Los ricos y los impuestos
En el a?o 2008 se elimin¨® el impuesto sobre el patrimonio (realmente se congel¨®, porque existe pero se bonifica al 100%). El ¨²ltimo a?o recaud¨® algo m¨¢s de 2.000 millones de euros (0,2% del PIB) y el 80% fue pagado por el 20% de contribuyentes cuya riqueza (neta del valor de su vivienda, deudas y otros elementos) superaba los 750.000 euros. Contrariamente a lo que se dice, esto no era, precisamente, la clase media. Ciertamente el impuesto ten¨ªa muchos problemas. El m¨¢s importante, que exim¨ªa de tributaci¨®n la mayor parte de la riqueza productiva (valor de empresas propiedad de familias o de empresarios individuales). Esto implicaba que muchos ricos no pagaban nada porque, adem¨¢s, utilizaban empresas para hacer parecer que su riqueza personal era productiva. A esto se a?ad¨ªan problemas de valoraci¨®n (especialmente importantes en el caso de los inmuebles) y una falta de control que favorec¨ªa el fraude.
Para recuperar el impuesto sobre el patrimonio es necesario resolver estos problemas. El m¨¢s importante gravar la riqueza productiva. Pero hacerlo no es una cuesti¨®n simple porque al final se puede acabar gravando a personas que son propietarios de unos activos que por una crisis econ¨®mica o una mala racha est¨¢n produciendo p¨¦rdidas. Es decir, a la p¨¦rdida econ¨®mica se a?adir¨¢ el impuesto. Este problema, sin embargo, se puede limitar ligando, como de hecho se hac¨ªa en el pasado siempre, lo debido en patrimonio con la renta del contribuyente.
En todo caso, para que los ricos paguen impuestos la clave es la renta, su renta, y no su patrimonio. Recuperar el impuesto es una soluci¨®n temporal razonable, pero no es la soluci¨®n de largo plazo. Por ejemplo, en el a?o 2007 (donde no se gravaba casi nada de la riqueza productiva) quienes ten¨ªan una riqueza neta de m¨¢s de un mill¨®n de euros aportaban apenas 1.600 millones de euros (0,15% del PIB). Dado el desplome del valor de muchos activos ahora se recaudar¨ªa menos de los m¨¢s ricos (aunque habr¨ªa que a?adir lo que se obtenga con mejoras de valoraci¨®n y gravando la riqueza productiva). Cabe se?alar que tampoco tiene mucho sentido decir que el impuesto permitir¨¢ controlar mucho mejor el fraude porque habr¨ªa que ser muy torpe para declarar mucho patrimonio y poca renta. De hecho, el impuesto ha existido en Espa?a durante casi 30 a?os sin que haya tenido muchos efectos sobre el fraude.
Como la renta es la variable definitoria, la clave para que los ricos paguen los impuestos que les corresponden (seg¨²n la visi¨®n de equidad dominante en la sociedad) y contribuyan su parte justa a la financiaci¨®n del Estado es que tributen por toda su renta. Para que esto ocurra es necesaria una reforma fiscal amplia, que cierre v¨ªas de evasi¨®n y elusi¨®n evitando, entre otras cosas, que los ricos utilicen sus empresas para eludir o evadir el IRPF. Para esto es necesaria una voluntad pol¨ªtica real, que aumente la probabilidad de detecci¨®n y eleve las sanciones (econ¨®micas y sociales) para que de una vez deje de ser rentable defraudar. Este es un camino de medio plazo, pero cuanto antes se empiece a recorrer, antes se llegar¨¢ al destino.
Ciertamente los ricos y sus lobbies argumentar¨¢n que hacer pagar a los ricos causa una p¨¦rdida de riqueza e induce deslocalizaciones de personas y actividades productivas. Dejando al margen casos extremos sin relevancia real ninguna (como cuando los tipos marginales son casi uno), la realidad es que ese argumento es esencialmente falso y solo es un intento de sembrar inquietud para no pagar impuestos.
Ignacio Zubiri es catedr¨¢tico de Hacienda P¨²blica de la Universidad del Pa¨ªs Vasco.
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