Mientras ustedes hacen pol¨ªtica, en el mundo aumenta el hambre
Entre 702 y 828 millones de personas se vieron afectadas por el hambre el pasado a?o, seg¨²n datos de la FAO. La pandemia de la covid-19 y la guerra en Ucrania ha puesto de manifiesto la fragilidad global
El hambre, la desnutrici¨®n y el aumento de los precios a nivel mundial son consecuencia de un sistema econ¨®mico insostenible que, a su vez, provoca que las personas dedicadas a la agricultura y ganader¨ªa sean sumamente vulnerables a la especulaci¨®n alimentaria. La pandemia de la covid-19 y el conflicto en Ucrania han puesto de manifiesto esta fragilidad.
Es imposible obviar que las cadenas globales de suministro de alimentos, controladas por un grupo reducido de grandes empresas, son tremendamente dependientes de los combustibles f¨®siles y los insumos qu¨ªmicos (fertilizantes, pesticidas, etc.). Esto implica un duro golpe para la econom¨ªa dom¨¦stica de las personas consumidoras, especialmente para los colectivos m¨¢s vulnerables, ya que a la inflaci¨®n alimentaria se suma la energ¨¦tica. A la vez, la producci¨®n industrial de alimentos contribuye a las emisiones de carbono y la destrucci¨®n ambiental.
Es imposible hablar del sistema alimentario y econ¨®mico mundial sin poner de relieve la verg¨¹enza que supone, que avanzado el siglo XXI, no se ponga fin a los niveles persistentes y escandalosos de hambre que hay y que dejan al descubierto los problemas estructurales del modelo econ¨®mico. Una situaci¨®n que viene de largo, aunque se ve agravada con la guerra entre Rusia y Ucrania. Seg¨²n la FAO, en 2021 entre 702 y 828 millones de personas se vieron afectadas por el hambre.
Para afrontar la emergencia social y medioambiental global, tuvo lugar en Roma, entre el 10 y 13 de octubre, la 50? sesi¨®n plenaria del Comit¨¦ de Seguridad Alimentaria Mundial de Naciones Unidas (CSA), el principal ¨®rgano inclusivo de la organizaci¨®n encargado de abordar la cuesti¨®n de la seguridad alimentaria. Los Estados y los participantes se reunieron para tratar de acabar con el hambre y coordinar las respuestas pol¨ªticas a la escasez alimentaria mundial. Los debates se vieron envueltos en una batalla discursiva entre dos bloques geopol¨ªticos liderados por Rusia y Estados Unidos, tratando de encontrar una redacci¨®n aceptable sobre la guerra en Ucrania y las sanciones: cuando los elefantes se pelean es la hierba la que se pisotea.
Esto ha propiciado un bloqueo hist¨®rico. Una situaci¨®n in¨¦dita en los 40 a?os de historia del CSA, en la que las partes decidieron posponer las discusiones y retomar la sesi¨®n el pr¨®ximo 19 de diciembre.
Ambos [Rusia y Estados Unidos] prefer¨ªan un organismo debilitado, incapaz de abordar cuestiones relevantes como los derechos humanos, el comercio o la transformaci¨®n de los sistemas alimentarios
Por este motivo, no se pudo concluir la sesi¨®n ni tomar una decisi¨®n sobre la respuesta a la creciente crisis alimentaria. Una obstrucci¨®n que no se explica exclusivamente en clave geopol¨ªtica, pues volvimos a comprobar lo r¨¢pido que se alinean los dos bloques cuando se trata de socavar el papel del Comit¨¦. Ambos prefer¨ªan un organismo debilitado, incapaz de abordar cuestiones relevantes como los derechos humanos, el comercio o la transformaci¨®n de los sistemas alimentarios. En esta l¨ªnea se encuentran otros pa¨ªses agroexportadores como Brasil y Argentina, que apoyan deliberadamente esta paralizaci¨®n en las negociaciones.
Por otro lado, los Estados miembros de la Uni¨®n Europea, aunque m¨¢s comprometidos con la respuesta a la crisis, no se movilizaron lo suficiente para evitar que la situaci¨®n se enquistase. De hecho, han dejado clara su postura escud¨¢ndose en la posici¨®n de bloqueo, lav¨¢ndose las manos para mantener el statu quo.
Las causas estructurales de la crisis alimentaria
En el lado opuesto, se encontraban los pa¨ªses africanos y de Am¨¦rica Latina, as¨ª como el Relator Especial de la ONU sobre el Derecho a la Alimentaci¨®n, que apoyaban firmemente la necesidad de una respuesta pol¨ªtica coordinada a nivel mundial y dirigida por el CSA. En esta l¨ªnea, el Mecanismo de la Sociedad Civil y de los Pueblos Ind¨ªgenas (CSIPM) present¨® las pruebas en las que se mostraba un fuerte aumento de las desigualdades en todas las regiones y se?alaba las causas estructurales e interconectadas que refuerzan y perpet¨²an la crisis alimentaria: desde la deuda a la dependencia de las importaciones de alimentos o las normas injustas de comercio e inversi¨®n.
El mandato del CSA es claro. Debe coordinar una respuesta a la alarmante inseguridad alimentaria en el mundo basada en el derecho humano a una alimentaci¨®n adecuada. No es de recibo que haya pa¨ªses que secuestren estos espacios con sus fines estrat¨¦gicos, poniendo en peligro la vida de millones de personas sin tomar las decisiones adecuadas. Por ello consideramos que el CSA debe actuar ahora.
Dada la creciente urgencia de hacer frente a la falta de comida en muchos pa¨ªses y a la grave situaci¨®n que viven las personas productoras y consumidoras, tambi¨¦n en nuestro pa¨ªs, es necesaria una respuesta firme por parte del Gobierno de Espa?a. Gabriel Ferrero, embajador espa?ol y presidente del Comit¨¦ de Seguridad Alimentaria Mundial deber¨¢ actuar con decisi¨®n. La Administraci¨®n deber¨ªa liderar un di¨¢logo inclusivo y guiar hacia una pol¨ªtica global coordinada para prevenir futuras crisis.
Las organizaciones firmantes en coordinaci¨®n con el CSIPM, que representa a cientos de productores de alimentos a peque?a escala, consumidores, pueblos ind¨ªgenas, pastores, pescadores, mujeres, j¨®venes, personas que viven bajo la inseguridad alimentaria urbana, sin tierra, trabajadores agr¨ªcolas y alimentarios, reclamamos a los responsables pol¨ªticos que act¨²en. Por nuestra parte, tendemos la mano a contribuir a este proceso, a proponer, a debatir y a encontrar soluciones donde las personas y el planeta sean el centro de las decisiones pol¨ªticas.
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