Trincheras que hablan
El CSIC recrea la Guerra Civil en una excavaci¨®n en Guadalajara
"Era 1951. Mi madre y mi t¨ªa estaban cuidando las ovejas, encendieron una hoguera para calentarse y una bomba de la guerra que no vieron explot¨®. Mi t¨ªa, que ten¨ªa 18 a?os, muri¨®, y mi madre, de 12, perdi¨® un ojo", contaba ayer Marisol, de Ab¨¢nades (Guadalajara) al arque¨®logo Alfredo Gonz¨¢lez Ruibal frente al puesto republicano, un corral de ovejas abandonado, donde el CSIC lleva seis d¨ªas excavando. All¨ª recrearon ayer, junto a un grupo de la Asociaci¨®n Frente de Madrid, la vida en una trinchera republicana.
En el museo del pueblo, arque¨®logos y vecinos han puesto en com¨²n los objetos ¡ªbalas, casquillos, cascos, fragmentos de granadas de mano... ¡ª de aquella etapa: unos, recuperados en la tierra, otros, rescatados del desv¨¢n. Los peligrosos, como la bomba que mat¨® a la t¨ªa de Marisol fueron arrojados hace a?os a un pozo.
Los mejores tesoros han aparecido en la basura. En las cuatro zanjas que los republicanos cavaron a modo de vertedero frente al puesto de mando. "Ah¨ª encontramos los objetos que hablan del modo de vida", cuenta Gonz¨¢lez. Por ejemplo, en esta trinchera hab¨ªa muchas botellas de alcohol. "Los soldados ten¨ªan derecho a una raci¨®n diaria de co?ac, pero antes de salir al frente les daban otra extra, para envalentonarlos".
Las? trincheras del bando franquista est¨¢n muy bien hechas, con hormig¨®n. Las republicanas son de mamposter¨ªa, hechas como si fuera un corral" ALFREDO GONZ?LEZ, Arque¨®logo
Gracias a la basura saben que el centenar de hombres del 249 batall¨®n de la 138 brigada mixta que lleg¨® de Catalu?a a este corral de ovejas en enero de 1938 estaba "bien alimentado". "Hemos encontrado incluso una delicatessen: una lata de anchoas", explica el arque¨®logo. Tambi¨¦n los huesos de una vaca descuartizada que los ancianos del pueblo han identificado como "la vaca fugitiva". "Pertenec¨ªa al bando nacional, pero el d¨ªa que iban a matarla y com¨¦rsela, se les escap¨®. La persiguieron hasta que se adentr¨® en zona roja. Entonces, le dispararon para que no llegara viva al enemigo. Los republicanos celebraron a gritos aquellos filetes para fastidiar a los otros".
El a?o pasado, el CSIC excav¨® las trincheras de los otros. "La diferencia es abismal. Las del bando franquista est¨¢n muy bien hechas, con hormig¨®n. Las republicanas son de mamposter¨ªa, hechas como si fuera un corral. En las trincheras rojas aparece mucho calzado y ropa civil. En las nacionales iban de uniforme y botas militares. Los franquistas llevaban munici¨®n alemana y para el m¨¢user espa?ol. Los republicanos ten¨ªan balas rusas, austriacas, francesas y muchas veces no cuadraban con el armamento", explica Gonz¨¢lez. Cipriano Mera, el teniente coronel que dirig¨ªa la brigada, era alba?il. Y entre sus hombres hab¨ªa un famoso compositor de sardanas: Joaqu¨ªn Homs.
En la trinchera, ensimismados en su papel, Gonzalo del Fresno, Jonatan Vilanova, Miguel Ortego y Rodrigo G¨®mez recrean la guerra. Les ha costado mucho encontrar los uniformes republicanos ¡ª "la gente se deshizo de ellos porque les compromet¨ªa"¡ª , aunque otras veces est¨¢n en el otro bando: "La ¨²ltima vez, fui falangista", cuenta Gonzalo. En junio escenificaron con 80 compa?eros la batalla de Taju?a. Dispararon tiros ficticios con armas aut¨¦nticas de la ¨¦poca. Y al final se dieron un abrazo que nunca ocurri¨®.
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