La educaci¨®n en emergencias, la gran olvidada (y por qu¨¦ Ucrania es una excepci¨®n)
Este pa¨ªs es un caso singular que muestra que, con el respaldo del Gobierno y de la comunidad internacional, se pueden lograr importantes avances en un ¨¢mbito que tradicionalmente ha sido marginado en situaci¨®n de crisis
Cuando uno piensa en las necesidades a las que hay responder cuando surge una emergencia humanitaria, como un terremoto o una guerra, lo primero que le viene a la cabeza es que la poblaci¨®n necesitar¨¢ alimentos, cobijo, agua o equipos de saneamiento. Son prioridades l¨®gicas y urgentes, pero no las ¨²nicas.
La educaci¨®n, un derecho que ya se da por garantizado en la mayor parte del mundo, se convierte en un deseo inalcanzable para los ni?os y ni?as cuando entra en competencia con otras necesidades en un contexto de crisis. Y, sin embargo, para ellos y ellas ir a la escuela y seguir aprendiendo es un respiro y un chaleco salvavidas. ¡°Entre las bombas, los ataques, el miedo y la incertidumbre seguir yendo al colegio ha sido mi ¨²nica tabla de salvaci¨®n¡±, dice Aleks, un ni?o de 14 a?os de la ciudad de Jerson.
All¨ª, no solo se forman, sino que se relacionan con sus compa?eros y compa?eras, est¨¢n en un espacio en el que se les cuida y se les protege de m¨¢s violencia, como la trata o los secuestros, y pueden compartir sus vivencias libremente. Es algo de normalidad dentro del caos cotidiano. Por eso, el derecho a la educaci¨®n tendr¨ªa que ser de las primeras cosas que deber¨ªa recuperar la infancia en estas situaciones.
Ucrania lleva ya dos a?os en guerra. Durante este tiempo, 3.798 escuelas han sido da?adas por los ataques y 365 totalmente destruidas, lo que constituye el 13% de la infraestructura educativa. Adem¨¢s, las necesidades en este ¨¢mbito han aumentado en un 30% entre 2022 y 2023.
Al mismo tiempo, el gasto en educaci¨®n en 2023 ha alcanzado el 5% del PIB del pa¨ªs, con un incremento de un 14.3% con respecto al a?o previo. Es decir, a pesar del conflicto, el Estado ha seguido apostando por este sector. A la inversi¨®n p¨²blica se a?aden los fondos aportados por la comunidad internacional, que han alcanzado los 100 millones de euros, monto que ha logrado cubrir el 71% de las necesidades identificadas. Esta inversi¨®n internacional ha hecho que Ucrania se convierta en el pa¨ªs en crisis con mayor dotaci¨®n econ¨®mica del extranjero en el sector educativo.
Gracias a todas estas inversiones y a la prioridad que se le ha dado a la educaci¨®n, tanto a nivel nacional como internacional, se han logrado mejoras con impacto real. Por ejemplo, desde enero de 2023, la proporci¨®n de centros educativos con refugios ha aumentado del 68% al 80%, mientras que la proporci¨®n de centros que ofrecen ense?anza totalmente presencial ha aumentado del 25% al 57%. Estos dos avances tienen efectos positivos sobre la vida de los ni?os, ni?as y adolescentes, ya que les permitir¨¢ tener unos centros seguros y protectores que les retorne a la rutina que conoc¨ªan y que tanto ans¨ªan.
La educaci¨®n solo ha recibido el 4% del total de los llamamientos humanitarios, mientras que desde la Campa?a Mundial por la Educaci¨®n se reclama que este porcentaje sea del 10% para responder adecuadamente
Adem¨¢s, Ucrania es el pa¨ªs en crisis que mejor situado est¨¢ para la consecuci¨®n del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS4), que aspira a garantizar una educaci¨®n equitativa, inclusiva y de calidad¨D. Concretamente, ha alcanzado el indicador de alfabetizaci¨®n y el de finalizaci¨®n de secundaria, aunque a¨²n hay algunos retos pendientes como la tasa de matriculaci¨®n en primaria.
Teniendo presente el caso de Ucrania, ?la apuesta internacional por el derecho a la educaci¨®n es igual en todos los pa¨ªses que viven contextos de emergencia? La respuesta es que no. Muy al contrario, de los 35 pa¨ªses y territorios con llamamientos humanitarios en 2023, el 88% (30 de ellos) est¨¢n bastante o muy lejos de alcanzar el ODS4 y de cuatro no hay ni siquiera informaci¨®n (L¨ªbano, Hait¨ª, Somalia y Libia).
La brecha de financiaci¨®n de la educaci¨®n en emergencias no ha dejado de aumentar. Si en la ¨²ltima d¨¦cada, las demandas para el sector educativo se han multiplicado por siete, los desembolsos solo lo han hecho por cuatro. A d¨ªa de hoy, la educaci¨®n solo ha recibido el 4% del total de los llamamientos humanitarios, mientras que desde la Campa?a Mundial por la Educaci¨®n se reclama que este porcentaje sea del 10% para responder adecuadamente. Con una apuesta econ¨®mica tan baja por parte de las organizaciones internacionales y los pa¨ªses donantes, las carencias educativas se van lastrando y la situaci¨®n empeora a?o tras a?o. En 2023, el 80% de las crisis han recibido menos de la mitad de los recursos que requer¨ªan para darles respuesta. La educaci¨®n no se ve como algo urgente, cuando s¨ª lo es. Pasa desapercibida entre los donantes. Si se compara a todos los sectores seg¨²n el volumen de financiaci¨®n, ocupa el d¨¦cimo lugar. Solo la suma de cinco ¨¢mbitos ¨Dla seguridad alimentaria, la salud, el agua, saneamiento e higiene, el cobijo y el multisectorial¨D recibieron m¨¢s de 65% de todos los fondos en 2023. En definitiva, la educaci¨®n es el primer derecho que se pierde y el ¨²ltimo que se recupera.
Claramente, no estamos dando una respuesta efectiva y esto tendr¨¢ consecuencias en el corto, medio y largo plazo. Lo saben bien los m¨¢s de 78 millones de ni?as, ni?as y adolescentes afectados por una crisis que a d¨ªa de hoy no asisten a la escuela. Teniendo en cuenta que estas emergencias duran ya un promedio de nueve a?os, y que la escolarizaci¨®n obligatoria es de una media de seis, esta cifra seguir¨¢ aumentando y dejar¨¢ a generaciones enteras sin adquirir conocimientos b¨¢sicos.
No recibir una educaci¨®n y que esta sea de calidad es la vulneraci¨®n de un derecho fundamental y de un derecho habilitante de otros. Su ausencia expone a toda la infancia a una serie de riesgos como el trabajo o el matrimonio infantil o la migraci¨®n. Es una prioridad para la infancia. Y no lo decimos nosotros y nosotras. La evidencia demuestra que las comunidades, y especialmente ni?os, ni?as y adolescentes, le dan prioridad por encima de otras cuestiones en contextos de emergencia.
Aunque los datos muestran que cuando hay una crisis, la educaci¨®n es la gran olvidada, tambi¨¦n dejan claro que la situaci¨®n se puede revertir. Ucrania es el ejemplo, el caso singular que nos ense?a que, con la voluntad y el compromiso del Gobierno, aunado con la apuesta de la comunidad internacional, se pueden lograr importantes avances en un ¨¢mbito que tradicionalmente ha sido marginado. Convirtamos la excepci¨®n en regla y apostemos por el presente y el futuro de la infancia, poniendo en el centro el derecho a la educaci¨®n.
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