El Sur Global paga m¨¢s por su deuda que lo que recibe en ayuda al desarrollo
Los recursos financieros salen de los pa¨ªses que m¨¢s los necesitan y fluyen hacia sus acreedores, mientras, los fondos de cooperaci¨®n caen hasta su menor nivel desde la crisis global. En ?frica, algunos pa¨ªses se han acogido a la iniciativa de alivio del endeudamiento, mientras Latinoam¨¦rica resiste
Las crisis, como las alegr¨ªas, se ven con ojos distintos seg¨²n qui¨¦n sea su sujeto pasivo. Y esta es una de esas sacudidas silentes, un punto ciego en el gran angular de la econom¨ªa mundial. Lejos de los titulares, la subida de los tipos de inter¨¦s se est¨¢ cebando con los pa¨ªses emergentes y en v¨ªas de desarrollo: el sur global pag¨® el a?o pasado m¨¢s por su deuda ¡ªdevoluci¨®n del principal e intereses¡ª que lo recibido en ayuda al desarrollo y nuevos pr¨¦stamos. Las llegadas de dinero a este grupo de naciones cayeron, de hecho, hasta su menor nivel desde la crisis financiera global, seg¨²n las cifras de la ONG ONE Campaign. Una se?al de alarma que deber¨ªa hacer pensar a la Reserva Federal y al Banco Central Europeo (BCE).
En 2022, el primer a?o de fuertes subidas de tipos para frenar la crecida inflacionista, los pa¨ªses del Sur Global pagaron casi 50.000 millones de d¨®lares (46.000 millones de euros) m¨¢s en deuda de lo que recibieron en nueva financiaci¨®n, de acuerdo con los datos del brazo de comercio y desarrollo de la ONU (Unctad). En paralelo, la ayuda oficial al desarrollo sum¨® su segunda ca¨ªda anual consecutiva y continu¨® muy por debajo del objetivo del 0,7% del ingreso nacional bruto. Una meta que data de la d¨¦cada de los setenta del siglo pasado y que, m¨¢s de 50 a?os despu¨¦s, sigue sin cumplirse.
Estamos presenciando una tendencia preocupante: los flujos financieros salen de los pa¨ªses en desarrollo que m¨¢s los necesitan y fluyen hacia sus acreedoresRebeca Grynspan, jefa del brazo de comercio y desarrollo de la ONU (Unctad)
¡°Estamos presenciando una tendencia preocupante: los flujos financieros salen de los pa¨ªses en desarrollo que m¨¢s los necesitan y fluyen hacia sus acreedores¡±, sintetiza la jefa de Unctad, Rebeca Grynspan, en declaraciones a EL PA?S. ¡°Son naciones que necesitan recursos externos para complementar sus esfuerzos internos y, sin una tendencia positiva en la financiaci¨®n externa, su capacidad de crecimiento est¨¢ severamente limitada¡±. Las restricciones fiscales impuestas por esta situaci¨®n, a?ade, hacen casi imposibles de alcanzar tanto los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): ¡°Abordar las crisis superpuestas, como la emergencia clim¨¢tica, ser¨¢ un desaf¨ªo inalcanzable si no se revierten esas tendencias¡±.
Una realidad que reconoce, tambi¨¦n, el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su ¨²ltimo monitor fiscal: ¡°Muchos pa¨ªses de renta baja contin¨²an experimentando choques significativos¡±. El prestamista de ¨²ltimo recurso apunta, tambi¨¦n, al d¨®lar fuerte como factor clave detr¨¢s del encarecimiento de sus deudas; denominadas, en gran medida, en esa moneda. Y a los flujos de ayuda y a la financiaci¨®n procedente de China, que llevan ¡°varios a?os cayendo¡±. Resultado: una austeridad forzosa con graves consecuencias sociales.
¡°Se dice que no hay crisis de la deuda en el sentido de que no hay crisis de los acreedores, de los bancos, que est¨¢n mejor que nunca¡±, esboza Juan Carlos Moreno-Brid, profesor de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM) especializado en econom¨ªa del desarrollo. ¡°Pero quienes viven en los pa¨ªses de renta media y, sobre todo, de renta baja: solo ven una realidad: la de la inversi¨®n p¨²blica, la educaci¨®n y la sanidad yendo claramente a menos. Es una crisis silenciosa, pero es una crisis de deuda al fin y al cabo¡±. Una crisis, dice, ¡°con cara de pobre¡ y de clase media de muchos pa¨ªses emergentes¡±.
Hace tiempo, desde el inicio mismo de la globalizaci¨®n y la financiaci¨®n a lo grande, que las decisiones de Washington y de Fr¨¢ncfort dejaron de importar ¨²nicamente a su ¨¢rea de influencia. Hoy, esa esfera es global: lo que se decide en los consejos de gobierno de la Fed y del BCE importa tanto o m¨¢s en Vilna o en Phoenix como en Nairobi o en La Paz. ¡°Es fundamental que los bancos centrales de los pa¨ªses ricos empiecen a bajar tipos pronto¡±, clama Moreno-Brid. Porque eso, dice, dar¨¢ margen para que los emergentes puedan bajar tambi¨¦n sin riesgo de fuga de capitales. Las altas tasas, completa, ¡°agudizan¡± el problema de restricci¨®n de cr¨¦dito para invertir.
