D¨ªaz Ferr¨¢n, Losada y Cabo, en prisi¨®n tras no pagar fianzas hist¨®ricas
El expresidente de la patronal y el exdirector de Marsans deber¨¢n entregar 30 millones cada uno Adem¨¢s, el supuesto liquidador de las empresas se enfrenta al pago de 50 millones
Los tejemanejes del fondo buitre de ?ngel de Cabo y su connivencia con el expresidente de la patronal CEOE, Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n, para vaciar el Grupo Marsans en pleno concurso de acreedores y salvar el patrimonio del exl¨ªder de la patronal y de su socio, Gonzalo Pascual (fallecido en julio), han originado las mayores fianzas de la historia judicial espa?ola. En total, el juez Eloy Velasco decret¨® este mi¨¦rcoles cauciones para eludir la c¨¢rcel a los imputados por m¨¢s de 110 millones de euros. 30 de ellos corresponden a D¨ªaz Ferr¨¢n y 50 a De Cabo, su presunto compinche en la descapitalizaci¨®n de la agencia de viajes. El magistrado impuso tambi¨¦n otra fianza de 30 millones para Iv¨¢n Losada, el hombre de confianza de Cabo, al que este coloc¨® de director general de Marsans tras hacerse con la compa?¨ªa en una operaci¨®n supuestamente ficticia. Todos fueron llevados a la c¨¢rcel de Soto del Real (Madrid), al no hacer frente al pago. El ¨²ltimo en llegar fue D¨ªaz Ferr¨¢n, quien fue trasladado hasta el penal desde los juzgados de la plaza de Castilla a las 23.30, en un furg¨®n de la Guardia Civil. El expresidente de la CEOE declar¨® esta tarde por el caso Air Comet y solicit¨® ser visto por un m¨¦dico al encontrarse indispuesto.
El juez sostiene que D¨ªaz Ferr¨¢n y Pascual dise?aron ¡°una estrategia para alzarse con sus bienes aparentando insolvencia patrimonial¡±. Es decir, urdieron la venta de gran parte de su patrimonio, con trampas procesales, para que salieran a subasta judicial la menor cantidad de bienes, en detrimento de sus acreedores. Para ello, seg¨²n Velasco, se puso en contacto con el liquidador De Cabo ¡ªcuyo grupo est¨¢ especializado en sacar dinero de empresas en quiebra¡ª a quien, supuestamente, le vendi¨® el Grupo Marsans, ¡°creando una apariencia de insolvencia¡±.
Velasco tiene indicios, adem¨¢s, de que el expresidente de la CEOE no solo trat¨® de enga?ar a sus trabajadores y acreedores, sino tambi¨¦n a su propio socio fallecido: ¡°Cada propietario de Marsans¡±, es decir, D¨ªaz Ferr¨¢n y Pascual, ¡°deb¨ªa recibir 100.000 euros mensuales, hasta alcanzar la suma de ocho millones de euros, respectivamente¡±, explica el magistrado. D¨ªaz Ferr¨¢n s¨ª recibi¨® cada mes el dinero pactado con De Cabo, a cuyas oficinas de Valencia (Aszendia Abogados 21) se desplazaba para cobrar. El juez destaca que Pascual, su socio de toda la vida, no lleg¨® sin embargo a percibir un solo euro.
Sin afeitar, con el rostro desmejorado tras dos d¨ªas de detenci¨®n, el exl¨ªder de los empresarios espa?oles neg¨® la mayor durante su comparecencia. La versi¨®n que mantuvo fue que sus tratos con De Cabo se limitaron al traspaso de su grupo tur¨ªstico y que no tiene ninguna responsabilidad de lo ocurrido despu¨¦s. Que esa venta, que los investigadores consideran fraudulenta, solo ten¨ªa el objetivo de salvar las empresas del grupo, sumidas en una grave crisis despu¨¦s de que la IATA (Asociaci¨®n Internacional de Transporte A¨¦reo) le prohibiera seguir comercializando billetes y que la justicia brit¨¢nica bloqueara los aviones de Air Comet.
En contra de lo que mantiene el juez en su auto de prisi¨®n, el empresario D¨ªaz Ferr¨¢n neg¨® que hubiera cobrado de Cabo tras la venta de Marsans o que tuviera dinero en Suiza. Tambi¨¦n rechaz¨® su participaci¨®n en el desv¨ªo de los 33,8 millones de d¨®lares que Airbus traspas¨® a la filial irlandesa de Marsans, Astra Worldwide International Leasing. Parte de ese dinero, 4,9 millones de euros, acab¨® supuestamente en las cuentas de una de las empresas del entramado de Cabo, Esser International 21, que a su vez lo traspas¨® a una cuenta de este ¨²ltimo en Suiza. Esa cantidad fue bloqueada por el juez Pablo Ruz el pasado julio.
