerables en comparaci¨®n con los hombres, que tienen m¨¢s posibilidades de ser reciclados para funciones relacionadas con la automatizaci¨®n.
Ropa hecha en Banglad¨¦s, pero no por humanos
La automatizaci¨®n tambi¨¦n ha cambiado radicalmente la composici¨®n del sector de la confecci¨®n de Banglad¨¦s, antes aclamado por transformar las perspectivas de empleo de las mujeres. En el pasado, las mujeres representaban m¨¢s del 80% de la mano de obra del sector, mientras que ahora representan menos del 60%. En 2019, el Gobierno preve¨ªa que medio mill¨®n de trabajadores de la confecci¨®n, en su mayor¨ªa mujeres, perder¨ªan su empleo a causa de la automatizaci¨®n.
En el Centro de Formaci¨®n y Confecci¨®n Moni de Savar, situado al norte de la capital, Dacca, Mizanur Rahman ense?a a sus alumnos a manejar las m¨¢quinas de tejer y tricotar. Rahman, extrabajador de la confecci¨®n, explica c¨®mo contratan instructoras para las alumnas y ofrecen horarios flexibles para que las mujeres puedan acudir antes o despu¨¦s de ocuparse de las tareas dom¨¦sticas. Se?ala que la confianza que adquieren con su formaci¨®n puede traducirse en un mayor reconocimiento en el trabajo.
En 2019, el Gobierno de Banglad¨¦s preve¨ªa que medio mill¨®n de trabajadores de la confecci¨®n, en su mayor¨ªa mujeres, perder¨ªan su empleo a causa de la automatizaci¨®n
¡°Muchas de mis alumnas obtienen buenos resultados y ascienden a puestos de supervisora o jefa de l¨ªnea¡±, afirma Rahman. Es probable que las funciones de supervisi¨®n y de manejo de tecnolog¨ªa automatizada sean algunos de los empleos clave que sobrevivan en un panorama posautomatizaci¨®n. Pero ambos tienden a estar dominados por los hombres. En la industria de la confecci¨®n de Banglad¨¦s, las mujeres han representado durante mucho tiempo menos del 5% de los supervisores, a pesar de constituir una mayor¨ªa significativa de la mano de obra.
Ha habido algunas se?ales de ¨¦xito. El proyecto Igualdad de G¨¦nero y Rendimiento, dirigido por la Corporaci¨®n Financiera Internacional del Banco Mundial y la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo, afirma que el 60% de sus aprendices han sido promovidas a puestos de supervisi¨®n, y el n¨²mero de mujeres supervisoras en la industria ha saltado al 12% desde que comenz¨® el programa en 2016.
Abdullah Hil Rakib, director de la Asociaci¨®n de Fabricantes y Exportadores de Ropa de Banglad¨¦s, la mayor asociaci¨®n comercial del sector en el pa¨ªs, asegura que el principal obst¨¢culo para que las mujeres prosperen en puestos de supervisi¨®n u operadoras de m¨¢quinas es psicol¨®gico. ¡°Es una barrera mental¡±, afirma. Se?ala que la automatizaci¨®n supone un trabajo menos agotador f¨ªsicamente tanto para hombres como para mujeres, lo que elimina una dificultad que antes habr¨ªa hecho que algunos puestos de trabajo fueran menos accesibles para las mujeres. ¡°Incluso cuando un hombre maneja una pesada m¨¢quina de corte autom¨¢tico, solo tiene que pulsar un interruptor para encenderla y apagarla. No necesita hacer m¨¢s¡±, sostiene Rakib.
Ellingrud anota que alrededor del 10% de los empleos que se crean cada a?o suelen ser nuevas funciones que antes no exist¨ªan, pero las mujeres ocupan estos puestos en menor proporci¨®n que los hombres. Las que no sean capaces de adaptarse corren el riesgo de quedarse fuera de la nueva econom¨ªa. Pero esa adaptaci¨®n parece una posibilidad lejana en Kericho, donde Nyunja vende verduras en la calle para llegar a fin de mes. ¡°Antes pod¨ªa cuidar de mi familia y pagar la escuela de mis hijos¡±, se lamenta. ¡°Ahora mi futuro parece sombr¨ªo. Apenas puedo pagar el alquiler, y mucho menos enviar a mi hijo a la escuela¡±.
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