Salimata Diop, directora de la Bienal de Dakar: ¡°Quiero que la juventud se acerque al arte, aunque sea para hacerse selfies¡±
La comisaria franco-senegalesa es la primera mujer que dirige esta cita de arte contempor¨¢neo de ?frica, para la que ha elegido una perspectiva de transformaci¨®n ecol¨®gica y feminista
La curadora franco-senegalesa Salimata Diop (Par¨ªs, 37 a?os) es la primera mujer que dirige la Bienal de Arte Africano Contempor¨¢neo de Dakar. Compositora y con una prometedora carrera en el arte contempor¨¢neo internacional, ha apostado en la 15? edici¨®n de esta cita por las obras de 58 artistas de ?frica y de la di¨¢spora, la mitad de ellos menores de 40 a?os, cuyas obras responden a un enfoque de transformaci¨®n ecol¨®gica y feminista al que ha llamado The Wake, X¨¤ll bi (en ingl¨¦s y wolof). Seg¨²n Diop, el nombre ¡°ten¨ªa que ser en ingl¨¦s¡± porque ¡°wake¡± tiene los dos significados desde los que quer¨ªa abordar la bienal, el de ¡°despertar¡± y el de ¡°camino o estela¡±.
Pregunta. En una entrevista concedida a este diario en 2020, como comisaria de arte, reconoci¨® que su sue?o era ser directora art¨ªstica de la Bienal de Arte Africano Contempor¨¢neo de Dakar. Lo ha conseguido. ?C¨®mo se siente?
Respuesta. Es un sue?o dirigir una bienal porque es algo m¨¢s grande, con una programaci¨®n integral y con medios suficientes con los que poder profundizar en las tem¨¢ticas. Para m¨ª es tambi¨¦n un sue?o hacerlo en el pa¨ªs donde he crecido porque ha sido desde que he trabajado en Londres y en Par¨ªs cuando mi trabajo ha empezado a tener eco en Senegal.
P. ?Por qu¨¦ ha elegido el concepto ¡°The Wake¡± para esta bienal, que significa a la vez ¡°despertar¡± y ¡°estela o camino¡±, en espa?ol?
R. ?Sabes cuando hay temas que merodean por ah¨ª? Hac¨ªa tiempo que reflexionaba sobre el concepto del naufragio¡ Pero durante la pandemia de la covid le¨ª el libro In the Wake: On Blackness and Being, de la profesora Christina Sharpe [sobre la negritud, la memoria hist¨®rica y la experiencia de ser negro], y lo vi claro. As¨ª que propuse trabajar sobre este concepto, que ten¨ªa que ser en ingl¨¦s porque re¨²ne esos dos sentidos: por una parte, abre la posibilidad de hablar de la historia de la esclavitud, de las traves¨ªas del Atl¨¢ntico, de las di¨¢sporas y de herencias comunes, y por otra, de la crisis ecol¨®gica. Para m¨ª hay un v¨ªnculo directo entre la extracci¨®n de mano de obra de ?frica durante la trata negrera y las pr¨¢cticas capitalistas actuales de explotaci¨®n de recursos naturales que nos han llevado a esta emergencia global. El discurso quiz¨¢s no es muy original, pues creo que hay un despertar colectivo sobre la gravedad de esta situaci¨®n, pero intent¨¦ que la tem¨¢tica reflejara las preocupaciones de los artistas y su visi¨®n. Representa las inquietudes de nuestra generaci¨®n.
P. ?Qu¨¦ puede hacer el arte frente a los discursos negacionistas del cambio clim¨¢tico?
R. Creo que los enfoques m¨¢s cl¨¢sicos de divulgaci¨®n, a trav¨¦s de complejos art¨ªculos cient¨ªficos o del periodismo que se centra en las consecuencias tr¨¢gicas de los sucesos, no est¨¢n siendo eficaces. Hay una escalada de p¨¢nico y la gente est¨¢ harta de tener miedo y de ser constantemente culpabilizada, por lo que reaccionan mal. Nos enfrentamos a una falta de tiempo que no nos permite cuestionar nuestras formas de vida desde la calma. La ventaja del arte es que no hay objetivo. Es una experiencia. Una comunicaci¨®n sensorial de un artista, que ha experimentado algo, y lo transmite a un espectador que lo recibe tambi¨¦n por los sentidos y a lo que le dedica tiempo: el tiempo de pararse, de respirar, de sentarse y que incluso se lleva la obra consigo y piensa en ella posteriormente. Hay un wake, una ¡°estela¡± de la obra en ti. La emoci¨®n es la clave. Es lo que puede provocar un cambio.
Hay un v¨ªnculo directo entre la extracci¨®n de mano de obra de ?frica durante la trata negrera y las pr¨¢cticas capitalistas actuales de explotaci¨®n de recursos naturales
P. Los efectos del cambio clim¨¢tico se sufren en todo el mundo. ?Qu¨¦ particularidad tiene un discurso que se genera desde una bienal celebrada en ?frica?
