M¨¢s de 250 empresas generan m¨¢s da?o medioambiental de lo que obtienen en beneficios
Con la informaci¨®n adecuada, las compa?ias responsables, los inversores conscientes, los clientes y empleados preocupados y los gobiernos pueden cambiar el rumbo del planeta
Los costes ambientales creados por el 15% de las 1.800 empresas, m¨¢s de 250 en total, son m¨¢s altos que los beneficios obtenidos ese a?o. As¨ª lo atestigua el estudio Cuentas ponderadas por impacto (IWA, Impact Weighted Accounts) realizado por Ronald Cohen, precursor y l¨ªder en el impulso de la inversi¨®n de impacto, y por el centro Harvard Business School. De ellas, casi un tercio (32%) genera un da?o ambiental equivalente al 25% de sus ganancias financieras.
Analizando empresas dentro del mismo sector, se puede ver claramente qui¨¦nes son los que m¨¢s se aprovechan del bien com¨²n. Comparando Exxon Mobil, Shell y BP dentro del sector petrolero, el m¨¢s contaminante del planeta es Exxon Mobil, que genera solo con sus operaciones 33.600 millones de euros en da?os ambientales al a?o, mientras Shell genera 11.200 millones y BP 7.000 millones.
En los ¨²ltimos a?os, la mayor¨ªa de las principales aerol¨ªneas internacionales han generado rentabilidades positivas. Pero en el caso de Lufthansa y American Airlines, por ejemplo, contabilizar sus costes ambientales de 1.900 y 4.000 millones de euros respectivamente har¨ªa que ninguna de las compa?¨ªas fuera rentable.
Para ciertas industrias, incluidas las aerol¨ªneas, la papelera, los servicios el¨¦ctricos, los materiales de construcci¨®n, los contenedores y el embalaje, casi todas las empresas ver¨ªan eliminada m¨¢s de una cuarta parte de su EBITDA si incluimos su impacto medioambiental.
Con estos datos en la mano, no podemos seguir trabajando de la misma manera.
No todo es negativo. Las empresas tambi¨¦n generan impactos positivos a trav¨¦s de sus productos y empleo que tampoco se reflejan en sus resultados finales y que, de analizarse, pueden cambiar la foto final de una compa?¨ªa. Intel, por ejemplo, gener¨® en 2018 aproximadamente 3.100 millones de euros en impacto positivo en EE.UU. a trav¨¦s de sus sueldos y de los puestos de trabajo que proporcion¨® en ¨¢reas de alto desempleo.
Si conseguimos transparentar el impacto; impacto y beneficio se constituir¨¢n como las nuevas reglas del juego.
Como dicen desde la escuela de negocios Harvard Business School: ¡°La misi¨®n del proyecto de Cuentas ponderadas por impacto es impulsar la creaci¨®n de cuentas financieras que reflejen el desempe?o financiero, social y ambiental de una empresa. Nuestra ambici¨®n es crear estados contables que capturen de manera transparente los impactos externos de un modo que permita a los inversores y directivos tomar decisiones informadas basadas no solo en ganancias o p¨¦rdidas financieras, sino tambi¨¦n en el impacto que una empresa tiene en la sociedad y el medio ambiente.¡±
Para Ronald Cohen, ¡°los gobiernos deber¨ªan exigir a las empresas que informen sobre su impacto en el medio ambiente y la sociedad.¡± Las cuentas ponderadas por impacto deber¨ªan ser incorporadas en los estados financieros, reflejando los impactos positivos y negativos de una empresa en los empleados, clientes, el medio ambiente y la sociedad en general.
Los gobiernos deber¨ªan exigir a las empresas que informen sobre su impacto en el medio ambiente y la sociedad
De hecho, seg¨²n los an¨¢lisis del IWA con 13.000 datos de impacto medioambiental empresarial, ya en muchas industrias (como la qu¨ªmica, material de construcci¨®n o moda) se ve una alta correlaci¨®n entre las empresas con mayores impactos negativos y el valor de la empresa. Con estos datos, la competencia se ejercer¨¢ no solo para generar mayores beneficios, sino tambi¨¦n para obtener el menor coste medioambiental.
