Las evidencias de una nueva limpieza ¨¦tnica en Sud¨¢n se ciernen sobre Darfur
La guerra en el pa¨ªs africano ha adquirido una dimensi¨®n propia en esta regi¨®n del oeste del pa¨ªs, donde los testimonios y los expertos alertan de que la violencia contra la poblaci¨®n civil podr¨ªa constituir un genocidio
Cuando en abril de 2023 estall¨® la guerra en Sud¨¢n entre el Ej¨¦rcito regular y un poderoso grupo paramilitar, inicialmente en la capital, Jartum, uno de los mayores miedos era que la contienda se extendiera a la castigada tierra de Darfur. Esta vasta regi¨®n en el oeste del pa¨ªs es el feudo de las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido y est¨¢ marcada por profundas tensiones ¨¦tnicas, por lo que se tem¨ªa que el conflicto adquiriera all¨ª una dimensi¨®n propia.
Los presagios no tardaron en cumplirse y los avances de las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido en la regi¨®n han ido de la mano de graves atrocidades. La violencia contra civiles en Sud¨¢n es extendida, pero en Darfur adopta un car¨¢cter marcadamente ¨¦tnico contra comunidades locales no ¨¢rabes, con la intenci¨®n de borrarlas del mapa en campa?as que cada vez m¨¢s voces y grupos de derechos humanos consideran que podr¨ªa constituir un genocidio.
La atrocidad de los cr¨ªmenes en Darfur generan alarma por la historia reciente de la regi¨®n. Se producen dos d¨¦cadas despu¨¦s de que el expresidente Omar al Bashir lanzara all¨ª una devastadora campa?a de contrainsurgencia contra movimientos armados de comunidades no ¨¢rabes alzados contra sus pol¨ªticas de marginaci¨®n y expolio. El r¨¦gimen de Al Bashir explot¨® la tensi¨®n local surgida por la creciente competici¨®n entre comunidades agr¨ªcolas no ¨¢rabes y comunidades pastorales ¨¢rabes por recursos naturales cada vez m¨¢s escasos.
Muchos consideraron que aquella campa?a desemboc¨® en un genocidio de comunidades no ¨¢rabes, principalmente masalit, fur y zaghawa. Murieron cientos de miles de personas, se aplic¨® una pol¨ªtica de tierra quemada contra pueblos enteros y grandes extensiones de tierra, se despoblaron amplios territorios por la fuerza y se emple¨® violencia sexual contra mujeres y ni?as de forma sistem¨¢tica. Parte de las milicias a las que el Estado deleg¨® la engorrosa tarea se institucionalizaron a?os despu¨¦s en las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido.
Masacre en El Geneina
Las atrocidades de mayor magnitud hasta ahora se han perpetrado en la capital de Darfur Oeste y de la comunidad masalit, El Geneina, donde entre finales de abril y principios de noviembre de 2023 las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido y milicias aliadas llevaron a cabo una campa?a de limpieza ¨¦tnica, seg¨²n un informe publicado este jueves por Human Rights Watch.
Las masacres en El Geneina fueron en cierto modo la cr¨®nica de una tragedia anunciada. El convulso per¨ªodo que se abri¨® en Sud¨¢n en 2019, con la ca¨ªda de Al Bashir, los intentos de redefinir la arquitectura pol¨ªtica y de seguridad de Darfur, y la retirada de las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU y la Uni¨®n Africana provocaron gran inestabilidad y dejaron expuesta a El Geneina, que sufri¨® tres ataques a gran escala en apenas tres a?os. ¡°Entre 2019 y ahora [se han producido] numerosos e importantes ataques contra la misma poblaci¨®n civil masalit, y en ninguno de estos casos se han exigido responsabilidades¡±, constata Mohamed Osman, uno de los autores del informe de HRW. ¡°Lo llevan a cabo los mismos grupos, las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido y milicias aliadas, [y] no hay rendici¨®n de cuentas, ni verdaderas investigaciones, ni se da prioridad a la protecci¨®n de los civiles¡±.
Solo 10 d¨ªas despu¨¦s de que estallaran los enfrentamientos entre el ej¨¦rcito y las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido en Jartum en abril de 2023, ambos se enzarzaron en breves combates en El Geneina. Y lo que sigui¨® fueron dos meses de ataques y saqueos sistem¨¢ticos de los paramilitares y milicias aliadas en barrios y centros de desplazados de mayor¨ªa masalit. La situaci¨®n degener¨® gravemente el 14 de junio, cuando los grupos de autodefensa masalit colapsaron y el gobernador de Darfur Oeste, Jamis Abbakar, fue arrestado y asesinado. Entonces se produjo un primer ¨¦xodo masivo en dos direcciones: hacia Chad y hacia Ardamata, un suburbio sudan¨¦s que alberga una guarnici¨®n de las Fuerzas Armadas. Desde el amanecer del d¨ªa siguiente, los paramilitares y sus milicias aliadas se dedicaron a expulsar, casa por casa, a quienes se hab¨ªan quedado. Tambi¨¦n realizaron emboscadas a quienes escapaban, que sufrieron palizas, ejecuciones y extorsiones generalizadas, seg¨²n el exhaustivo informe de HRW. Las carreteras de huida estaban sembradas de cad¨¢veres.
