Calladas y sentadas para hacer bonito
Benedicto XVI se re¨²ne en El Escorial con 1.664 monjas y 1.000 profesores j¨®venes El entusiasmo de las religiosas desbord¨® a los organizadores
Cuando el Papa lleg¨® al municipio de El Escorial ¡ªprevios cortes a su paso de las carreteras A-6, M-30 y M-40¡ª, las 1.664 monjas j¨®venes que lo esperaban en el Patio de los Reyes del monasterio gritaron enloquecidas desde sus sillas blancas. Corriendo, se levantaron e hicieron un pasillo a lo largo de la alfombra roja, hasta que una mujer cort¨® su emoci¨®n: ¡°Esto se ve en todo el mundo por televisi¨®n, as¨ª que cuando entre el Papa, todas ten¨¦is que estar sentadas y calladas para que se vea bonito¡±. Se oy¨® hasta alg¨²n abucheo entre las chicas, pero todas acabaron, muy obedientes, ocupando su sitio bajo el sol del mediod¨ªa.
La orden se olvid¨® r¨¢pido, nada m¨¢s ver al Pont¨ªfice. Las que estaban lejos se acercaron y los c¨¢nticos no cesaron hasta que el arzobispo de Madrid, Antonio Mar¨ªa Rouco Varela, empez¨® hasta tres veces su discurso, cada vez con una voz m¨¢s fuerte que la anterior. Fue su forma de advertirles de que se callaran.
Desde el interior de la Bas¨ªlica, mucho m¨¢s frescos, m¨¢s de mil profesores universitarios segu¨ªan por televisi¨®n el periplo del Papa, a la espera de que les llegara su turno con ¨¦l. La voz de las religiosas se colaba hasta el altar. ¡°Se nota, se siente, Cristo est¨¢ presente¡±, animaban con sus h¨¢bitos vaqueros las chicas de la congregaci¨®n Iesu Communio, creada en 2010.
Las religiosas eran de 294 congregaciones y entre ellas hab¨ªa 400 de clausura, como Isabel. ¡°Somos carmelitas descalzas, de aqu¨ª, de El Escorial...¡±, empez¨® a contar sonriente con su cara de ni?a, hasta que una superiora le cort¨® de pronto: ¡°Isabel, calla y avanza¡±. La edad l¨ªmite para las religiosas invitadas eran los 35 a?os, aunque algunas ¡°madres¡± hac¨ªan subir la media. Entre los profesores, para llenar la Bas¨ªlica tuvo que aumentarse la horquilla hasta los 40 a?os. No deb¨ªa ser f¨¢cil encontrar a m¨¢s de mil profesores titulares universitarios j¨®venes, y con ganas de ver al Papa.
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