R. Indudablemente en cualquier rinc¨®n del planeta hay gente que se puede sentir identificada con la tem¨¢tica, pero producir el discurso desde aqu¨ª es particularmente pertinente. Pese a no ser las principales responsables, las comunidades africanas sufren las mayores consecuencias del cambio clim¨¢tico. Hablar de estos temas desde aqu¨ª, desde el Sur Global, es una cuesti¨®n de legitimidad, sobre todo ahora que est¨¢ tan de moda el green washing [t¨¦cnica de marketing para dar una imagen enga?osa de responsabilidad ecol¨®gica]. Dakar es una ciudad donde cristalizan todos los efectos de la globalizaci¨®n. Es un monstruo. Puedes encontrar gente extremadamente rica y extremadamente pobre conviviendo en el mismo barrio y, por otra parte, encarna perfectamente el punto al que hemos llegado como humanidad, produciendo lo mejor y lo peor de nosotros mismos. Como sede de una bienal es perfecta: est¨¢ bien conectada, es segura, est¨¢ viva, hay un gran movimiento intelectual¡
P. En 2020 afirmaba que su misi¨®n cuando trabaja en ?frica era abrir el arte al gran p¨²blico. ?Lo mantiene para este evento?
R. Siguiendo los consejos del equipo de anteriores bienales, hemos decidido no exponer en la calle [como se hizo en 2022], contando para eso con la funci¨®n del OFF [la parte de la bienal creada por los actores culturales en los barrios y con medios propios], que verdaderamente inunda la ciudad de Dakar con propuestas muy interesantes. As¨ª que la estrategia fue hacer venir el p¨²blico al antiguo Palacio de Justicia, derribando las barreras psicol¨®gicas que muchas veces existen en estos espacios considerados elitistas. Para ello una medida fue dejar beber y comer a la gente, montando un bar de precios muy asequibles dentro del espacio expositivo. Otra fue crear gu¨ªas audio en las que una de las lenguas disponibles es el wolof, la lengua mayoritaria en Senegal. Elegimos tambi¨¦n poner obras fuera del palacio, que se viesen desde la calle, que fuesen cr¨ªticas y atractivas al mismo tiempo¡ Pero lo que gener¨® m¨¢s ¨¦xito fue la visita improvisada del nuevo presidente, Diomaye Faye. Ese d¨ªa TikTok ardi¨® y hasta hoy hay salas que tienen cola para entrar¡ ?Por fin una bienal popular!
P. Aunque la gente venga a hacerse selfies¡
R. ?Claro! Quiero que la juventud se acerque al arte aunque sea para hacerse selfies... Que coma, que pasee¡ para m¨ª es una victoria. No hay que venir a observar una obra con aire melanc¨®lico: hay que vivirla, aceptando todo tipo de emoci¨®n que eso genere.
P. Tras 15 ediciones, es la primera vez que una mujer dirige esta bienal. ?C¨®mo ha enfocado su liderazgo?
R. Yo vengo del OFF. Desde 2008 he participado en esta manifestaci¨®n montando exposiciones que siempre han tenido una dimensi¨®n colaborativa. Antes de saber que ser¨ªa directora art¨ªstica, montamos un colectivo de mujeres para hacer una propuesta ecofeminista On s¡¯arretera quand la terre rougira (¡°Pararemos cuando la tierra ruja¡±, en castellano) para el OFF, as¨ª que cuando me designaron comisaria de la exposici¨®n oficial me pareci¨® evidente invitarlas como comisarias para llevarla a cabo. A lo largo del proceso me he dado cuenta de que no hab¨ªa muchas referencias para mi manera de entender la direcci¨®n, casi como un manifiesto feminista, por lo que nos encontramos con no pocos obst¨¢culos. Los cuidados est¨¢n en el centro. Hemos reflexionado mucho para que el p¨²blico se sienta acompa?ado: a trav¨¦s de un hilo conductor que hace que no se pierda en las salas o con bancos para sentarse. Quisimos poner un ascensor para personas con movilidad reducida pero no se pudo.. Un simple ¡°Hola, ?qu¨¦ tal est¨¢s?¡± antes de comenzar las reuniones, la conciliaci¨®n familiar¡ peque?os gestos que no son tan evidentes en este sector.
P. Se ha atrevido a romper muros del antiguo Palacio de Justicia, sede de la exposici¨®n principal. ?Es necesario destruir para construir?
R. La destrucci¨®n de los muros es una bella met¨¢fora¡ ?Tened en cuenta que no eran muros originales, que si no la Unesco nos puede denunciar! Lo hicimos para ganar espacio, casi 1.000 metros cuadrados, para hacer m¨¢s org¨¢nica la visita y tambi¨¦n para cambiar de pr¨¢cticas. No s¨¦ si dir¨ªa que m¨¢s feministas, pero s¨ª m¨¢s decoloniales. La historia de este palacio de justicia, creado en la colonizaci¨®n con un objetivo de ¡°imponer¡± e ¡°intimidar¡±, es muy dura. Aqu¨ª se celebraron los procesos contra el antiguo primer ministro Mamadou Dia y contra el intelectual, cient¨ªfico y pol¨ªtico Cheikh Anta Diop. Es un lugar con una historia terrible y, por otro lado, un espacio magn¨ªfico. Creo que hemos conseguido reconciliarnos con ¨¦l, hacer las paces.