El duro relato de una superviviente de malaria: dos semanas en coma, 47 operaciones y la amputaci¨®n de las dos piernas
La australiana Stephenie Rodriguez contrajo paludismo en Nigeria. Tras una larga recuperaci¨®n, alza la voz y pide m¨¢s fondos para erradicar esta dolencia, que mata a 600.000 de personas cada a?o, sobre todo ni?os africanos menores de cinco a?os
Un viaje a Nigeria por trabajo cambi¨® la vida de Stephenie Rodriguez (S¨ªdney, 55 a?os). En septiembre de 2019, esta emprendedora australiana se desplaz¨® al pa¨ªs africano para ofrecer unas charlas sobre una aplicaci¨®n que acababa de lanzar su empresa, Wonder Safe, enfocada en proporcionar seguridad a mujeres y personas vulnerables. Su plan era simple. Del hotel al Uber y del Uber a la sala de conferencias. Pero, seg¨²n cree, durante una breve salida del alojamiento para hablar con unos periodistas, un mosquito le pic¨® tres veces en el tobillo izquierdo. No hab¨ªa vuelta atr¨¢s. A las dos semanas los s¨ªntomas se manifestaron y le diagnosticaron malaria cerebral.
El paludismo o malaria es una de las llamadas enfermedades tropicales desatendidas (ETD), es potencialmente mortal y se contrae por la picadura de un mosquito infectado con un par¨¢sito Plasmodium, com¨²n en regiones tropicales de ?frica, pero tambi¨¦n de Asia y Latinoam¨¦rica. El ¨²ltimo informe sobre esta dolencia publicado por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) alerta de que en 2022 se produjeron 249 millones de casos en todo el mundo, 16 millones por encima de los 233 millones registrados en 2019, antes de la pandemia de covid. La malaria mata a 600.000 personas cada a?o, sobre todo ni?os africanos menores de cinco a?os.
Al mosquito no le importa de qu¨¦ color eres, pica y mata igualStephenie Rodriguez, superviviente de malaria
Rodriguez tuvo una convulsi¨®n mientras volaba de S¨ªdney (Australia) a Boston (Estados Unidos), justo 15 d¨ªas despu¨¦s de su estancia en Nigeria. ¡°Me llevaron en ambulancia al hospital y en la UCI me diagnosticaron malaria cerebral¡±, recuerda en una entrevista por videollamada desde su casa en S¨ªdney. No era su primera vez en ?frica, hab¨ªa estado antes en Kenia y para ese viaje s¨ª tomo un tratamiento antimalaria, pero en esta ocasi¨®n decidi¨® prescindir de ¨¦l. El Malarone es el medicamento recomendado por la Agencia Espa?ola de Medicamentos y productos sanitarios (CIMA) que previene y trata el paludismo eliminando el par¨¢sito causante, aunque puede tener efectos adversos como fiebre, diarrea, n¨¢useas o v¨®mitos, entre otros. A Rodriguez le caus¨® ¡°mareos y alucinaciones¡±. ¡°Iba a dar una conferencia, no pod¨ªa permitirme ponerme mala. No sal¨ª a la calle a caminar, no fui a la piscina, solo estuve fuera un momento para atender a los periodistas. Un momento que fue suficiente y decisivo¡±, lamenta la australiana.
Tras la convulsi¨®n, Rodriguez estuvo dos semanas en coma. Al despertar estaba totalmente paralizada. Tard¨® 55 d¨ªas en recuperarse y poder dejar la di¨¢lisis ¡ªtratamiento que hace las funciones del ri?¨®n cuando este no puede¡ª para coger un avi¨®n de vuelta a casa. ¡°Me contagi¨¦ el 11 de septiembre, despert¨¦ del coma el 11 de octubre y no volv¨ª a Australia hasta el 5 de noviembre¡±, comenta, haciendo memoria de aquellos d¨ªas que fueron eternos para ella. Aun as¨ª, insiste en que es una afortunada porque pudo ser tratada en el Hospital de la Universidad de Harvard. ¡°Seguramente en otro lugar no habr¨ªa recibido el mismo nivel de atenci¨®n para que me diagnosticaran la malaria a tiempo y me dieran la cura que me salvar¨ªa la vida¡±, matiza Rodriguez.
