Preservar el consenso
PSOE y PP deben resguardar de la bronca electoral su acuerdo b¨¢sico sobre el fin de ETA
Dirigentes de la izquierda abertzale llevan un tiempo diciendo, en privado y en p¨²blico, que la decisi¨®n de retirada definitiva de ETA ya est¨¢ tomada. El escepticismo ante esa afirmaci¨®n deriva de que en otras ocasiones dijeron m¨¢s o menos lo mismo (en 1998, en 2006) y no hubo nada. Pero es cierto que ahora hay un factor nuevo que, aunque no garantiza la autodisoluci¨®n, s¨ª hace improbable la vuelta a los atentados: que perjudicar¨ªa decisivamente las expectativas (no solo electorales) del soberanismo en trance de unificaci¨®n. Tienen mucho que perder y por eso es poco veros¨ªmil la marcha atr¨¢s. Habr¨ªa ruptura.
Pero tambi¨¦n es improbable que los jefes de ETA acepten disolverse si no tienen nada que ofrecer a sus 700 presos, de cuya suerte no podr¨ªan dejar de sentirse responsables. Seguramente en eso pensaba el lehendakari L¨®pez al plantear su dec¨¢logo para el periodo hist¨®rico del fin de ETA en el que considera que ya estamos. Unas bases que sirvan de armaz¨®n para un consenso entre los principales partidos vascos y que no reh¨²yan el tema de los presos.
Las reacciones han sido exageradas, especialmente entre las asociaciones de v¨ªctimas, que est¨¢n viviendo con gran frustraci¨®n los ¨²ltimos acontecimientos. Pero tambi¨¦n lo han sido las del PP. Es cierto que la pol¨ªtica penitenciaria es responsabilidad del Gobierno central y que hubiera sido conveniente que las medidas sugeridas por L¨®pez hubieran sido consultadas al partido que seguramente tendr¨ªa que aplicarlas, y no irrumpir de esta forma en la campa?a electoral. Pero el lehendakari tambi¨¦n ten¨ªa que contar con el PNV, que ha renunciado a la idea de negociaci¨®n pol¨ªtica, pero defiende el acercamiento de los presos y medidas de reinserci¨®n; y tambi¨¦n la derogaci¨®n de la doctrina Parot, lo que permitir¨ªa salir a bastantes presos.
Algo que ser¨ªa dif¨ªcilmente aceptable por la opini¨®n p¨²blica, muy identificada en esto con las v¨ªctimas, mientras ETA est¨¦ presente. Pero que encontrar¨ªa mucha menor resistencia tras la disoluci¨®n de la banda. As¨ª lo admiti¨® en octubre Dolores de Cospedal al decir que un Gobierno democr¨¢tico podr¨ªa ¡°hablar de otras cosas cuando ETA haya desaparecido¡±, y tambi¨¦n el n¨²mero dos del PP vasco, I?aki Oyarzabal, al hablar de ¡°generosidad¡± cuando tal cosa ocurra. De momento, lo importante es que la coyuntura electoral no ciegue a los partidos: que no magnifiquen divergencias t¨¢cticas y preserven su acuerdo b¨¢sico sobre un fin de ETA sin contrapartidas pol¨ªticas.
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