Joyleen Tugeme, una vida entre gorilas en Uganda
Nacida en la ciudad ugandesa de Kasese, es la guardiana de los gorilas, ¨²nicos en su especie, del Parque Nacional de Mgahinga, uno de los 10 lugares m¨¢s ricos en fauna y flora del pa¨ªs
A los pies de los volcanes de Gahinga y Muhavura, en el extremo suroeste de Uganda, Joyleen Tugeme, tambi¨¦n conocida como Joy, empieza su d¨ªa. Con la insignia de la Autoridad de Vida Silvestre del pa¨ªs (UWA, por sus siglas en ingl¨¦s) en el brazo izquierdo de su uniforme militar, la joven sortea la niebla y anda a pasos agigantados a pesar de la lluvia. Desde hace seis a?os, Tugeme trabaja por y para el cuidado de la familia Nyakagezi, el ¨²nico linaje de gorilas de monta?a que habita en el Parque Nacional de Mgahinga. Un paraje natural que ella mima, respira y siente como su hogar. ¡°El hecho de que Mgahinga sea el ¨²nico lugar donde se puede encontrar este tipo de primates, lo convierte en un lugar especial para m¨ª¡±, confiesa en el documental Joy, que narra sus periplos. El largometraje, dirigido y coproducido por Aner Extebarria y Katz Studio, fue presentado el pasado 12 y 14 de diciembre en el festival BBK Mendi Film de Bilbao y en los cines Diagonal de Barcelona, respectivamente, y ha contado con la colaboraci¨®n de Rift Valley Expeditions.
Al terminar la jornada, vuelve a casa y retoma el cuidado. Esta vez, el de sus hijos. Favour y Abie, de cuatro y dos a?os respectivamente, juegan con unas peque?as figuras de gorilas, talladas en madera y pintadas a mano. ¡°?Ves esto?¡±, pregunta Tugeme, se?alando los ojos del animal. ¡°Son sus ojos. T¨² tambi¨¦n tienes, mira¡±, dice mientras posa la mano del m¨¢s mayor sobre sus p¨¢rpados. ¡°Hubo una vez en la que pasearon cerca de nuestra casa y mis hijos tuvieron la oportunidad de verlos. Quiero que les sientan y traten como personas¡±, cuenta en el largometraje.
Aunque las investigaciones dicen que el n¨²mero de incidentes de caza furtiva est¨¢ bajando, la realidad es que nunca tocar¨¢ el cero
Durante una conversaci¨®n con este diario en Barcelona, la joven asegura que ella no ser¨ªa quien es hoy, si no fuera por sus referentes. ¡°Antes de convertirme en guardabosque, so?aba con ser maestra. Crec¨ª viendo la figura de mi padre, profesor de oficio¡±. Al terminar el instituto en Kasese, su ciudad natal, la joven ugandesa se especializ¨® en estudios de flora y fauna. Fue as¨ª, durante su formaci¨®n, cuando Tugeme se cercior¨®. ¡°Estaba expuesta a la naturaleza y a la convivencia con todo tipo de especies. Me di cuenta de c¨®mo la sociedad estaba destruyendo el medio ambiente. Ten¨ªa que hacer algo¡±, sentencia.
Tras varias entrevistas, una prueba f¨ªsica y un entrenamiento de cinco meses en el Parque Nacional de Murchison Falls, al norte del pa¨ªs, Tugeme estaba lista para embarcarse en la aventura de su vida. Una autobiograf¨ªa de pasi¨®n, preservaci¨®n del medio ambiente y cuidado de los primates que ahora est¨¢ saltando a la gran pantalla.
El calentamiento global y la caza furtiva
Hasta 2019, alrededor de 1.063 gorilas habitaban tres enclaves de la zona: el parque nacional del Gorila de Mgahinga, el de Virunga en Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo y el de los Volcanes en Ruanda. ¡°En los a?os ochenta, no hab¨ªa m¨¢s de 240 primates. Estamos progresando, y si nosotros, los guardabosques, doblamos nuestros esfuerzos, doblaremos los n¨²meros¡±, apunta Tugeme. Durante largas jornadas de ocho hasta 24 horas, ella y su equipo monitorean las condiciones de los primates, especialmente, las de los nueve integrantes de la familia Nyakagezi. ¡°Ver a los gorilas en paz y libertad, me enorgullece profundamente como profesional y m¨¢s a¨²n, como persona¡±, asegura.
A pesar de quintuplicar los n¨²meros, las amenazas persisten con la aceleraci¨®n del calentamiento global y la caza furtiva. Aunque las comunidades de estos primates gozan de espacios de h¨¢bitat adecuados, las sequ¨ªas y el calor provocan que una gran parte tenga que desplazarse para buscar alimento. ¡°Hemos monitorizado a los gorilas durante las temporadas secas y caminan unos cuantos kil¨®metros para conseguir comida. Muchas de las plantas han perdido agua por el calor¡±, apunta la guardabosque.
Quiero que mis hijos sientan y traten a los gorilas como personas
¡°Aun as¨ª, la aceleraci¨®n de la crisis clim¨¢tica no es el principal problema. Aunque las investigaciones dicen que el n¨²mero de incidentes de caza furtiva est¨¢ bajando, la realidad es que nunca tocar¨¢ el cero¡±. La caza furtiva tiene como objetivo disparar o herir, a trav¨¦s de trampas camufladas, a animales salvajes dentro de zonas protegidas. Es, entre otros factores, uno de los grandes enemigos de la extinci¨®n de la fauna.
En 1991, UWA fund¨® el Parque Nacional de Mgahinga. Hasta ese momento, la tierra era propiedad p¨²blica y un lugar de convivencia entre personas y gorilas. ¡°La ley oblig¨® a mucha gente a abandonar sus hogares e incluso sus recursos alimentarios. No tienen dinero, les han arrebatado sus tierras y no han recibido una compensaci¨®n justa, as¨ª que ?qu¨¦ esperas de ellos? Tienen que cazar furtivamente¡±, aclara.
El legado del futuro
En la sobriedad de una sala sin luz natural, Tugeme es capaz de evocar los rascacielos de la naturaleza. Con ilusi¨®n, explica c¨®mo los gorilas conviven en una zona que comparte frontera con tres pa¨ªses del ?frica subsahariana: Uganda, Ruanda y Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo. ¡°Ellos no conocen de fronteras. Solo se preocupan por comer y dormir¡±, bromea.
Tugeme es el vivo reflejo de la esperanza. ¡°La naturaleza debe ser respetada¡±, sentencia hacia el final de nuestra charla. Le pregunto por qu¨¦. Lo tiene claro y contesta sin pausa. ¡°Un ¨¢rbol puede vivir sin m¨ª, no me necesita en absoluto. Yo, en cambio, necesito su ox¨ªgeno para sobrevivir.¡± Adem¨¢s, la joven asegura que no solo es importante c¨®mo actuamos hoy, sino tambi¨¦n ¡°el legado en el futuro¡±.
Ella mira el horizonte de todos con ilusi¨®n. Por sus hijos, sus gorilas y la tierra que la ha visto crecer y sobre la que trabaja d¨ªa tras d¨ªa. A los pies de los volcanes, Tugeme rescata la ambici¨®n por ser profesora. Por ense?ar y concienciar. Un anhelo con el sello de su padre. ¡°Debemos de educar a las comunidades locales para que aprecien la importancia de estos primates en la biodiversidad y adem¨¢s, reconozcan nuestro papel¡±, aconseja.
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