Awa Baguia, la voz de la clarividencia
A sus 37 a?os, se ha convertido en la primera mujer invidente de Burkina Faso en concluir los estudios de sociolog¨ªa
Awa recibe en la peque?a habitaci¨®n que alquila en un patio compartido con otros vecinos, en un barrio de la capital de Burkina Faso, Uagadug¨². Tiene 37 a?os y es la primera mujer invidente del pa¨ªs que ha logrado terminar los estudios de Sociolog¨ªa. Gracias a que la ley de su pa¨ªs determina que debe existir una cuota reservada de puestos de trabajo del 10% para personas discapacitadas en la funci¨®n p¨²blica, hoy es funcionaria, tras aprobar con ¨¦xito las oposiciones.
Creci¨® en Costa de Marfil, de padres burkineses. En 2002, mientras estallaba la guerra civil, Baguia empieza a sufrir terribles dolores de cabeza: ¡°Hasta mis 18 a?os era vidente y entonces tuve un glaucoma. Primero ve¨ªa borroso, luego perd¨ª toda la visi¨®n en un ojo. Cuando empec¨¦ a estar peor me llevaron a Ghana, pero entonces dijeron que no hab¨ªa soluci¨®n, que era irreparable¡±.
¡°Algunos alumnos se cambiaban de sitio para no estar a mi lado, ya que necesitaba que me dijeran lo que el profesor escrib¨ªa en la pizarra. Yo ten¨ªa mejores notas que los estudiantes que me estaban ayudando¡±
A pesar de los dolores causados por el avance del glaucoma, su f¨¦rrea voluntad le empuj¨® a esforzarse hasta el final para no perder el curso: ¡°Me present¨¦ a los ex¨¢menes, aunque solo ve¨ªa con un ojo, y logr¨¦ aprobar todas las asignaturas. Me dijeron que me estaba quedando ciega y me afect¨® mucho, pero mi verdadera preocupaci¨®n era qu¨¦ hacer para seguir los estudios¡±.
Cuando perdi¨® por completo la vista, su madre la llev¨® a un centro para personas invidentes en el que pudo aprender a leer en braille: ¡°Pas¨¦ tres a?os en este centro y acab¨¦ la secundaria. Mi madre fue la persona que m¨¢s fuerza me dio en esos tiempos dif¨ªciles¡ Me ayud¨® a aceptarme y a que los dem¨¢s me aceptaran¡±.
Como muchos otros ni?os y ni?as con discapacidad, sufri¨® discriminaci¨®n en el aula, pero tambi¨¦n recibi¨® ayuda: ¡°El rechazo del principio se transform¨® en apoyo, aunque algunos alumnos se cambiaban de sitio para no estar a mi lado, ya que necesitaba que me dijeran lo que el profesor escrib¨ªa en la pizarra. El problema ven¨ªa cuando yo ten¨ªa mejores notas que los estudiantes que me estaban ayudando. Siempre fui de las primeras de la clase¡±.
Con el constante sost¨¦n de su madre, Baguia se matricul¨® en la universidad: ¡°Eleg¨ª los estudios de Sociolog¨ªa, aunque todo el mundo me lo desaconsejaba. Pero, una vez m¨¢s, mi madre fue la que m¨¢s me anim¨® y me dijo que si no cog¨ªa el camino que yo deseaba, no llegar¨ªa hasta el final. Quer¨ªa demostrar que el hecho de ser ciega no te impide realizar tu sue?o y que la universidad tambi¨¦n puede abrirse a las personas invidentes¡±.
Awa Baguia se muestra en todo momento muy positiva y agradecida, aunque tambi¨¦n cuenta experiencias dolorosas: ¡°Las relaciones de amistad no siempre han sido f¨¢ciles¡ un chico de mi clase me apoyaba mucho, pero me trataba como si yo fuera su propiedad privada. Cuando otra persona quer¨ªa ayudarme, se pon¨ªa celoso. Hasta que un d¨ªa me amenaz¨®. Es verdad que soy ciega, pero eso no quiere decir que me tenga que someter a los que me ayudan¡±.
La parte m¨¢s dif¨ªcil del camino fue la universidad: ¡°Tuve problemas con algunos profesores. Uno de ellos dijo p¨²blicamente que siendo ciega, no podr¨ªa aprobar su asignatura. Cuando levantaba la mano para preguntar o participar, nunca me permit¨ªa expresarme. Adem¨¢s, no quer¨ªa darme la versi¨®n num¨¦rica de los documentos que hab¨ªa que leer. Entonces me fui a su despacho y le dije: ¡®Soy ciega, usted ha dicho que no conseguir¨¦ sacarme los estudios, pero s¨¦ que puedo hacerlo¡¯. El profesor ignoraba que una persona invidente puede estudiar y ni siquiera se hab¨ªa molestado en entender. Lo triste es que barres el camino y cuando ya has pasado, la gente vuelve a echar basura detr¨¢s de ti¡ Despu¨¦s de m¨ª, todos los que han intentado hacer los estudios de Sociolog¨ªa se han rendido. Peleas y solo te sirve a ti¡±.
Cuando acab¨¦ la carrera, sent¨ªa que pod¨ªa volar. Pero luego vino el mundo del trabajo¡ Envi¨¦ mi curr¨ªculum a muchas organizaciones, pero sin ¨¦xito
Cuando Baguia defendi¨® su trabajo de fin de carrera, los medios de comunicaci¨®n hablaron de su exitoso ejemplo, pero luego surgieron m¨¢s obst¨¢culos: ¡°Cuando acab¨¦ la carrera, sent¨ªa que pod¨ªa volar. Pero luego vino el mundo del trabajo¡ Envi¨¦ mi curr¨ªculum a muchas organizaciones, pero sin ¨¦xito. Hasta que al final decid¨ª presentarme a una oposici¨®n para ser funcionaria. Incluso si ped¨ªan un nivel m¨¢s bajo del que yo ten¨ªa, iba a obtener un trabajo. Y as¨ª es; hoy soy funcionaria. Aunque, en el fondo, a m¨ª me gustar¨ªa ser cooperante en una organizaci¨®n humanitaria¡±.
Para esta burkinesa, la clave de su ¨¦xito est¨¢ en rodearse de personas generosas: ¡°Cuando no est¨¢s en el lugar de una persona, la juzgas sin saber. Quisiera que cualquiera que se encuentre en una situaci¨®n como la m¨ªa tenga la suerte de rodearse de buenas personas, que tenga un entorno favorable, que los padres y los profesores entiendan que hay alumnos que tienen caracter¨ªsticas especiales¡±.
Awa Baguia es aut¨®noma en muchas tareas, pero para moverse en la ciudad necesita a alguien que la lleve. En el hogar, cuenta con la ayuda de una ni?a de 12 a?os de una familia de refugiados (en Burkina Faso ya hay m¨¢s de dos millones de desplazados internos a causa de los ataques perpetrados por grupos armados): ¡°Su madre se la dej¨® a mi t¨ªo y ¨¦l le dijo que se quedara conmigo. Nunca ha sido escolarizada. Me ayuda en los quehaceres de la casa y yo comparto todo con ella. Por el momento, no tengo pareja, los chicos son demasiado materialistas y me gustar¨ªa encontrar a alguien que comprenda el valor de la mujer¡±.
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