¡°El inter¨¦s m¨¢s alto le est¨¢ pegando al mundo emergente m¨¢s que al resto¡±, reconoce Mart¨ªn Castellano, del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en ingl¨¦s, una suerte de patronal bancaria mundial). ¡°Y, a¨²n m¨¢s, a los pa¨ªses m¨¢s pobres, a los que ha expulsado del mercado de capitales o que, en el mejor de los casos, han tenido que tolerar costos de fondeo m¨¢s altos¡±.
?frica, en el ojo del hurac¨¢n
La tempestad se ha posado, sobre todo, sobre ?frica. Aunque a principios de a?o varios de sus pa¨ªses han podido regresar a los mercados internacionales de deuda tras casi dos a?os de ausencia obligada, cuatro de ellos ¡ªEtiop¨ªa, Ghana, Zambia y Malawi¡ª ya se han acogido formalmente a la iniciativa de alivio de la deuda puesta en marcha en plena pandemia por el G20. Otros, como T¨²nez o Egipto, tambi¨¦n est¨¢n en serios problemas.
Al margen de lo m¨¢s obvio ¡ªlos mayores pagos derivados de las subidas de tipos¡ª, hay una realidad adicional que pone las cosas a¨²n m¨¢s dif¨ªciles a la regi¨®n: la mitad de su deuda es de car¨¢cter multilateral y, por tanto, de muy dif¨ªcil renegociaci¨®n. Eso hace, seg¨²n un reciente informe de The Economist Intelligence Unit, que ¡°otros acreedores, los que tendr¨ªan que absorber p¨¦rdidas mayores para restaurar la sostenibilidad de la deuda [de estos pa¨ªses], se resistan a participar en los esquemas de alivio¡±.
Nada mejor que un poco de perspectiva hist¨®rica: en el a?o 2000, recuerda la secretaria general de Unctad, la deuda externa de ?frica subsahariana rondaba el 53% de su PIB, pero el servicio de la deuda representaba apenas el 12% de las exportaciones. Hoy, su deuda externa es menor ¡ªel 41% de su PIB¡ª, pero el servicio de la deuda representa el 18% de sus exportaciones. La raz¨®n: la subida en sus tasas de inter¨¦s. Para el ejercicio en curso, el Banco Mundial calcula que los costes asociados a hacer frente a las obligaciones de la deuda p¨²blica crecer¨¢n un 10% para todos los pa¨ªses en desarrollo y casi un 40% para los pa¨ªses de bajos ingresos.
¡°Cuando ?frica gasta m¨¢s en intereses que en educaci¨®n y Am¨¦rica Latina gasta m¨¢s en intereses que en inversi¨®n p¨²blica, tenemos que hablar de un fallo sist¨¦mico¡±, zanja Grynspan. ¡°Un fallo afecta la vida de miles de millones de personas y que tomar¨¢ d¨¦cadas, no solo a?os, para atender sus consecuencias si no encontramos un mecanismo de reestructuraci¨®n de la deuda que sea eficaz y oportuno¡±.
Am¨¦rica Latina, excepci¨®n a la regla
En algunos aspectos, no obstante, Am¨¦rica Latina tambi¨¦n es la contracara. Una regi¨®n plagada de desaf¨ªos y problemas pero en la que, hace no tanto, una subida de tipos como la acometida en la orilla norte del r¨ªo Bravo habr¨ªa desatado una crisis de proporciones b¨ªblicas. Hoy no es as¨ª: est¨¢ haciendo da?o, s¨ª, pero est¨¢ lejos de ser el apocalipsis temido. ¡°Hay varios factores que han aligerado el impacto en la regi¨®n: las remesas [el dinero que env¨ªan los migrantes a sus familias] est¨¢n en niveles r¨¦cord, las importaciones han bajado y las exportaciones se han mantenido altas¡¡±, enumera Castellano.
¡°Todo eso hace que, incluso con una pol¨ªtica monetaria adversa en Estados Unidos, varios pa¨ªses hayan logrado reducciones significativas en su d¨¦ficit por cuenta corriente y en su necesidad de financiaci¨®n externa: solo est¨¢n teniendo que salir al mercado aprovechando oportunidades y han podido incluso aumentar las reservas¡±, a?ade el t¨¦cnico del IIF. Aunque languideciente desde hace a?os ¡ªla famosa d¨¦cada p¨¦rdida son ya varias, en plural¡ª, el crecimiento del PIB latinoamericano est¨¢ resistiendo ¡°mejor de lo previsto¡±. Algo a lo que tambi¨¦n ha contribuido, claro, la escalada de las materias primas, de las que varios pa¨ªses del bloque son exportadores netos. Un oasis en el siempre intrincado desierto emergente.
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