A principios de noviembre se produjo el golpe final. Las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido y sus aliados asaltaron Ardamata, y los supervivientes contaron a HRW que abrieron de nuevo fuego contra civiles que hu¨ªan, ejecutaron a personas en sus casas, detuvieron a cientos, incluidos ni?os, llevaron a cabo saqueos masivos e incendiaron zonas residenciales. Las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido, que reclutan sobre todo de comunidades ¨¢rabes de Darfur, fueron centrales en todos estos ataques y en los abusos que los acompa?aron, y el informe de HRW se?ala que las milicias tribales ¨¢rabes aparentemente proporcionaron la mayor¨ªa de hombres. Otro grupo armado de or¨ªgenes poco claros, pero aliado con los paramilitares, tambi¨¦n particip¨®, y algunos testigos aseguraron haber visto combatientes extranjeros. Enfrente se encontraron con grupos de autodefensa masalit y un movimiento armado que lideraba Abbakar, la Alianza Sudanesa, que eran muchos menos e iban peor armados, por lo que fueron incapaces de frenar el golpe. El ej¨¦rcito y la polic¨ªa nunca intervinieron.
El rosario de atrocidades de la campa?a contra El Geneina fue desgarrador: homicidios generalizados en casas, calles y puestos de control, b¨²squeda de personas masalit para ejecutarlas, uso de explosivos en zonas densamente pobladas, asesinatos selectivos de miembros destacados de la comunidad, violaciones, torturas y detenciones arbitrarias.
Tambi¨¦n saquearon, destrozaron e incendiaron deliberadamente barrios masalit, atacaron cl¨ªnicas y personal m¨¦dico, mercados, infraestructura cr¨ªtica e impidieron a los miembros de la comunidad acceder a lugares de refugio, comida y agua, en un aparente intento de socavar gravemente su capacidad para regresar alg¨²n d¨ªa, seg¨²n concluye HRW. Un panel de expertos de la ONU asegur¨® que los asaltos fueron planeados y coordinados, seg¨²n un documento filtrado en diciembre, que estim¨® el n¨²mero de personas asesinadas, de acuerdo con fuentes de inteligencia, en entre 10.000 y 15.000. HRW tambi¨¦n document¨® una importante coordinaci¨®n entre las fuerzas asaltantes dentro y alrededor de El Geneina.
Tierra quemada
Aunque El Geneina ha sido la ciudad de Darfur donde se ha producido la mayor campa?a de atrocidades, no ha sido la ¨²nica. Numerosas otras localidades de mayor¨ªa no ¨¢rabe, en particular de Darfur Oeste, han sufrido asaltos parecidos. Solo entre abril y julio de 2023, los paramilitares y sus aliados atacaron e incendiaron al menos siete pueblos de la regi¨®n, seg¨²n HRW. El caso que mejor se ha documentado es el de la ciudad de Misterei, de la que el ej¨¦rcito se retir¨® en abril dej¨¢ndola vulnerable ante un posible ataque. Este se dio al mes siguiente, cuando las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido y milicias aliadas asaltaron la ciudad en todoterrenos, motos, a caballo y a pie. Mataron a unos 100 masalit, dispararon a quienes intentaban huir, realizaron saqueos e incendiaron cientos de hogares, seg¨²n un informe del centro canadiense de estudios de derechos humanos Raoul Wallenberg.
En Darfur Norte, basti¨®n de movimientos armados no ¨¢rabes, tambi¨¦n se han producido masacres parecidas. El pasado junio, los paramilitares y milicias aliadas asaltaron Kutum, una localidad a 120 kil¨®metros de la capital provincial, El Fasher, y mataron a m¨¢s de 40 personas e hirieron a decenas, seg¨²n el centro Raoul Wallenberg, que ha documentado un ataque similar en al menos una localidad de poblaci¨®n mayoritariamente fur. Este informe, que fue respaldado por una treintena de expertos, concluye que los cr¨ªmenes de atrocidad de las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido y milicias aliadas en Darfur Oeste tienen la intenci¨®n de destruir a la comunidad masalit de forma total o parcial, por lo que se?ala que constituyen un genocidio en curso. Tambi¨¦n considera que existen motivos para creer que est¨¢n cometiendo genocidio contra otros grupos no ¨¢rabes.
La asesora especial de la ONU para la prevenci¨®n del genocidio, Alice Wairimu Nderitu, declar¨® en noviembre que varios de los ataques perpetrados en Darfur ¡°podr¨ªan constituir actos de genocidio¡± y que los riesgos son ¡°sombr¨ªamente elevados¡±. Al poco, Estados Unidos determin¨® que la situaci¨®n tiene ¡°ecos inquietantes del genocidio que comenz¨® hace casi 20 a?os en Darfur¡±. Y el fiscal del Tribunal Penal Internacional, Karim Khan, anunci¨® ya en julio de 2023 que su oficina est¨¢ investigando los cr¨ªmenes en Darfur Oeste.
Todos estos precedentes provocan que ahora se tema lo peor en Darfur Norte. En abril, las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido lanzaron una gran ofensiva en este Estado, y actualmente se preparan para atacar El Fasher. Se trata de una de las ciudades m¨¢s populosas de Sud¨¢n, un refugio para cientos de miles de desplazados, y su poblaci¨®n pertenece sobre todo a comunidades ¨¦tnicas no ¨¢rabes que forman el grueso de muchos grupos armados locales, por lo que un asalto podr¨ªa desencadenar una de las peores batallas de la guerra.
¡°El Geneina pone de manifiesto la brutalidad de las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido contra la poblaci¨®n civil no ¨¢rabe¡±, alerta Osman. ¡°Pero a la vez, la comunidad internacional no respondi¨®, y ahora vemos c¨®mo se desarrolla, o posiblemente se desarrolle, una masacre en El Fasher¡±, nota. ¡°Estamos viendo mensajes firmes de l¨ªderes y actores internacionales de no atacar, pero los civiles siguen estando en peligro¡±, agrega, por lo que cree que es el momento de empezar a considerar el despliegue de una misi¨®n de protecci¨®n de civiles.
Puedes seguir a Planeta Futuro en X, Facebook, Instagram y TikTok y suscribirte aqu¨ª a nuestra ¡®newsletter¡¯.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.