Transparentando el impacto tambi¨¦n podemos evitar el llamado ¡°impact washing¡±. Un ejemplo de este t¨¦rmino: hoy muchos de los fabricantes de autom¨®viles afirman que sus productos benefician a la sociedad. Pero midiendo el impacto del producto, de acuerdo con la seguridad, asequibilidad, satisfacci¨®n del cliente, eficiencia del combustible y emisiones, el informe afirma que ¨²nicamente unas pocas empresas, como Tesla, Renault, Hyundai y Nissan pueden hacer estas afirmaciones de manera justificada.
Por suerte, la presi¨®n de cambio se est¨¢ extendiendo. Richard Curtis, con el movimiento Make my money matter (Haz que mi dinero importe), est¨¢ consiguiendo que los pensionistas brit¨¢nicos pidan a los gestores de sus planes de pensiones que inviertan sus fondos en empresas que tengan un impacto positivo en el medio ambiente. Y hay m¨¢s de 30.000 millones de euros en planes de pensiones en todo el mundo.
Otros actores de la sociedad civil tampoco se quedan atr¨¢s en la presi¨®n a los grandes fondos de inversi¨®n. En octubre de 2020, los grupos medioambientalistas convencieron a inversores que pose¨ªan un total de 70.000 millones de P&G (alrededor del 30% del valor de las acciones y 67% de los accionistas), a forzarla a evaluar c¨®mo podr¨ªa aumentar la escala, ritmo y rigor de sus esfuerzos para evitar la degradaci¨®n del bosque boreal de Canad¨¢, as¨ª como las malas pr¨¢cticas laborales en sus cadenas de suministro de su papel higi¨¦nico Charmin o pa?uelos de papel Puffs, entre otros.
Pero a¨²n queda mucho camino por recorrer. La destituci¨®n de Enmanuel Faber, CEO de Danone y uno de los mayores defensores de la supremac¨ªa de los grupos de inter¨¦s frente a los accionistas en marzo de este a?o, empujada por los accionistas en desacuerdo con el descenso de ventas que, seg¨²n ellos, esta filosof¨ªa hab¨ªa podido provocar, es un duro rev¨¦s para los que quieren impulsar este nuevo capitalismo. Su destituci¨®n fue rotulada por algunos medios, como ¡°la revancha de Milton Friedman¡±. Faber lider¨® la transformaci¨®n del gigante de la alimentaci¨®n franc¨¦s en la primera ¡°entreprise ¨¤ mission¡±?, una figura legal creada en 2019 que integra los objetivos sociales y medioambientales en los estatutos corporativos, dentro del movimiento B Corp. ¡°Acaban ustedes de derribar la estatua de Milton Friedman¡±, dijo Faber en junio 2020, cuando el 99% de los accionistas vot¨® a favor de este cambio. Estos mismos accionistas le dieron la espalda y lo forzaron a renunciar a su cargo de presidente y CEO un a?o despu¨¦s.
Cuanto antes los gobiernos exijan la publicaci¨®n de las IWA, y alineen a las empresas y los inversores con el esfuerzo necesario para abordar el cambio clim¨¢tico o la desigualdad, mejor ser¨¢ nuestra sociedad. Como manifiesta Ronald Cohen, ¡°transparentando el impacto podremos remodelar el capitalismo. Pasando de la b¨²squeda de ganancias y la creaci¨®n negligente de impactos negativos a la creaci¨®n deliberada de soluciones para el mundo se redefinir¨¢ el ¨¦xito, de modo que su medida no sea solo el dinero, sino tambi¨¦n el impacto positivo que generamos.¡±
Sea como clientes, empleados, inversores, o reguladores, con los datos adecuados todos podemos impulsar este cambio.
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