Los l¨ªderes del G7 pueden liberar fondos para ?frica

El cambio clim¨¢tico sigue haciendo estragos en ?frica, que soporta fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos y desastres naturales en una escala nunca antes vista. Mi pa¨ªs (Kenia) acaba de salir de la sequ¨ªa m¨¢s larga de la que se tenga registro, solo para entrar en un per¨ªodo de inundaciones devastadoras. Malaui, Zambia y Zimbabue experimentaron hace poco una grave sequ¨ªa que expuso a millones de personas al hambre; y la regi¨®n del Sahel soport¨® una debilitante ola de calor que provoc¨® m¨¢s de 100 muertes en Mal¨ª.

El cambio clim¨¢tico es en ?frica causa creciente de sequ¨ªas que ponen en riesgo la provisi¨®n de agua. Arruina vidas y medios de sustento, paraliza la producci¨®n de alimentos y destruye hogares e infraestructuras. Afecta los patrones migratorios y profundiza conflictos; poblaciones enteras se ven obligadas a huir en busca de medios de supervivencia alternativos.

Para colmo de males, los pa¨ªses africanos pagan tipos de inter¨¦s hasta ocho veces mayores que los del pr¨¦stamo t¨ªpico del Banco Mundial, y esto reduce todav¨ªa m¨¢s su capacidad para hacer frente a los retos clim¨¢ticos. Esta disparidad es reflejo de un sistema financiero internacional creado en 1945 (cuando la mayor¨ªa de los pa¨ªses africanos todav¨ªa no exist¨ªan) que mantiene un sesgo favorable a los pa¨ªses ricos. Muchas naciones africanas est¨¢n atrapadas en un ciclo perpetuo de endeudamiento, con poco o ning¨²n margen fiscal para desarrollarse e invertir en medidas de mitigaci¨®n o adaptaci¨®n frente al cambio clim¨¢tico.

En la pr¨¢ctica, hoy los pa¨ªses en desarrollo son contribuyentes netos de flujos financieros a la econom¨ªa global. Las transferencias financieras netas a los pa¨ªses en desarrollo se derrumbaron desde un m¨¢ximo de 225.000 millones de d¨®lares (unos 207.000 millones de euros) en 2014 a 51.000 millones en 2022; y en 2023, 74.000 millones de d¨®lares salieron de los pa¨ªses de la Asociaci¨®n Internacional de Fomento (AIF, integrada por econom¨ªas de bajos ingresos y algunas de ingresos medios inferiores) hacia pa¨ªses donantes m¨¢s ricos, en la forma de pago de intereses.

Un sistema financiero justo debe dar a todos los pa¨ªses acceso igualitario al capital

Estas tensiones financieras obstaculizan los esfuerzos de los pa¨ªses africanos, no solo en lo referido a adaptarse al impacto del cambio clim¨¢tico, sino tambi¨¦n a hacer la transici¨®n a una econom¨ªa descarbonizada, por no hablar de asignar recursos suficientes a la educaci¨®n, la atenci¨®n de la salud y la protecci¨®n social. Por eso ?frica (con el resto del mundo en desarrollo) lleva tiempo pidiendo reformas urgentes a la arquitectura financiera internacional. Pero dar los pasos necesarios en esa direcci¨®n es tarea del G7 y del G20.

La 50? cumbre del G7 que tendr¨¢ lugar este mes en Apulia (Italia) dar¨¢ a los l¨ªderes de los principales pa¨ªses donantes una oportunidad de demostrar solidaridad con ?frica, comprometi¨¦ndose a apoyar un proceso de reestructuraci¨®n y cancelaci¨®n de deudas, adem¨¢s de tomar medidas para aumentar la provisi¨®n de financiaci¨®n para el desarrollo en condiciones concesionales y con plazos m¨¢s largos. En la Cumbre Italia-?frica celebrada en enero, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, prometi¨® ser amiga y enviada de ?frica ante el G7, y seguimos confiando en que ella y otros l¨ªderes del G7 bienintencionados destrabar¨¢n la financiaci¨®n que ?frica necesita.

Un sistema financiero justo debe dar a todos los pa¨ªses acceso igualitario al capital. Un modo f¨¢cil de hacerlo ser¨ªa una reasignaci¨®n de derechos especiales de giro (DEG, el activo internacional de reserva del Fondo Monetario Internacional) con destino al Banco Africano de Desarrollo.

En vez de victimizarnos, estamos ansiosos de hacer nuestra parte para que el mundo sea m¨¢s habitable

Hace cuatro a?os el G20 lanz¨® un marco com¨²n para el tratamiento de deudas, pero el ritmo de las reestructuraciones sigue estando muy lejos de las necesidades de los pa¨ªses. Las naciones ricas tienen que mostrar liderazgo y destrabar la financiaci¨®n que necesitan los pa¨ªses africanos para liberar su potencial de crecimiento. Seguir hablando sobre el tema no servir¨¢ de nada.

Hace poco recib¨ª en Nairobi la cumbre de reposici¨®n de recursos de la AIF, en la que 19 jefes de Estado y de Gobierno de todo el continente discutieron la crisis de deuda africana y c¨®mo la han agravado los costos relacionados con el clima y la herencia econ¨®mica de la pandemia de covid-19. Hubo acuerdo un¨¢nime en que necesitamos que los pa¨ªses ricos est¨¦n a la altura de la ocasi¨®n y aumenten la provisi¨®n de fondos que ayuden a cubrir las necesidades de ?frica en materia clim¨¢tica y de desarrollo. Estamos pidiendo a nuestros amigos (Estados Unidos, Uni¨®n Europea, Reino Unido y Jap¨®n) que provean un flujo estable de financiaci¨®n concesional a largo plazo, incluidos al menos 120.000 millones de d¨®lares (110.300 millones de euros) para la siguiente reposici¨®n de recursos (AIF-21), con vistas a triplicar el fondo en 2030.

En vez de victimizarnos, estamos ansiosos de hacer nuestra parte para que el mundo sea m¨¢s habitable. Tomamos la delantera y mostramos que es posible lograr prosperidad sin destruir el planeta, mediante la industrializaci¨®n verde. Durante mi visita oficial a Estados Unidos dejar¨¦ bien claro que Kenia (y toda ?frica) est¨¢ lista para ponerse manos a la obra.

Invitamos a los inversores a aprovechar nuestros vastos recursos en el ¨¢rea de las fuentes de energ¨ªa renovables, nuestra fuerza laboral joven y capacitada y nuestro ambiente favorable a los negocios. Ofrecemos grandes oportunidades en fabricaci¨®n de vestimenta, agricultura, tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y de las comunicaciones. EE UU ya es el principal mercado para las exportaciones de Kenia y, mientras celebramos el 60? aniversario de nuestra relaci¨®n diplom¨¢tica, buscaremos modos de profundizarla y generar mejoras para ambos pa¨ªses en el ¨¢rea del comercio y el desarrollo sostenible.

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