En estas farmacias se est¨¢ produciendo una revoluci¨®n en la prevenci¨®n del VIH
Un proyecto en Sud¨¢frica estudia si la venta en establecimientos privados de los medicamentos que previenen el sida puede ayudar a frenar los contagios
Mays Chemist es una farmacia luminosa y bulliciosa en la calle principal de Melville, un barrio de Johanesburgo. Desde julio del a?o pasado, en ella tiene lugar una peque?a revoluci¨®n que podr¨ªa suponer una verdadera diferencia en la prevenci¨®n del VIH en Sud¨¢frica.
Con el apoyo de farmac¨¦uticos y de una enfermera de la farmacia, 210 personas han empezado a recibir la PrEP (abreviatura de profilaxis previa a la exposici¨®n), una medicaci¨®n que puede proteger a una persona de contraer el VIH. La PrEP est¨¢ disponible en Sud¨¢frica desde 2016, y m¨¢s de un mill¨®n de personas ya han empezado a tomarla para protegerse de la infecci¨®n por VIH.
Entonces, ?por qu¨¦ son tan importantes los nuevos clientes que reciben su medicaci¨®n en esta farmacia? Porque participan en un proyecto que estudia si el permitir que las personas obtengan estos medicamentos en centros sanitarios que forman parte de su rutina diaria ¡ªcomo farmacias cercanas al lugar donde trabajan, estudian o compran¡ª puede funcionar. Ahora hay que acudir a una cl¨ªnica u hospital p¨²blico para obtener la PrEP. De momento, el proyecto est¨¢ teniendo ¨¦xito: m¨¢s de 1.200 personas en 10 farmacias han empezado a tomar esta medicaci¨®n preventiva.
Alrededor de 90.000 mujeres y 50.000 hombres se contagiaron de VIH en Sud¨¢frica el a?o pasado, adem¨¢s de los 7,8 millones de personas que ya lo tienen
El medicamento est¨¢ incluido en la Lista 4 de la Ley de Medicamentos y Sustancias Relacionadas, por lo que una farmacia privada solo puede dispensarlo a alguien que tenga una receta de un m¨¦dico o de una enfermera con autorizaci¨®n especial que trabaje en una cl¨ªnica u hospital p¨²blico.
Creemos que permitir tambi¨¦n que los farmac¨¦uticos y enfermeros que trabajan en centros privados receten la PrEP y otros medicamentos contra el VIH es m¨¢s que una necesidad m¨¦dica urgente: es un derecho humano.
Dar a elegir
Alrededor de 90.000 mujeres y 50.000 hombres se contagiaron de VIH en Sud¨¢frica el a?o pasado, adem¨¢s de los 7,8 millones de personas que ya lo tienen. Tenemos que prevenir las nuevas infecciones con todas las herramientas a nuestro alcance, y para ello debemos facilitar al m¨¢ximo el acceso a los medicamentos contra el virus. Es m¨¢s, tenemos que dar a la gente la posibilidad de elegir c¨®mo quieren tomar su medicaci¨®n.
Hasta ahora, la PrEP solo estaba disponible en forma de p¨ªldora diaria. Contiene los dos antirretrovirales emtricitabina y tenofovir. Funciona tan bien que reduce casi a cero las probabilidades de contraer el VIH a trav¨¦s de las relaciones sexuales, pero para conseguir ese nivel de protecci¨®n hay que tomarla diligentemente todos los d¨ªas. Sin embargo, en diciembre, una forma inyectable del f¨¢rmaco cabotegravir, denominada CAB-LA, fue aprobada como PrEP en Sud¨¢frica. Las dos primeras inyecciones se administran con un intervalo de cuatro semanas y luego una cada dos meses, lo que hace que su uso sea m¨¢s c¨®modo porque no hay que acordarse de tomar una pastilla cada d¨ªa. Los estudios han demostrado que la inyecci¨®n elimina pr¨¢cticamente la posibilidad de contraer el VIH a trav¨¦s de las relaciones sexuales.
Nuestro proyecto tambi¨¦n ofrece CAB-LA en un estudio secundario que se lleva a cabo en algunos centros de Gauteng (la provincia donde est¨¢ Johanesburgo). Queremos ver si la gente prefiere tomar el comprimido diario o ponerse la inyecci¨®n bimensual, y tambi¨¦n queremos saber qu¨¦ piensa de esta y hasta qu¨¦ punto ser¨ªa una opci¨®n pr¨¢ctica de PrEP para los sudafricanos en la vida real.
