CiU, a cruzar el Rubic¨®n

Converg¨¨ncia i Uni¨® empieza a so?ar con atravesar el Rubic¨®n. Casi siempre infalible ¨Ccon permiso de los tripartitos- en las elecciones auton¨®micas y eterna segundona en las generales por detr¨¢s de los socialistas, la federaci¨®n nacionalista alimenta estos d¨ªas la ilusi¨®n de ganar por primera vez en su historia unos comicios municipales. Algo que fue imposible incluso en los tiempos de Jordi Pujol, recuerdan los mismos convergentes. En los ¨²ltimos 20 a?os, los nacionalistas se han estrellado contra el muro infranqueable de los socialistas, que lograron en 2007 el 32% de los votos (924.000 sufragios) frente al 25% de CiU (723.0000).

Pese a que su hegemon¨ªa en la Catalu?a profunda le permite tener m¨¢s ediles que su rival directo (actualmente, 3.387 concejales frente a 2.570), la realidad es que la mejor hoja de servicios de CiU en unas elecciones locales fue en 1995, cuando se situ¨® a dos puntos del PSC (32% frente? 30%). Su resultado en 2007 fue tan p¨ªrrico que la instituci¨®n m¨¢s importante que amarr¨® fue el Ayuntamiento de Sant Cugat (con 82.000 vecinos). Pero CiU cree le ha llegado la hora de dar el salto a las grandes ciudades. Embalados tras su victoria en las auton¨®micas, los nacionalistas conf¨ªan en vivir de esa inercia y regatear el impacto de los recortes sociales anunciados en sanidad y educaci¨®n. Queda una duda: el alcance en las urnas del impacto de esos recortes que han sacado a miles de manifestantes a la calle a protestar.

La coalici¨®n nacionalista es casi infalible en las auton¨®micas y eterna segundona en las generales

Conf¨ªa en llevar a? Trias a la alcald¨ªa de Barcelona y gobernar a ambos lados de la plaza Sant Jaume

Los convergentes han dise?ado una doble estrategia para explicar que no tienen m¨¢s remedio que aplicar el tijeretazo si quieren cumplir el d¨¦ficit: culpar, primero, al tripartito de izquierdas de la herencia ¡°ruinosa¡± que les han legado; y, por otro, acusar al Gobierno de Zapatero de ¡°desleal¡± y de actuar como un ¡°moroso¡± por exigir cuadrar las cuentas y centrifugar su d¨¦ficit sin pagar los 1.350 millones del fondo de competitividad.

El Ayuntamiento de Barcelona es, sin duda, su m¨¢xima meta. El Consistorio se le ha resistido 32 a?os y los nacionalistas acarician por primera vez gobernar, de la mano del candidato Xavier Trias, a los dos lados de Sant Jaume, la plaza de Barcelona que acoge las sedes del Ayuntamiento y la Generalitat. Para desespero del alcalde Jordi Hereu, el PSC de un ausente Jos¨¦ Montilla ha extendido estos d¨ªas a los convergentes una alfombra roja: se neg¨® a desmarcarse del PSOE en el Congreso y vot¨® en mitad de la campa?a contra una moci¨®n de CiU a favor de que el Gobierno central pague el fondo. Y eso que desde Barcelona no hace m¨¢s que clamar por ¨¦l.

Con escasas opciones de conquistar las alcald¨ªas de Lleida o Tarragona ¨Ca no ser que se derrumbe ERC y el PP suba-, y con el anhelo puesto en Girona, los nacionalistas ans¨ªan gobernar por primera vez la Diputaci¨®n de Barcelona y que a los tripartitos no les alcance para desplazarles como en 2007 de las de Lleida y Girona.