Cuando hasta las vacas tienen que emigrar para escapar de la violencia
Los pastores n¨®madas est¨¢n siendo expulsados de los corredores migratorios establecidos por el conflicto en Rep¨²blica Centroafricana. Obligados a tomar otras rutas con sus reba?os, acaban invadiendo los campos de los agricultores y las disputas entre ambos aumentan
Lamine Bina proyecta una larga sombra sobre su reba?o en una llanura del noroeste m¨¢s rural de la Rep¨²blica Centroafricana. En plena caminata anual hacia los pastos de verano, mira nervioso entre su reba?o y el horizonte, pues sabe que tanto las milicias armadas como las fuerzas progubernamentales atacan con frecuencia a n¨®madas como ¨¦l, un pastor de la etnia fulani de 37 a?os cuyo nombre ha sido cambiado por razones de seguridad.
Durante dos d¨¦cadas, Bina ha completado el mismo viaje entre octubre y junio, dejando las ¨¢ridas mesetas de Chad y Sud¨¢n para llegar a las llanuras de la Rep¨²blica Centroafricana y a sus importantes mercados de ganado. Pero el resurgimiento de la violencia en el vasto y conflictivo pa¨ªs ha hecho que la vida n¨®mada sea a¨²n m¨¢s dif¨ªcil.
Despu¨¦s de tres a?os de disminuci¨®n de la violencia, la guerra civil estall¨® de nuevo en diciembre de 2020, hace un a?o ahora, cuando los grupos rebeldes y contrarios al Gobierno actual lanzaron una ofensiva para derrocar al jefe de Estado, Faustin Archange Touadera, que fue repelida por una contraofensiva rel¨¢mpago del ej¨¦rcito apoyada por cientos de mercenarios rusos.
La guerra civil comenz¨® en 2013 entre el Estado y varios grupos armados, algunos de los cuales todav¨ªa controlan hasta dos tercios de la vasta extensi¨®n de la Rep¨²blica Centroafricana. Despu¨¦s de ser derrotados en las ciudades, los opositores cambiaron de t¨¢ctica y ahora llevan a cabo acciones de guerrilla en el campo, incluido el secuestro de pastores a cambio de rescates, especialmente durante el viaje de estos a los pastos de verano.
Los botines que logran al cobrar estos rescates son una ganancia inesperada para las milicias, ya que la ganader¨ªa representa alrededor del 15% del Producto Interior Bruto del pa¨ªs. ¡°He perdido muchos bueyes¡±, asegura Bina, mientras acaricia el hocico de uno de sus animales. ¡°Los rebeldes me piden dinero regularmente, pero no puedo pagar. Se llevan 10 o 15 bueyes y la situaci¨®n puede empeorar r¨¢pidamente si me niego¡±.
La extorsi¨®n afecta a Bina, que posee unas 70 cabezas de ganado. Por miedo a ser atacado nuevamente, el pastor se queda en la ciudad de Paoua, a 500 kil¨®metros al noroeste de la capital, Bangui. ¡°La situaci¨®n me obliga a vender localmente a un precio m¨¢s bajo¡±, lamenta entre sonidos de cascos y mugidos. ¡°Aqu¨ª puedo ganar entre 200.000 y 300.000 francos CFA (300 a 450 euros) por cabeza, mientras que, en Bangui, los precios suben a 400.000 CFA (600 euros)¡±.
Mahamat, un compa?ero pastor, a?ade: ¡°Tambi¨¦n necesitamos hacer pastar a nuestros animales en el monte y viajar, pero los rebeldes est¨¢n ah¨ª¡±.
Los rebeldes de Paoua pertenecen a la facci¨®n Retorno, Recuperaci¨®n y Rehabilitaci¨®n (3R), uno de los grupos armados m¨¢s poderosos de la regi¨®n, que se presenta como una milicia de autodefensa fulani, la etnia ganadera y n¨®mada por excelencia de esta regi¨®n de ?frica.
Antes de la ofensiva conjunta del ej¨¦rcito y Rusia, el grupo controlaba todo el noroeste y se embolsaba ingresos sustanciales de las migraciones anuales. Por temor a que les cobraran impuestos, los saquearan o los mataran, muchos pastores se unieron al grupo o confiaron en 3R para que los respaldara en sus prolongados enfrentamientos con los agricultores sedentarios.
La violencia entre estas dos actividades ha estado arraigada en la regi¨®n durante siglos: algunos n¨®madas migran con sus animales desde el Sahel para pastar en zonas menos ¨¢ridas, en este caso desde Chad y Sud¨¢n hasta la Rep¨²blica Centroafricana, lo que con frecuencia desencadena disputas por la tierra y enfrentamientos mortales.
Ahora, los n¨®madas tambi¨¦n afirman ser v¨ªctimas de las fuerzas progubernamentales, en particular de los paramilitares rusos, recientemente acusados por la ONU de cr¨ªmenes contra civiles en la RCA. ¡°Los militares nos culpan de estar confabulados con los rebeldes¡±, advierte un agricultor de la zona de Paoua que pide permanecer en el anonimato por temor a represalias. ¡°No es raro que nos disparen a nosotros y a nuestros animales¡±, asevera.
Thierry Vircoulon, especialista en la regi¨®n del Instituto Franc¨¦s de Relaciones Internacionales (IFRI), corrobora que los pastores son ¡°objetivo de las fuerzas progubernamentales¡±, pues los confunden con miembros de la milicia 3R. ¡°Los rusos hacen una identificaci¨®n ¨¦tnica muy simple¡± y no intentan diferenciar entre pastores y milicianos, a?ade Roland Marchal, investigador del Centro de Investigaci¨®n Internacional de Sciences Po (Ceris) en Par¨ªs.
Los pastores, expulsados de los corredores migratorios establecidos, toman otras rutas, a veces, junto con sus reba?os, invadiendo los campos de los agricultores. En junio de 2021, al menos 14 personas murieron en los enfrentamientos entre las dos comunidades del noroeste, cerca de la frontera con Chad.
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