Por qu¨¦ el FMI est¨¢ fallando a pa¨ªses como Kenia
Veinti¨²n pa¨ªses africanos reciben ayuda del Fondo. En ?frica, las obligaciones de la deuda superan de media las cantidades combinadas que los gobiernos gastan en sanidad, educaci¨®n, clima y servicios sociales
Las recientes protestas en Kenia nos recuerdan que el Fondo Monetario Internacional (FMI) no est¨¢ haciendo bien sus deberes. La opini¨®n p¨²blica no cree que est¨¦ ayudando a sus pa¨ªses miembros a gestionar sus problemas econ¨®micos y financieros, agravados por una econom¨ªa global en r¨¢pida transformaci¨®n.
Sin duda, el FMI no es la ¨²nica causa de los problemas de Kenia a la hora de recaudar fondos para hacer frente a sus importantes obligaciones de deuda y a su d¨¦ficit presupuestario. Otras causas son la incapacidad de la clase gobernante para hacer frente a la corrupci¨®n, para manejar las finanzas p¨²blicas de forma responsable y para gestionar una econom¨ªa que produzca empleo y mejore el nivel de vida de la joven poblaci¨®n de este pa¨ªs africano.
Kenia tambi¨¦n se ha visto azotada por sequ¨ªas, inundaciones y plagas de langostas en los ¨²ltimos a?os. Adem¨¢s, sus acreedores le exigen que siga atendiendo su abultada deuda externa a pesar de sus problemas internos y de un dif¨ªcil entorno financiero y econ¨®mico internacional.
Kenia y otros pa¨ªses africanos a concluyen que un FMI demasiado poderoso es la causa de sus problemas
El FMI ha proporcionado ayuda financiera a Kenia. Pero la financiaci¨®n est¨¢ sujeta a duras condiciones que sugieren que las obligaciones de la deuda importan m¨¢s que las necesidades de los sufridos ciudadanos. Y ello a pesar de que el FMI afirma que su mandato incluye ahora ayudar a los Estados a abordar cuestiones como el clima, la digitalizaci¨®n, el g¨¦nero, la gobernanza y la desigualdad.
Por desgracia, Kenia no es un caso aislado. Veinti¨²n pa¨ªses africanos reciben ayuda del FMI. En ?frica, las obligaciones de la deuda superan de media las cantidades combinadas que los gobiernos gastan en sanidad, educaci¨®n, clima y servicios sociales.
Las duras condiciones impuestas a la financiaci¨®n han llevado a los ciudadanos de Kenia y otros pa¨ªses africanos a concluir que un FMI demasiado poderoso es la causa de sus problemas. Sin embargo, mi investigaci¨®n sobre el derecho, la pol¨ªtica y la historia de las instituciones financieras internacionales sugiere lo contrario: el verdadero problema es el declive de la autoridad y la eficacia del FMI.
Un poco de historia ayudar¨¢ a explicar esto y a proponer una soluci¨®n parcial.
La historia
Cuando se negoci¨® el tratado por el que se creaba el FMI hace 80 a?os, se esperaba que dispusiera de unos recursos equivalentes aproximadamente al 3% del PIB mundial. El objetivo era ayudar a resolver los problemas monetarios y de balanza de pagos de 44 pa¨ªses. En la actualidad, el FMI debe ayudar a sus 191 pa¨ªses miembros a resolver problemas fiscales, monetarios, financieros y cambiarios, as¨ª como cuestiones ¡°nuevas¡± como el clima, el g¨¦nero y la desigualdad.
Para cumplir con estas responsabilidades, sus Estados miembros han proporcionado al FMI recursos equivalentes a s¨®lo alrededor del 1% del PIB mundial.
La disminuci¨®n de sus recursos en relaci¨®n con el tama?o de la econom¨ªa mundial y de sus miembros tiene al menos dos efectos perniciosos. El primero es que est¨¢ proporcionando a sus Estados miembros menos apoyo financiero del que necesitan para satisfacer las necesidades de sus ciudadanos y cumplir sus compromisos legales con acreedores y ciudadanos. El resultado es que el FMI sigue siendo un proveedor de pol¨ªticas de austeridad. Exige que un pa¨ªs haga recortes de gastos m¨¢s profundos de los que necesitar¨ªa si el FMI dispusiera de recursos suficientes.
