Ciudades para caminar
Adem¨¢s de la informaci¨®n meteorol¨®gica, lo m¨¢s seguido en los informativos de radio y televisi¨®n es el tr¨¢fico, que incide negativamente en la salud y en la sostenibilidad del planeta
Poco a poco nuestras urbes han ido transform¨¢ndose por las urgencias imperativas de los autom¨®viles. En el momento actual, habr¨ªa que hablar de la ¡°ciudad del autom¨®vil¡± m¨¢s que de la ¡°ciudad del peat¨®n¡±, como dec¨ªamos en un art¨ªculo titulado Ciudades m¨¢s saludables, publicado hace un a?o en este mismo diario. Nuestras preocupaciones principales son desplazarnos y aparcar. En los informativos de radio y televisi¨®n, adem¨¢s de la informaci¨®n meteorol¨®gica, lo m¨¢s seguido es el tr¨¢fico. Sin embargo, esta situaci¨®n no parece la m¨¢s adecuada por diferentes motivos que se pueden agrupar en dos grandes apartados: salud y sostenibilidad del planeta.
Desde el punto de vista de la salud hay que mencionar muchos aspectos. Probablemente, uno de los m¨¢s relevantes es que el coche nos ha convertido en personas sedentarias. Como el dise?o urbano hace imprescindible el uso del veh¨ªculo, nos hemos ido acostumbrando, y ahora nos parece el modo normal de movernos. Hasta tal punto que, incluso en aquellos casos en los que ser¨ªa posible ir andando (trayectos cortos) vamos conduciendo si tenemos facilidad de aparcar. As¨ª, el ejercicio m¨¢s elemental, barato y que puede realizar casi todo el mundo queda relegado a situaciones casi excepcionales.
Pero no solamente el sedentarismo nos aleja de una vida saludable. El autom¨®vil es una fuente de contaminaci¨®n urbana muy importante. La a¨¦rea est¨¢ en el origen de muchas enfermedades de los pulmones o del coraz¨®n. Pero tambi¨¦n la ac¨²stica y la visual son las causas de otras, y no solo mentales. Adem¨¢s, un aspecto adicional a tener en cuenta es el aislamiento social producido por este tipo de desplazamientos, con consecuencias psicol¨®gicas que no se pueden desde?ar.
Pero el problema no es solamente de salud. Adem¨¢s, esta organizaci¨®n de la ciudad es poco sostenible para el planeta, puesto que, progresivamente, los autom¨®viles han sustituido el concepto de distancia a la que se encuentra el lugar al que queremos llegar. Hoy en d¨ªa, es posible acceder a zonas alejadas varios kil¨®metros unas de otras, siempre que exista una carretera que las conecte.
Las metr¨®polis se han ido fragmentando sobre el territorio en forma de esquirlas dedicadas a un uso concreto: residencial, industrial, comercial, de diversi¨®n, educativo, etc. Esto hace necesario ir de un punto a otro cuando queremos comprar, trabajar, ir a casa o, simplemente, divertirnos. Para ello se emplea el coche, ya que es pr¨¢cticamente imposible construir redes de transporte p¨²blico rentables, tanto en t¨¦rminos econ¨®micos como de tiempo. Este funcionamiento es ineficiente, sobre todo, por el consumo de energ¨ªa y de suelo, por la contaminaci¨®n producida y por la rotura de los ecosistemas naturales, que son los que suministran los servicios que hacen posible la vida urbana.
Ante esta situaci¨®n, ya hace a?os que las entidades y los centros de investigaci¨®n relacionados con el dise?o y organizaci¨®n urbana, est¨¢n trabajando para cambiarla mediante este nuevo enfoque que se conoce con diferentes nombres: ciudad de proximidad, de cercan¨ªa, del peat¨®n¡ Aunque, probablemente, uno de los que ha hecho fortuna desde el punto de vista medi¨¢tico sea la llamada ¡°ciudad de los 15 minutos¡±. En todos los casos se trata de hacer posible que las actividades urbanas cotidianas se hagan a pie.
Sin embargo, conseguir metr¨®polis para caminar es muy dif¨ªcil porque es necesario modificar muchas cosas y, casi todas, contra las inercias y costumbres creadas e incluso contra los intereses econ¨®micos. Por tanto, habr¨ªa que empezar por contarle a aquellos que sufren los efectos de esta forma de dise?arlas y organizarlas que, efectivamente, es una muy mala soluci¨®n. Este aspecto es complicado, pero sin conseguirlo ser¨¢ imposible el cambio. Este ser¨ªa el primer paso: conseguir que la sociedad sea consciente de los problemas que acarrea el actual funcionamiento urbano.
Pero es que, adem¨¢s, ser¨ªan necesarias otras condiciones m¨¢s t¨¦cnicas, aunque f¨¢cilmente comprensibles. La primera, y probablemente la m¨¢s importante: conseguir complejidad en la ciudad, barrio o ¨¢rea urbana considerada. Y complejidad quiere decir diversidad de elementos y relaciones entre ellos. Diversidad de usos: residencial, de oficinas, industrial, comercial, docente¡ Que no se trate de un fragmento urbano dedicado a uno o a dos. Cuantos m¨¢s, mejor. Pero tambi¨¦n, diversidad demogr¨¢fica, social y econ¨®mica.
Tambi¨¦n es necesario lograr una densidad suficiente que haga posible la existencia de equipamientos, comercios o empleos en un radio peque?o para que puedan ser accesibles a pie. Por lo tanto, tambi¨¦n es necesario que exista gente suficiente que soporte todas estas actividades. Y, por supuesto, comodidad en los desplazamientos, as¨ª como que exista contig¨¹idad f¨ªsica entre los diferentes fragmentos en los que se ha ido troceando la ciudad actual. Lograrlo tampoco est¨¢ exento de problemas, por lo que habr¨ªa que ¡°coser¡± estas diferentes partes entre s¨ª y con las ¨¢reas centrales en el momento de planificar cualquier crecimiento urbano.
Margalef escribi¨® que la contaminaci¨®n no es m¨¢s que la enfermedad del transporte de los ecosistemas
Hay que avanzar hacia nuevos modelos urbanos sin veh¨ªculos. ?nicamente as¨ª se conseguir¨¢n tanto mejoras en la salud de sus habitantes como tambi¨¦n en la sostenibilidad del planeta. Ya escribi¨® Margalef en su momento que la contaminaci¨®n no era m¨¢s que la enfermedad del transporte de los ecosistemas. Este es uno de los problemas m¨¢s importantes de los ecosistemas urbanos. No solo el de viajeros y mercanc¨ªas entre todas las regiones del mundo, sino tambi¨¦n dentro de las propias ciudades. Es urgente conseguirlo porque los efectos (entre otros el cambio clim¨¢tico) ya se empiezan a notar antes de lo previsto.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra ¡®newsletter¡¯.