Un dolor constante
A pesar de que su vida dej¨® de correr peligro, tras salir del coma los dedos de sus pies comenzaron a ponerse negros. ¡°Tambi¨¦n los talones se estaban poniendo oscuros y las yemas de mis manos. Esas zonas estaban paralizadas porque mi cuerpo se hab¨ªa atrofiado durante el coma y los medicamentos que me dieron para tratar el choque s¨¦ptico terminaron de da?arlas por completo¡±, explica Rodriguez. A los tres meses de regresar a Australia, en febrero de 2020, le realizaron las primeras amputaciones en los pies y los talones. Finalmente, el 31 de marzo de 2021 y despu¨¦s de m¨¢s de 47 operaciones, amputaron sus dos piernas por debajo de la rodilla. ¡°Eso nunca iba a sanar, ni regenerarse y era la ¨²nica forma de salir del dolor constante¡±, asegura.
Como superviviente de malaria, Rodriguez se propuso el reto de dar visibilidad a la enfermedad, con la meta de crear impacto y conciencia sobre ella en mil millones de personas para 2025, una acci¨®n que lleva a cabo en colaboraci¨®n con The Global Fund, una organizaci¨®n internacional cuyo objetivo es acelerar el final de las epidemias de sida, tuberculosis y malaria. ¡°Lo he pasado muy mal, sobre todo durante la pandemia por covid-19, pero superar la malaria y buscar siempre el lado positivo me han permitido mirar maneras de crear una nueva vida en este cuerpo adaptado¡±, afirma.
Hace dos a?os comenz¨® a practicar esgrima. ¡°Ten¨ªa que seguir manteni¨¦ndome activa. Yo sol¨ªa bailar salsa, esquiar, montar en bicicleta...¡±. La empresaria encontr¨® en este deporte de combate una forma de estar ocupada, en forma y, en definitiva, viva. Actualmente entrena a un alto nivel y participa en competiciones para personas con discapacidad: incluso estuvo prepar¨¢ndose durante 14 meses para clasificarse para los Juegos Paral¨ªmpicos, aunque no lo consigui¨®. ¡°Con esta experiencia he logrado sentir un profundo respeto por las personas que viven con discapacidades. Si no hubiera sido as¨ª, nunca habr¨ªa podido entenderlo¡±, asume Rodriguez.
De una u otra forma, ella ha podido seguir adelante con su vida, pero alerta de que ¡°la malaria sigue matando¡±. ¡°Al mosquito no le importa de qu¨¦ color eres, pica y mata igual¡±, advierte Rodriguez. La malaria depende mucho del clima. Los mosquitos del g¨¦nero Anopheles, que son los que transmiten el paludismo, se ven favorecidos ante temperaturas de calor extremas. Seg¨²n la OMS, en el ¨²ltimo medio siglo el mundo se ha calentado aproximadamente 0,75 ?C y durante los ¨²ltimos 25 a?os el proceso se ha acelerado, hasta sumar 0,18 ?C por d¨¦cada. El continente africano concentra el 94% de los casos de paludismo del mundo y el 95% de los fallecidos. Cada minuto, un menor de cinco a?os muere por esta causa en ?frica.
¡°No les prestamos atenci¨®n suficiente. El pat¨®geno est¨¢ mutando y se necesitan m¨¢s recursos para ayudar a erradicar la malaria. Creo firmemente que se puede exterminar con herramientas, recursos y una vacuna¡±, alega Rodriguez, quien reclama la uni¨®n internacional para obtener m¨¢s dinero en investigaci¨®n. The Global Fund calcula que hay una brecha de 3.800 millones de d¨®lares (unos 3.400 millones de euros), entre lo que hay y lo que se necesita en la financiaci¨®n para tratar de erradicar el paludismo.
La mayor parte de la familia de Rodriguez es puertorrique?a y el resto vive en Estados Unidos. ¡°Ha sido dif¨ªcil superar todo el proceso lejos de ellos¡±, confiesa. Aun as¨ª, est¨¢ feliz y orgullosa de haber tenido siempre a su hijo al lado. La australiana es madre soltera y cuando contrajo la malaria, ¡°su peque?o¡±, que ahora tiene 18 a?os, era un adolescente de 13. ¡°En ese momento no me ve¨ªa capaz de ser madre¡±, admite. Pero celebra c¨®mo su reto?o le dio la fuerza y el apoyo que necesitaba en su larga, dolorosa y lenta recuperaci¨®n. Nunca olvidar¨¢ sus palabras cuando despert¨® del coma. ¡°Yo solo lloraba, y mi hijo me dijo que la vida es un 10% lo que te pasa y un 90% lo que haces con ella¡±. Cinco a?os despu¨¦s, ese sigue siendo el lema de la esgrimista y gracias a ¨¦l, reitera, es capaz de levantarse cada d¨ªa.
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