Fred Kudjo Kuwornu, documentalista: ¡°El estudio de la esclavitud a veces lo monopoliza todo y crea el prejuicio de que en Europa solo hab¨ªa personas negras esclavizadas¡±
En su ¨²ltima producci¨®n, ¡®We were here¡¯, el creador ¨ªtalo-ghan¨¦s presenta una perspectiva novedosa y compleja de la presencia de afrodescendientes en el Viejo Continente durante el Renacimiento
En los siglos XV y XVI, en pleno per¨ªodo renacentista, Italia fue testigo de la emergencia de muchas de las personalidades m¨¢s ilustres de su historia art¨ªstica y cultural. A aquella ¨¦poca dorada pertenecen figuras como Leonardo da Vinci, probablemente la m¨¢s emblem¨¢tica de todas, y una larga lista de eminencias en campos como la pintura, la escultura, la arquitectura y la literatura: desde Botticelli, Brunelleschi y Donatello hasta Miguel ?ngel y Maquiavelo.
Todos los anteriores, adem¨¢s, comparten haber tenido como mecenas en alg¨²n momento de su vida a los Medici, una poderosa e infame familia de Florencia ¡ªpropietaria del que un d¨ªa fue el mayor banco de Europa¡ª que tambi¨¦n acab¨® forj¨¢ndose una reputaci¨®n por ella misma. Menos conocido contin¨²a siendo, en cambio, el hecho de que quien se convirti¨® en el primer duque que gobern¨® Florencia luciendo su apellido y el primero que rigi¨® la ciudad-estado como una monarqu¨ªa hereditaria fue un dirigente negro: Alessandro de¡¯ Medici.
Nacido en Florencia en 1510, no se sabe exactamente qui¨¦n fue su padre, pero s¨ª su madre: una sirvienta de la familia de origen norteafricano, Simonetta da Collevecchio. Despu¨¦s de una primera regencia fallida de Florencia y un breve per¨ªodo en el exilio, en 1530 Alessandro fue elegido gobernador en solitario de la ciudad. Y fue bajo su mandato que esta pas¨® de ser una rep¨²blica a una monarqu¨ªa, convirti¨¦ndose ¨¦l en el primero de una dinast¨ªa que dur¨® dos siglos.
Figuras como Alessandro de¡¯ Medici han sido recuperadas ahora en el documental We were here del cineasta ¨ªtalo-ghan¨¦s-estadounidense Fred Kudjo Kuwornu, que explora la huella de personas negras en la Europa renacentista de los siglos XV y XVI con el fin de ofrecer una perspectiva novedosa de este importante per¨ªodo hist¨®rico y de su complejo mosaico de presencia negra. La producci¨®n, presentada en la Bienal de Venecia de este a?o y rodada en parte en Espa?a, busca desafiar la noci¨®n de que todas las personas negras en el continente eran entonces esclavos o sirvientes, seg¨²n cuenta en una entrevista realizada por videoconferencia. Y sin esquivar las atrocidades de la esclavitud y el peso que tuvo en el proceso, revela una presencia m¨¢s diversa que incluye pr¨ªncipes, embajadores, artistas, mercaderes y figuras religiosas a las que considera a menudo ignoradas en los relatos de historia dominantes. El pr¨®ximo mayo la pel¨ªcula ser¨¢ proyectada en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.
Pregunta. ?Por qu¨¦ opt¨® por centrar el documental en la presencia de personas negras en Europa espec¨ªficamente durante el Renacimiento?
Respuesta. [Adem¨¢s de cineasta], trabajo en proyecciones en conferencias universitarias, porque mis pel¨ªculas se utilizan como una herramienta sobre la Europa negra. A partir de esa relaci¨®n con muchos profesores empec¨¦ a recopilar informaci¨®n y me di cuenta de que hab¨ªa muchas publicaciones sobre la presencia africana en el Renacimiento, la Edad Media o el Imperio Romano. Al mismo tiempo, quer¨ªa hacer algo que fuera de ¨¢mbito europeo, porque muchos cineastas suelen centrarse en su pa¨ªs, quiz¨¢ en dos, pero hay pocos documentales realizados en seis o siete. Y el Renacimiento es una de las ¨¦pocas m¨¢s estudiadas de Europa.
