La Comuna 13 de Medell¨ªn se abre a los turistas
El barrio de la ciudad colombiana quiere atraer visitantes ofertando como atractivo su memoria hist¨®rica cuando todav¨ªa est¨¢ en proceso de reconstrucci¨®n y envuelta en tensiones
El turismo masivo suele alterar las caracter¨ªsticas del territorio: si es un entorno natural, ejerciendo presi¨®n sobre sus activos naturales; si es un entorno urbano, alterando las din¨¢micas propias de la ciudad. Ahora bien, no todos los impactos son de igual magnitud o de la misma naturaleza. De ah¨ª que resulte conveniente explorar las caracter¨ªsticas del proceso de apertura al turismo de la Comuna 13 de Medell¨ªn (Colombia), en clave de consumo de memoria hist¨®rica y transformaci¨®n urbana. ?Qu¨¦ sucede cuando el producto tur¨ªstico que se ofrece es la memoria hist¨®rica, a¨²n en proceso de reconstrucci¨®n, en un territorio urbano marcado por el conflicto armado? ?Qu¨¦ impacto tiene sobre el territorio y la memoria el uso de la propia memoria como mercanc¨ªa?
[La ciudad] est¨¢ hecha de las relaciones entre sus espacios y los acontecimientos del pasado que los definen, de esas redes de relatos e historias que le dan sentido y significado al entorno construido y a las biograf¨ªas de vida que en ¨¦l se gestan
En la narrativa oficial, plasmada en el Plan estrat¨¦gico de turismo 2018-2024, se declara que uno de los atractivos principales de Medell¨ªn es su transformaci¨®n social y que esta ha permitido desarrollar diversos productos tur¨ªsticos, como los tours por las comunas. De este modo, las intervenciones urbanas realizadas en las comunas a trav¨¦s de los proyectos del urbanismo social, cuyo fin era mejorar la calidad de vida de sus habitantes, han devenido en una plataforma que facilita e impulsa su conversi¨®n. Hist¨®ricamente excluidas del desarrollo de la ciudad, ahora son productos de consumo tur¨ªstico que se articulan en la estrategia de promoci¨®n de Medell¨ªn como destino.
Es as¨ª como las personas, sus biograf¨ªas de vida, sus procesos y las huellas del conflicto armado se convierten en un activo comercial de la ciudad. A trav¨¦s de manifestaciones de arte urbano y de recorridos por lugares de la memoria que son recreados por las historias de quienes fueron protagonistas o testigos de los hechos violentos que sacudieron la comuna durante d¨¦cadas de conflicto.
Hist¨®ricamente excluidas del desarrollo de la ciudad, [las comunas] ahora son productos de consumo tur¨ªstico que se articulan a la estrategia de promoci¨®n de Medell¨ªn como destino
Pablo Montoya, en su obra La sombra de Ori¨®n, plasma con literaria destreza las fracturas sociopol¨ªticas y territoriales que constituyen a la Comuna 13, utilizando la escombrera como met¨¢fora, pero tambi¨¦n destac¨¢ndola como un hecho que refleja un territorio hist¨®ricamente atravesado por la violencia, el desconocimiento de su existencia y la imposibilidad de contar sus muertos y desaparecidos; y que, en consecuencia, no ha conseguido cerrar sus heridas, reconstruir su memoria, ni configurar un nuevo destino.
Si entendemos que la ciudad no es la sucesi¨®n de sus calles, el skyline de sus edificios, las redes de autobuses que dinamizan el movimiento, ni las casas que resguardan a sus moradores; sino que est¨¢ hecha de las relaciones entre sus espacios y los acontecimientos del pasado que los definen, de esas redes de relatos e historias que le dan sentido y significado al entorno construido y a las biograf¨ªas de vida que en ¨¦l se gestan, la memoria tendr¨ªa que ser su activo m¨¢s preciado. De hecho, es la base desde donde se construye el porvenir. La memoria entendida como baluarte de la dimensi¨®n simb¨®lica de la ciudad que carga de sentido el espacio, impulsa los procesos de apropiaci¨®n del territorio y de construcci¨®n colectiva en torno a un pasado com¨²n.
Su popularizaci¨®n [de la comuna] como destino tur¨ªstico, sin una estrategia de desarrollo territorial y econ¨®mico integral que transforme la Comuna 13 desde sus cimientos, y sin un sistema de gesti¨®n tur¨ªstica que minimice sus impactos sobre el territorio, tiene sus riesgos
La Comuna 13 es un lugar donde el territorio habla, pero a su vez es silenciado; en el que a¨²n subsisten altos ¨ªndices de pobreza e iguales niveles de esperanza; en el que sus pobladores encontraron en el arte urbano un medio de expresi¨®n y construcci¨®n de memoria hist¨®rica, que ahora tambi¨¦n ha dado paso al arte como objeto de promoci¨®n tur¨ªstica y generador de ingresos econ¨®micos. Este territorio, diverso y complejo, se ha revestido de magnetismo tur¨ªstico, aunque sus fronteras invisibles y el control territorial por parte de grupos armados no hayan desaparecido por completo.
De hecho, los gu¨ªas de los tours tur¨ªsticos comentan ¡ªsin alzar mucho la voz¡ª que deben pagar vacunas, una forma de extorsi¨®n, para poder ejercer la actividad tur¨ªstica en la Comuna 13. Ello deja entrever una transformaci¨®n de las transacciones que surgen entre los pobladores y las bandas armadas, las cuales cambian la forma, pagar por la exposici¨®n del territorio como espacio de memoria hist¨®rica, pero no el fondo: la violencia y la extorsi¨®n como mecanismo de control territorial.
Entretanto, su popularizaci¨®n como destino tur¨ªstico, sin una estrategia de desarrollo territorial y econ¨®mico integral que transforme la Comuna 13 desde sus cimientos, y sin un sistema de gesti¨®n tur¨ªstica que minimice sus impactos sobre el territorio, tiene sus riesgos. No solo de banalizar su historia y terminar de corromper sus memorias construidas de fragmentos difusos e incompletos, sino de encubrir con la fachada del ¨¦xito tur¨ªstico la complejidad de los desaf¨ªos a los que a¨²n se enfrenta, llegando a agravar la exclusi¨®n social y econ¨®mica a la que se encuentran expuestos muchos de sus habitantes.
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