Permitir que los farmac¨¦uticos receten los medicamentos preventivos del sida es m¨¢s que una necesidad m¨¦dica urgente: es un derecho humano
Desde que comenzamos el estudio en marzo, 143 de las 200 personas inscritas eligieron CAB-LA en lugar de la p¨ªldora diaria, y 108 volvieron para su primera inyecci¨®n de seguimiento un mes despu¨¦s. En las entrevistas en profundidad, las personas nos dijeron que prefer¨ªan la forma inyectable de acci¨®n prolongada porque les resulta c¨®moda y f¨¢cil, y m¨¢s atractiva que tener que tragar una p¨ªldora grande. Adem¨¢s, saben que est¨¢n protegidos contra la infecci¨®n.
Pero la p¨ªldora preventiva sigue siendo ¨²til para las personas que tienen miedo a las agujas y las que est¨¢n acostumbradas a tomar pastillas todos los d¨ªas.
La importancia de las farmacias privadas
Los participantes nos dijeron que les gustan las farmacias privadas porque est¨¢n convenientemente situadas en centros comerciales y cerca de paradas de taxi muy concurridas, abren los fines de semana y el servicio es r¨¢pido y eficaz. Adem¨¢s, conf¨ªan en la profesionalidad del personal y en la confidencialidad de su relaci¨®n, y se enfrentan a un menor escrutinio por parte de otros clientes.
En nuestro proyecto, las personas que quieren empezar a tomar la PrEP hablan con un farmac¨¦utico, que a su vez las deriva a una enfermera de la farmacia para que las asesore sobre temas como los anticonceptivos y la reducci¨®n del riesgo de contraer el VIH, y para que les haga pruebas del VIH y otras infecciones de transmisi¨®n sexual, hepatitis B y funci¨®n renal. Una vez hecho todo esto, los pacientes mantienen una conversaci¨®n telef¨®nica con un m¨¦dico, que despu¨¦s les receta los medicamentos.
Si los farmac¨¦uticos y las enfermeras de las farmacias pudieran expedir las recetas, el proceso podr¨ªa ser m¨¢s barato y r¨¢pido. Aunque se trata de un cambio respecto a la forma actual de hacer las cosas, no es radical.
En Sud¨¢frica, los farmac¨¦uticos ya forman parte del proceso de inicio del tratamiento de una enfermedad, aconsejan sobre el uso de los medicamentos, comprueban el cumplimiento de la terapia y hacen un seguimiento de los pacientes para asegurarse de que saben qu¨¦ hacer si se olvidan de tomar una dosis o en caso de posibles efectos secundarios. Tambi¨¦n dispensan anticonceptivos de urgencia sin receta.
Si los farmac¨¦uticos y las enfermeras de las farmacias pudieran expedir las recetas, el proceso podr¨ªa ser m¨¢s barato y r¨¢pido. Aunque se trata de un cambio respecto a la forma actual de hacer las cosas, no es radical
El Consejo Sudafricano de Farmacia, que es el organismo regulador al que pertenecen los farmac¨¦uticos, respalda el curso de Gesti¨®n de la Terapia Antirretroviral Iniciada en Farmacia (Pimart, por sus siglas en ingl¨¦s). Este programa, que forma parte de la pr¨¢ctica farmac¨¦utica desde agosto de 2021, capacita a farmac¨¦uticos y enfermeros internos para prescribir antirretrovirales, medicamentos de prevenci¨®n del VIH y tratamiento de la tuberculosis [ya que permitir¨ªa, una vez completado, obtener un permiso especial para dispensar medicamentos de la Lista 4].
Pero el curso se ha suspendido de momento, despu¨¦s de que la Fundaci¨®n de la Asociaci¨®n de M¨¦dicos Independientes, una red de m¨¦dicos de cabecera y dentistas, llevara al Consejo de Farmacia a los tribunales para impedir que se impartiera. Aunque el Tribunal Superior del Norte de Gauteng, en Pretoria, fall¨® a favor del Consejo en agosto del a?o pasado, se permiti¨® a la red de m¨¦dicos y dentistas recurrir y a¨²n no se ha fijado fecha para el juicio.
Dara Vucevic, farmac¨¦utica de Mays, complet¨® la formaci¨®n Pimart, pero como el programa se ha paralizado, no ha recibido el certificado y, por tanto, no puede incorporar las tareas a su trabajo diario. Con sus cuatro a?os de licenciatura en Farmacia, 28 a?os de experiencia y este curso extra en su haber, entiende lo que necesitan los clientes y puede poner en pr¨¢ctica esos conocimientos y habilidades a la hora de recetar medicamentos para la prevenci¨®n del VIH. Y como es capaz de entablar una relaci¨®n con los clientes, puede guiarles a la hora de iniciar un nuevo tratamiento. Pueden pasar y hacer preguntas, lo que a menudo no es posible en cl¨ªnicas muy concurridas, y sabe inmediatamente si no se presentan para recoger su receta.
Excluir a las cerca de 3.600 farmacias privadas de Sud¨¢frica de la prestaci¨®n de servicios de prevenci¨®n del VIH ser¨¢ una oportunidad perdida de frenar las nuevas infecciones en el pa¨ªs.
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