El segundo efecto de la disminuci¨®n de los recursos es que debilita la posici¨®n negociadora del FMI en la gesti¨®n de las crisis de deuda soberana. Esto es importante porque el FMI desempe?a un papel fundamental en dichas crisis. Ayuda a determinar cu¨¢ndo un pa¨ªs necesita alivio o condonaci¨®n de la deuda, cu¨¢n grande es la brecha entre las obligaciones financieras del pa¨ªs y los recursos disponibles, cu¨¢nto contribuir¨¢ el FMI a cubrir esta brecha y cu¨¢nto deben contribuir sus otros acreedores.
El resultado es que el FMI sigue siendo un proveedor de pol¨ªticas de austeridad
Cuando M¨¦xico anunci¨® que no pod¨ªa hacer frente a sus obligaciones de deuda en 1982, el FMI declar¨® que aportar¨ªa aproximadamente un tercio del dinero que este pa¨ªs necesitaba para cumplir sus obligaciones, siempre que sus acreedores comerciales aportaran los fondos restantes. Consigui¨® presionar a los acreedores para que llegaran a un acuerdo con M¨¦xico en cuesti¨®n de meses. Dispon¨ªa de recursos suficientes para repetir el ejercicio en otros pa¨ªses en desarrollo de Am¨¦rica Latina y Europa del Este.
Las condiciones que el FMI impuso a M¨¦xico y a los dem¨¢s pa¨ªses deudores a cambio de este apoyo financiero les crearon graves problemas. Aun as¨ª, el FMI fue un actor eficaz en la crisis de la deuda de los a?os ochenta.
Hoy en d¨ªa, el FMI no puede desempe?ar un papel tan decisivo. Por ejemplo, ha proporcionado a Zambia menos del 10 % de sus necesidades de financiaci¨®n. Han pasado cuatro a?os desde que Zambia dej¨® de pagar su deuda e, incluso con el apoyo del FMI, todav¨ªa no ha cerrado acuerdos de reestructuraci¨®n con todos sus acreedores.
?Qu¨¦ hay que hacer?
La soluci¨®n a este problema exige que los pa¨ªses ricos aporten fondos suficientes para que el FMI pueda cumplir su mandato. Tambi¨¦n deben ceder parte del control y dejar que la organizaci¨®n sea m¨¢s democr¨¢tica y responsable.
A corto plazo, el FMI puede tomar dos medidas. En primer lugar, debe establecer pol¨ªticas y procedimientos detallados que expliquen a su propio personal, a sus Estados miembros y a los habitantes de estos Estados lo que puede hacer y lo que har¨¢. Estas pol¨ªticas deben aclarar los criterios que el FMI utilizar¨¢ para determinar cu¨¢ndo y c¨®mo incorporar el clima, el g¨¦nero, la desigualdad y otras cuestiones sociales en las operaciones del FMI.
El FMI debe crear un mecanismo independiente de rendici¨®n de cuentas como un defensor del pueblo externo que pueda recibir quejas
Tambi¨¦n deber¨ªan describir con qui¨¦n consultar¨¢, c¨®mo pueden colaborar los actores externos con el FMI y el proceso que seguir¨¢ en el dise?o y la ejecuci¨®n de sus operaciones. De hecho, existen normas y est¨¢ndares internacionales que el FMI puede utilizar para desarrollar pol¨ªticas y procedimientos basados en principios y transparentes.
En segundo lugar, el FMI debe reconocer que las cuestiones que plantea su mandato ampliado son complejas y que el riesgo de cometer errores es elevado. Por ello, el FMI necesita un mecanismo que pueda ayudarle a identificar sus errores, abordar sus efectos adversos a tiempo y evitar que se repitan. En resumen, debe crear un mecanismo independiente de rendici¨®n de cuentas como un defensor del pueblo externo que pueda recibir quejas.
Actualmente, el FMI es la ¨²nica instituci¨®n financiera multilateral que carece de un mecanismo de este tipo. Por tanto, carece de medios para identificar problemas imprevistos en sus operaciones cuando a¨²n pueden corregirse y para conocer el impacto de sus operaciones en las comunidades y personas a las que se supone que ayuda.
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