Repensar la gobernanza para navegar la incertidumbre y el descontento
Toda crisis implica una redistribuci¨®n de poder, oportunidad que permite traer a nuevos actores a la arena de negociaci¨®n y discutir nuevas pol¨ªticas con objetivos claros de desarrollo. PNUD e IDEA Internacional lanzan una iniciativa para elaborar recomendaciones de pol¨ªtica p¨²blica que ofrezcan respuestas tangibles a los desaf¨ªos
En el mundo se viven tiempos de alta incertidumbre. El ritmo de los sucesos hist¨®ricos parece haberse acelerado y con ello se ha trastocado nuestra percepci¨®n de normalidad y relativa seguridad. Los choques de diversa ¨ªndole se sobreponen y sus efectos se retroalimentan: la pandemia que no termina, una guerra que toma al mundo por sorpresa y el incremento en la intensidad y frecuencia de los eventos clim¨¢ticos extremos.
Sin embargo, aunque estos acontecimientos se manifiestan en todos los pa¨ªses, las consecuencias se viven de manera muy distinta seg¨²n la capacidad de los sistemas pol¨ªticos para procesar el conflicto. En otras palabras, es la gobernanza ¨Centendida como el proceso a trav¨¦s del cual actores estatales y no estatales interact¨²an para dise?ar e implementar ciertas pol¨ªticas¨C la que media entre un choque externo y la magnitud de sus consecuencias en cada pa¨ªs.
El 73% de la poblaci¨®n de Am¨¦rica Latina considera que ¡°est¨¢ gobernado por unos cuantos grupos poderosos en su propio beneficio¡±
En Am¨¦rica Latina y el Caribe (ALC) los pa¨ªses han reaccionado de manera heterog¨¦nea y en muchos casos de forma insuficiente a las crisis sobrepuestas. La regi¨®n est¨¢ marcada por la creciente distancia y encono entre las distintas expresiones pol¨ªticas, por la dificultad para confiar en l¨ªderes y plataformas que agreguen preferencias, y de manera transversal, por un sentimiento de profunda injusticia. Es muy representativo el dato que recoge el Latinobar¨®metro de 2021: el 73% de la poblaci¨®n considera que ¡°est¨¢ gobernado por unos cuantos grupos poderosos en su propio beneficio¡±.
Este escenario ha obstruido la posibilidad de lograr acuerdos sociales y, por lo tanto, de adoptar una ruta clara y flexible para navegar la incertidumbre. La situaci¨®n exige repensar la gobernanza en democracia que ponga la lupa en la arena de negociaci¨®n de donde surgen las pol¨ªticas p¨²blicas y las reglas del juego.
Es fundamental entender c¨®mo funciona dicha arena de negociaci¨®n porque es ah¨ª donde se manifiestan las asimetr¨ªas de poder entre los distintos actores y se reproducen din¨¢micas de desigualdad social. Es decir, la gobernanza en democracia exige no solo la legitimidad en los resultados, sino tambi¨¦n la legitimidad en el proceso de c¨®mo se llega a esos resultados, por ejemplo, la pluralidad y equilibrio de las v¨ªas de participaci¨®n en la arena p¨²blica.
Existen cuatro avenidas para la participaci¨®n de los ciudadanos en una democracia funcional: elecciones, partidos pol¨ªticos, movimientos sociales y deliberaci¨®n p¨²blica. Estas v¨ªas muestran algunas fortalezas, pero sobre todo, desaf¨ªos en la regi¨®n. A pesar de la creciente conflictividad pol¨ªtica, una de las fortalezas es la celebraci¨®n de elecciones regulares, libres y, en muchos casos, ejemplares. A¨²n en los momentos m¨¢s dif¨ªciles de la pandemia, la mayor¨ªa sigui¨® creyendo que el voto es la herramienta principal para castigar o validar a quienes ejercen el poder. Este es un compromiso fundamental con los cimientos de la democracia y debe ser prioritario seguir protegi¨¦ndolo.
A¨²n en los momentos m¨¢s dif¨ªciles de la pandemia, la mayor¨ªa sigui¨® creyendo que el voto es la herramienta principal para castigar o validar a quienes ejercen el poder
Por otro, los partidos pol¨ªticos, entendidos como los agentes por excelencia para agregar intereses y preferencias en una democracia representativa, viven una profunda crisis de legitimidad. El descontento con ellos es uno de los factores que genera la gran volatilidad electoral prevaleciente: por ejemplo, de 18 elecciones presidenciales que hubo en la regi¨®n entre 2018 y 2021, en casi un 70% de ellas el oficialismo sali¨® derrotado y, en muchos casos, fue vencido por figuras ajenas al sistema de partidos tradicional e impugnadoras de ¨¦l. Es impensable mantener una democracia funcional sin un sistema de partidos razonablemente robusto y representativo de la pluralidad de intereses sociales.
Otra manera de agregar intereses y llevar demandas sociales a la arena de negociaci¨®n p¨²blica es a trav¨¦s de la sociedad civil. Sin embargo, mientras que el espacio de la sociedad civil en ALC se increment¨® de manera acelerada desde 1980, este ha disminuido en los ¨²ltimos a?os. Diferentes gobiernos han impuesto obst¨¢culos para el establecimiento y subsistencia de las Organizaciones de la Sociedad Civil. Adem¨¢s, existe un esfuerzo de diversos actores pol¨ªticos de trastocar la deliberaci¨®n p¨²bica tanto en medios de comunicaci¨®n tradicionales como en las redes sociales.
Cuando el camino de la representaci¨®n institucional se percibe como bloqueado, la poblaci¨®n busca otras formas, principalmente directas, de hacer saber su descontento. En este sentido, la protesta social ha ido en aumento en la regi¨®n: el n¨²mero de manifestaciones se duplic¨® entre 2018 y 2021. Uno de los signos m¨¢s preocupantes es que en muchos casos han terminado en enfrentamientos violentos con las fuerzas del orden.
Aun as¨ª, la democracia ha logrado resistir los embates. A pesar de la ca¨ªda en el apoyo a este sistema pol¨ªtico recogida en diversas encuestas, esta no se ha visto compensada por un aumento en el apoyo a opciones abiertamente autoritarias. Lo que ha crecido es el porcentaje de la gente que, desilusionada, se muestra indiferente frente a la suerte de la democracia.
Toda crisis implica una redistribuci¨®n de poder y esto tiene que verse como una oportunidad que permita traer a nuevos actores a la arena de negociaci¨®n y discutir nuevas pol¨ªticas y reglas con objetivos claros de desarrollo. Ante este momento de reordenamiento social que vive la regi¨®n, enfatizamos que la clave para la estabilidad es c¨®mo se procesa ese conflicto v¨ªa la gobernanza efectiva (que genera resultados positivos en desarrollo) en democracia.
Con la idea de repensar la gobernanza en tiempos de incertidumbre y descontento social, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA) lanzaron la Iniciativa Conjunta para el Fortalecimiento de la Gobernanza en ALC. Su objetivo central es producir recomendaciones de pol¨ªtica p¨²blica que ofrezcan respuestas tangibles a los desaf¨ªos identificados para que puedan ser utilizadas por expertos en pol¨ªticas p¨²blicas, tomadores de decisi¨®n, grupos organizados de la sociedad civil y ciudadanos interesados. PNUD e IDEA hacen una invitaci¨®n abierta a unirse a esta iniciativa con el fin de enriquecer las perspectivas y contribuciones en esta tarea impostergable.
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