Cuando Espa?a expuls¨® a musulmanes y a jud¨ªos, necesitaba crear una identidad para los espa?oles, qui¨¦nes ser¨ªan los espa?oles a partir de ahora
P. ?Cu¨¢les eran las principales ideas preconcebidas que pretend¨ªa afrontar en el documental?
R. Una, que quiz¨¢s est¨¢ m¨¢s asociada al sur de Europa, es la creencia de que ser italiano o ser espa?ol es una raza y que no hubo ninguna relaci¨®n con otras etnias en el pasado. La otra es cuestionar la idea de que todas las personas negras que estaban en Europa, especialmente en aquellos tiempos, en los siglos XV y XVI, eran esclavos. Porque tambi¨¦n hab¨ªa mucha gente que era b¨¢sicamente de segunda generaci¨®n y hab¨ªa muchos otros que vinieron aqu¨ª para comerciar o como embajadores u otros fines. A veces, el estudio de la esclavitud lo monopoliza todo y crea el prejuicio de que solo hab¨ªa personas africanas esclavizadas.
P. ?C¨®mo hemos pasado de aquella realidad de hace m¨¢s de 500 a?os a que algunos reivindiquen una pureza de sangre blanca y cristiana?
R. En el proceso hubo una construcci¨®n de raza pol¨ªtica, tambi¨¦n para crear la identidad de cada pa¨ªs. Cuando Espa?a expuls¨® a musulmanes y a jud¨ªos, necesitaba crear una identidad para los espa?oles, qui¨¦nes ser¨ªan los espa?oles a partir de ahora. Lo mismo ocurri¨® en Italia con la Declaraci¨®n de Independencia en 1861: necesitaban crear a los italianos. Y en ese proceso de generar una naci¨®n y su identidad borraron toda impureza del pasado, no importa si era religiosa o ¨¦tnica. Desgraciadamente, lo que ocurre es que despu¨¦s de dos o tres siglos de que una naci¨®n imponga cu¨¢l es su identidad, uno est¨¢ totalmente convencido de que es cierta.
P. ?Cu¨¢l es la historia que descubri¨® durante este documental que m¨¢s le sorprendi¨®?
R. Una que me hizo sentir mucha emoci¨®n es la de pintor espa?ol Juan de Pareja. Una vez estuve en el Metropolitan Museum [en Nueva York] y hab¨ªa una exposici¨®n suya. Imag¨ªnese, una persona como ¨¦l exponiendo ahora en uno de los museos m¨¢s importantes del mundo. Adem¨¢s, al principio pensaba que hab¨ªa sido un hombre libre; no sab¨ªa que hab¨ªa sido un esclavo, el sirviente de [Diego] Vel¨¢zquez. La otra historia es la de San Benito de Palermo. Hab¨ªa habido otros santos negros antes que ¨¦l, pero San Benito era muy pobre y fue venerado cuando a¨²n viv¨ªa. Es una especie de figura meritocr¨¢tica dentro de la Iglesia cat¨®lica. Por supuesto, impacta de manera diferente cuando te acercas a figuras hist¨®ricas que est¨¢n conectadas con el presente. Las dos historias son muy parecidas, porque su legado sigue vivo: hay cuadros de Pareja por todas partes y la veneraci¨®n que la gente siente por San Benito se mantiene.
P. Casi todas las figuras destacadas en la pel¨ªcula eran hombres. ?Qu¨¦ descubri¨® sobre las mujeres negras en la Europa del Renacimiento?
R. Esta fue una de las partes m¨¢s dif¨ªciles, porque, por desgracia, en los siglos XV y XVI, [la inmensa mayor¨ªa de ellas] eran efectivamente sirvientas o esclavas. As¨ª que no encontr¨¦ ninguna historia particularmente espec¨ªfica y con los suficientes detalles que pudiera contar. En los siglos XVII y XVIII cambiaron cosas, pero en el Renacimiento, no. Mi ¨²nica opci¨®n fue incluirlas en algunas escenas, y mencionar que, aunque eran sirvientas, ten¨ªan un papel importante en los hogares y en [el campo de] los f¨¢rmacos. Si alg¨²n historiador o investigador descubriera algo, ser¨ªa mucho m¨¢s f¨¢cil contar la historia.
P. La pel¨ªcula expone la falta de representaci¨®n de personas negras en el Renacimiento. ?Hasta qu¨¦ punto cree que esta falta de representaci¨®n sigue siendo un problema ahora?
R. De hecho, en el Renacimiento no se trataba de una falta de representaci¨®n, sino que se trata de c¨®mo hablamos hoy en d¨ªa sobre el Renacimiento; en ese momento [los negros] estaban realmente presentes en miles de pinturas y obras de arte. La paradoja se produce ahora que hay una presencia comparativamente mucho mayor. En aquel momento, la presencia se concentraba tal vez en ciudades importantes como Lisboa y Sevilla. Pero ahora en toda Europa tienes una presencia generalizada [de poblaci¨®n negra]. Y esta presencia no se corresponde con la forma contempor¨¢nea en la que son representados, adem¨¢s de que su representaci¨®n a veces no es realmente acertada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.