El milagro del equipo de golbol para personas con discapacidad visual de Yemen

En la ciudad portuaria de Ad¨¦n, un grupo de atletas de golbol, un deporte paral¨ªmpico para personas con discapacidad visual, est¨¢ superando las barreras sociales y la escasez de medios materiales, vinculada en gran parte a la guerra que castiga Yemen desde hace una d¨¦cada, para entrenar y competir.

La ONU calcula que alrededor de 4,5 millones de personas, aproximadamente el 15% de la poblaci¨®n del pa¨ªs, tienen alguna discapacidad. La guerra civil, que seg¨²n la ONU hab¨ªa dejado unos 377.000 muertos a finales de 2021, un 60% de ellos indirectos, debido a la desnutrici¨®n, enfermedades y falta de acceso a cuidados m¨¦dicos, ha convertido a las personas con discapacidad en uno de los grupos m¨¢s marginados del pa¨ªs. El acceso a servicios esenciales como la atenci¨®n sanitaria y la rehabilitaci¨®n es un problema para muchas de ellas.

En 2019, se fund¨® el Club Deportivo Estrellas de Ad¨¦n para Ciegos, que ofrece a los atletas con discapacidad visual una plataforma para jugar al golbol, un deporte especialmente pensado para personas con baja visi¨®n, en el que cada equipo est¨¢ formado por tres jugadores que utilizan una pelota con tres cascabeles incrustados y que dependen de su o¨ªdo para seguir su movimiento por una pista marcada. El objetivo es anotar goles mediante el lanzamiento del bal¨®n con la mano.

La idea del club se le ocurri¨® a Shaker Barahma, que contact¨® a Arwa al-Amri, la actual presidenta del club, para proponerle ¡°una idea audaz¡±. ¡°Era algo que no se hab¨ªa visto antes en Ad¨¦n¡±, se?ala Al-Amri. ¡°Acept¨¦ inmediatamente porque sab¨ªa que llenaba un vac¨ªo evidente¡±, agrega.

Los fundadores, sin respaldo financiero, seg¨²n Al-Amri, confiaron en sus propios recursos y determinaci¨®n. ¡°Nos pusimos en contacto con otros compa?eros discapacitados visuales como Amr Saleh y Mohammed Ali¡±, recuerda Al-Amri. ¡°Celebramos varias reuniones y fundamos oficialmente el club. Desde el primer d¨ªa, fue un esfuerzo autofinanciado¡±, agrega. Pero cree que, despu¨¦s de casi seis a?os, su inversi¨®n ¡°ha merecido la pena¡±. Hoy, el Club Deportivo cuenta con cerca de 120 integrantes entre administradores y atletas que tambi¨¦n practican otros deportes como carreras y ajedrez.

Pero la joya de las Estrellas de Ad¨¦n es el golbol, que se jug¨® por primera vez en unos juegos paral¨ªmpicos en 1972. ¡°Es un deporte importante¡±, afirma Akram Ali, entrenador de unos 20 atletas.

Para todos ellos, la rutina de ejercicios est¨¢ cuidada al detalle: ¡°Empezamos con calentamientos y ejercicios individuales para corregir errores y evaluar a cada jugador¡±, explica Ali. ¡°Luego pasamos a sesiones de grupo para fomentar el trabajo en equipo y familiarizar a los jugadores con las distintas posiciones en la cancha¡±, a?ade. Hay dos entrenamientos por semana en el Estadio 22 de Mayo de Ad¨¦n, pero Ali espera ampliar el horario.

Sin instalaciones, transporte y electricidad

Pero los retos son muchos. El club no dispone de instalaciones espec¨ªficas ni de transporte privado para atender las necesidades de los jugadores. ¡°El pabell¨®n actual no est¨¢ debidamente equipado para jugadores con discapacidad visual¡±, lamenta Ali, explicando adem¨¢s que a menudo tienen que interrumpir los entrenamientos porque hay otras actividades o torneos agendados en el estadio. Eso sin contar la falta de electricidad, algo que complica las sesiones, especialmente durante los sofocantes veranos.

¡°Las largas horas sin electricidad agotan nuestra energ¨ªa e interrumpen nuestros entrenamientos. Pero nuestro amor por este deporte nos da fuerza para seguir adelante¡±, asegura Abdulrahman Sultan, de 25 a?os, que perdi¨® la vista por las heridas que le caus¨® la explosi¨®n de un coche bomba cerca al Club Al-Wehda de Ad¨¦n cuando ¨¦l pasaba caminando.

Pese a los obst¨¢culos, el equipo tiene razones para celebrar. En 2024, consiguieron una licencia temporal concedida por la Oficina de Juventud y Deportes de Ad¨¦n, tras cinco a?os de intensas solicitudes. Tambi¨¦n recibieron apoyo financiero de Moamen al-Saqqaf, jefe de la direcci¨®n local del Consejo de Transici¨®n del Sur en Ad¨¦n, el grupo independentista que defiende la separaci¨®n del sur yemen¨ª. Pero hasta entonces, seg¨²n Al-Amri, ¡°ni el Gobierno ni las entidades privadas¡± los apoy¨® en sus inicios.

Sultan se uni¨® al club en 2019 y r¨¢pidamente encontr¨® satisfacci¨®n y crecimiento personal a trav¨¦s del golbol. ¡°Ha mejorado mi forma f¨ªsica y aumentado la confianza en m¨ª mismo¡±, aseguraba. Sin embargo, los horarios de entrenamiento irregulares, como consecuencia de la escasez de recursos, han frenado su progreso. Por lo pronto, ¨¦l y sus compa?eros de equipo aspiran a participar en torneos ¨¢rabes e internacionales y esforzarse por alcanzar los niveles m¨¢s altos. Subraya que para ellos el deporte no es solo una fuente de confianza, sino tambi¨¦n de bienestar mental.

Para seguidores como Mutasim Tareq Saleh Sarour, el golbol es algo m¨¢s que un juego. ¡°Es un deporte especialmente adaptado a las capacidades de los jugadores ciegos, que les ofrece la oportunidad de demostrar sus habilidades¡±, afirma. Sarour asiste regularmente a partidos y eventos y considera que su presencia es un est¨ªmulo y una muestra de solidaridad. ¡°Estar all¨ª no solo es divertido, sino tambi¨¦n una manera de apoyar y motivar a los jugadores. Sensibiliza a la comunidad y demuestra que la discapacidad no es una barrera para la excelencia¡±, afirma.

Ali al-Saadi, residente en Ad¨¦n, considera que el club representa un paso vital en la integraci¨®n de las personas con discapacidad visual en la sociedad. ¡°Esta iniciativa deber¨ªa haberse llevado a cabo hace a?os, pero las circunstancias de Yemen la retrasaron¡±, recuerda. Para Al-Saadi, el club es un segundo hogar donde los jugadores pueden explorar sus aficiones y compartir sus talentos con el mundo. Tambi¨¦n lo ve como una puerta de entrada para representar a Yemen en acontecimientos internacionales. ¡°Necesitamos m¨¢s clubes como este para los discapacitados. Tienen talentos que est¨¢n esperando a ser descubiertos y merecen nuestro apoyo y nuestros recursos¡±, insiste Al-Saadi.