Medio centenar de detenidos en la llegada de los indignados a Bruselas
Una semana de asambleas y talleres culminar¨¢ el pr¨®ximo s¨¢bado con una manifestaci¨®n ¡°por un cambio global¡±
Medio centenar de indignados -espa?oles en buena parte, pero tambi¨¦n de otras nacionalidades, como italianos, belgas y franceses- fueron detenidos anoche por la polic¨ªa belga en Bruselas por negarse a atender la orden de desalojar el parque en el que pensaban acampar en esta su primera jornada en la capital de Europa, donde para el pr¨®ximo s¨¢bado tienen previsto celebrar una manifestaci¨®n contra el actual estado de cosas en el mundo y "por un cambio global". Una hora antes, los agentes hab¨ªan desmantelado el campamento de tiendas que quer¨ªan convertir en su cuartel general. Los indignados tendr¨¢n durante esta semana su centro de operaciones en un edificio universitario abandonado, pero dotado de servicios b¨¢sicos (agua, luz y calefacci¨®n).
Las detenciones emborronaron una jornada iniciada con las mejores expectativas, al ser la que culminaba la marcha iniciada en julio en Madrid y Barcelona para llevar hasta la capital de Europa la indignaci¨®n de la sociedad contra determinadas pol¨ªticas, quienes las inspiran y quienes las ponen en pr¨¢ctica. Los espa?oles llegaron a la zona prevista de acampada, en el parque Elisabeth, aleda?o a la bas¨ªlica de Koekelberg, pasadas las siete de la tarde. Recibidos con entusiasmo por quienes les esperaban, en su mayor¨ªa belgas, enseguida formaron todos un grupo de unas 400 personas que al instante recibi¨® notificaci¨®n policial de que all¨ª no pod¨ªan acampar, como pretend¨ªan.
Ya en d¨ªas anteriores, el alcalde de la comuna de Koekelberg hab¨ªa anunciado que no se permitir¨ªa una acampada salvaje en un parque que es zona protegida y carece de las infraestructuras necesarias. Ayer se supo que el edil hab¨ªa pactado con las autoridades universitarias la cesi¨®n durante una semana a los indignados de un edificio universitario vecino cerrado y puesto a la venta.
A los reci¨¦n llegados se les plante¨® el dilema de aceptar la oferta de los poderes p¨²blicos y quedarse en las viejas dependencias universitarias o reconfirmar la idea inicial de acampar al raso. Una asamblea improvisada a la luz de la luna sobre un c¨¦sped convertido en un barrizal necesit¨® dos horas para llegar a una conclusi¨®n. Incapaces de decidir, los reunidos optaron por dejar libertad de elecci¨®n y lo llamaron consenso: ¡°No estamos divididos. S¨®lo hay dos campamentos¡±, el del edificio y el del parque. Reci¨¦n llegados a la capital de la Uni¨®n Europea y a los indignados ya les hab¨ªa abducido el modo de operar de las instituciones comunitarias.
La polic¨ªa no acept¨® tal consenso. Con un extraordinario alarde de paciencia, el comisario De Becker les record¨® que no pod¨ªan acampar en ese espacio p¨²blico, que deb¨ªan levantar las tiendas que algunos ya hab¨ªan colocado antes de la llegada de la columna espa?ola y que para las diez de la noche todo el mundo deb¨ªa estar en los locales ofrecidos porque tal es la hora l¨ªmite para andar en grupo haciendo ruido por los parques bruselenses.
Poco antes de esa hora llegaron 150 polic¨ªas antidisturbios, que todav¨ªa dejaron transcurrir del orden de media hora antes de empezar a levantar las primeras tiendas de campa?a. A las 23.15, tras innumerables idas y venidas de miembros del grupo de indignados hacia De Becker, y ya reducido el grupo a los m¨¢s recalcitrantes, la polic¨ªa comenz¨® a realizar lo que contabiliz¨® como 48 detenciones. En el traslado a los autobuses policiales los gritos y protestas que m¨¢s se o¨ªan eran en espa?ol, aunque tambi¨¦n eran perceptibles las voces en franc¨¦s.
¡°Es una detenci¨®n administrativa. 12 horas. Sin multa. Por no acatar una orden policial¡±, explic¨® el comisario.
Un mujer del grupo de los indignados, que medi¨® en lo que pudo ante la polic¨ªa, lamentaba c¨®mo hab¨ªa concluido la noche, aunque esperaba que los incidentes no fueran a impedir la semana de asambleas, talleres y debates previstos a partir de este domingo con participaci¨®n de indignados que deben llegar de otros pa¨ªses europeos. El objetivo final es celebrar el pr¨®ximo s¨¢bado una marcha de movilizaci¨®n general en Bruselas bajo la consigna ¡°Unidos por un cambio global¡±.
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