La fiscal¨ªa pide permiso a Torres-Dulce para querellarse contra la juez Cill¨¢n
Entiende que pudo prevaricar al ordenar el precinto de la discoteca Moma
La Fiscal¨ªa de Madrid entiende que la juez Coro Cill¨¢n pudo cometer un delito al ordenar el precinto de la discoteca Moma de Madrid y ha pedido autorizaci¨®n al fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, para interponer una querella por prevaricaci¨®n (dictar resoluciones injustas a sabiendas).
La Fiscal¨ªa madrile?a tiene redactado el borrador de querella y se lo ha hecho llegar al fiscal general, que a¨²n no se ha pronunciado sobre si debe o no interponerse esa querella. La fiscal¨ªa ha analizado las tres faltas graves que descubri¨® la Inspecci¨®n del Consejo del Poder Judicial en la actuaci¨®n de Cill¨¢n durante las diligencias que abri¨® sobre el conflicto desatado entre socios de la discoteca Moma, en el que, supuestamente, habr¨ªa favorecido a un amigo ¨ªntimo tras haberse quedado el caso sin ser supuestamente la juez competente.
El borrador de querella ha sido elaborado por el teniente fiscal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Carlos Ruiz de Alegr¨ªa.
La fiscal declara que la juez le dijo: ¡°Por mis santos cojones se precinta Moma¡±
Los hechos investigados se refieren a la actuaci¨®n de Cill¨¢n cuando estaba de guardia al frente de su juzgado, el de Instrucci¨®n 43 de Madrid, y recibi¨® una denuncia de un grupo de socios de la discoteca Moma, en la que se ped¨ªa el precinto del local ante el riesgo de que los otros socios ocultasen las cuentas. La juez, en contra el criterio de la fiscal¨ªa, accedi¨® a precintar el local y, en lugar de enviar luego la denuncia al decanato para su reparto, sigui¨® tramit¨¢ndola, a pesar de que otro juzgado de Madrid ya entend¨ªa de ese asunto.
Adem¨¢s, la juez cambi¨® a los administradores y, entre otros, acab¨® nombrando supuestamente para ese cometido a un amigo suyo, para quien fij¨® una elevada minuta. La fiscal¨ªa ve la prevaricaci¨®n en el hecho de que la juez se quedara la causa y no la enviara al juzgado que ya hab¨ªa intervenido en el conflicto y en el supuesto trato de favor dado a una parte de los socios de Moma en detrimento de los otros.
Los socios que se sintieron perjudicados por el precinto denunciaron a la juez ante el Consejo General del Poder Judicial, que decidi¨® incoar un expediente por tres faltas graves. En vista de ellas, el Consejo decidi¨® enviar sus pesquisas a la Fiscal¨ªa de Madrid por si los hechos eran constitutivos de delito y, por otro lado, nombr¨® a un juez de la Sala de lo Social del Tribunal Superior, Mariano de Oro Pulido, para que interrogase a la juez y dem¨¢s implicados e informase si el proceder de Cill¨¢n era merecedor de sanci¨®n en la v¨ªa disciplinaria administrativa.
Cill¨¢n se qued¨® la causa pese a que otro juzgado hab¨ªa intervenido antes
El citado juez del Tribunal Superior ha tomado declaraci¨®n a la magistrada, que mantiene que actu¨® en conciencia, y a los funcionarios de su juzgado que estaban de guardia el d¨ªa en que decidi¨® quedarse el caso pese a que uno de los funcionarios, seg¨²n consta en las diligencias de la Inspecci¨®n del Consejo, le sugiri¨®, sin ¨¦xito, enviar el asunto a reparto. Ella le dijo que no lo hiciese. Las normas de reparto de los juzgados de Madrid obligan a enviar al decanato para su reparto las causas que entren en la guardia, aun cuando en ellas se pidan medidas cautelares, como sucedi¨® en el caso de la discoteca Moma.
La fiscal del juzgado, Soledad Garc¨ªa, que estaba de guardia con Cill¨¢n el d¨ªa del precinto, afirma que la noche en que se pidi¨® la cinta adhesiva para acordonar el Moma, la juez fue a su despacho y le pidi¨® opini¨®n sobre si deb¨ªa precintar el local. La respuesta de la fiscal a Cill¨¢n, asegura Garc¨ªa, fue que no, porque antes era necesario comprobar la veracidad de la denuncia. ¡°Por mis santos cojones se precinta Moma¡±, asegur¨® la fiscal al Consejo General del Poder Judicial que le coment¨® la juez Coro Cill¨¢n. Seg¨²n el informe de los inspectores, la juez, adem¨¢s, fue vista cenando con personas relacionadas con la discoteca Moma tras precintarla.
Si Torres-Dulce diera luz verde a la querella por prevaricaci¨®n, el expediente disciplinario que tramita ahora el Consejo quedar¨ªa en suspenso hasta que concluyera la v¨ªa penal.
El archivo de un bulo
Coro Cill¨¢n es la magistrada que, a instancias de la Asociaci¨®n de Ayuda a las V¨ªctimas del 11-M y con la excusa de una querella presentada contra el exjefe de la Polic¨ªa Cient¨ªfica Jes¨²s S¨¢nchez Manzano por una supuesta destrucci¨®n de pruebas, reabri¨® en 2009 el caso de los atentados de los trenes de Atocha, un asunto que ya sentenci¨® el Tribunal Supremo en 2008 y que ella ha instruido durante casi dos a?os.
Las diligencias ordenadas por Cill¨¢n para averiguar si el jefe policial de los Tedax Jes¨²s S¨¢nchez Manzano ocult¨® y false¨® pruebas de los explosivos de los trenes que costaron la vida a 191 personas, acab¨® convirti¨¦ndose en una causa general donde investigar todos los bulos que los te¨®ricos de la conspiraci¨®n difundieron en su d¨ªa y que fueron tumbados tanto por la Audiencia Nacional como por el Tribunal Supremo.
La juez Cill¨¢n lleg¨® a citar a los directivos de Renfe cuando se produjeron los atentados para preguntarles el destino que dieron a los trenes donde explotaron las bombas; y tambi¨¦n a un polic¨ªa sancionado, que le cont¨® la teor¨ªa de la implicaci¨®n de servicios de espionaje extranjeros y del PSOE en los atentados del 11-M.
Cill¨¢n tuvo abierto el caso, ordenando diligencias que poco o nada ten¨ªan que ver con el querellado, hasta que la Audiencia Provincial de Madrid dictamin¨® por unanimidad de los magistrados a comienzos de a?o que lo que la juez investigaba (la supuesta desaparici¨®n de muestras de explosivos de los atentados) era cosa juzgada porque ya hab¨ªan sido analizados los mismos hechos por otro juzgado de Madrid. El archivo ha sido recurrido. La Audiencia ni siquiera entraba en el fondo de una investigaci¨®n que exced¨ªa la querella interpuesta y que ordenaba diligencias para analizar distintos bulos en relaci¨®n con el 11-M, sobre los que ya exist¨ªan pronunciamientos claros de otros tribunales de Justicia, entre ellos el propio Tribunal Supremo.
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