El fiscal Daniel Campos tambi¨¦n le pregunt¨® por su lujoso coche Rolls Royce valorado en medio mill¨®n de euros y que, seg¨²n la querella de los proveedores ¡ªPullmantur, AC Hoteles, Meli¨¢, Iberojet y Orizonia, entre otros¡ª que dio lugar a la investigaci¨®n, trat¨® de salvar de la quiebra poni¨¦ndolo a nombre de otra de las empresas de Cabo, Munari Negocios. D¨ªaz Ferr¨¢n neg¨® ante el juez que fuera suyo y asegur¨® que antes de su traspaso, lo utilizaba para alquilarlo ¡°en bodas y pel¨ªculas¡±.
Algo similar mantuvo sobre su yate de 27 metros, Leuqar, bloqueado por el juez Velasco el pasado junio en el puerto de Barcelona para impedir su exportaci¨®n por una empresa de Cabo al para¨ªso fiscal de Islas V¨ªrgenes brit¨¢nicas. El fiscal Daniel Campos le pregunt¨® si hab¨ªa seguido usando el barco, algo que los investigadores consideran ¡°p¨²blico y notorio¡±, pero el exl¨ªder del empresariado lo neg¨®.
Todas estas operaciones, seg¨²n la visi¨®n de D¨ªaz Ferr¨¢n, fueron culpa de Cabo y sus empleados. Tambi¨¦n la venta de sus propiedades inmobiliarias en Mallorca a compradores rusos o la de sus dos apartamentos ¡ª¨¦l mantuvo que solo ten¨ªa uno¡ª en el lujoso Hotel Plaza de Nueva York. El kilo de oro que los agentes descubrieron el lunes en su domicilio madrile?o era un regalo de sus padres, seg¨²n dijo ante el juez.
Aparte de las fianzas millonarias impuestas a Cabo ¡ªque se neg¨® a declarar¡ª, D¨ªaz Ferr¨¢n y Losada, el juez decret¨® otras tres de 500.000 euros para tres de los testaferros del m¨¢ximo responsable del fondo buitre presidido por el valenciano: Carmelo Jos¨¦ Estell¨¦s, Antonio Garc¨ªa Escribano y Jos¨¦ Enrique Pardo Manrique. Estell¨¦s habr¨ªa participado como intermediario en el cobro de la deuda de 33,8 millones de d¨®lares de Airbus a favor de Astra, la filial irlandesa de Marsans, mientras que Pardo era titular de muchas de las sociedades de Cabo, entre ellas Aszienda Abogados 21, por la que se canalizaron hacia el entramado esa cantidad.
Para Susana Mora, la secretaria personal de Cabo, en cuyo domicilio fue hallado un mill¨®n de euros, y que, con el tiempo, se hab¨ªa convertido en una persona ¡°de la m¨¢xima confianza de Cabo¡± y junto a Losada, ¡°una de las pocas con capacidad de decisi¨®n en la organizaci¨®n¡±, la fianza fue mucho menor. La colaboradora de la trama sali¨® libre tras hacer efectiva en el juzgado la cantidad de 3.000 euros gracias a que cooper¨® con la justicia durante su declaraci¨®n.
Tambi¨¦n qued¨® libre Rafael Tormo, con la obligaci¨®n de comparecer en el juzgado cada 15 d¨ªas y la prohibici¨®n de salir de Espa?a. El juez lo considera responsable de la creaci¨®n de la estructura societaria de la organizaci¨®n en el extranjero, as¨ª como de la confecci¨®n de contratos simulados y documentos predatados con los que la trama, supuestamente, desvalijaba empresas en ruina.
El ¨²nico precedente anterior de unas fianzas tan elevadas es la que se le impuso en junio de 1999 al empresario Javier de la Rosa por las cuentas en para¨ªsos fiscales en el denominado caso Kio, hasta entonces considerada la m¨¢s alta de la historia judicial espa?ola. Eran 5.000 millones de pesetas (30 millones de euros), aunque m¨¢s tarde fue rebajada a 500 millones de pesetas (tres millones de euros). Ahora, la fianza a D¨ªaz Ferr¨¢n se equipara con esta cantidad. M¨¢s reciente, y tambi¨¦n considerada una fianza alta, fue la cantidad que se le impuso al cabecilla de la red G¨¹rtel, Francisco Correa, de 15 millones de euros.
La Operaci¨®n Crucero arranc¨® tras la denuncia de los empresarios de AC Hoteles, Barcel¨®, Iberojet y otros, que aseguran que los expropietarios del Grupo Marsans realizaron una pr¨¢ctica ilegal por la que D¨ªaz Ferr¨¢n hab¨ªa intentado ocultar parte de sus bienes para no pagar las deudas millonarias contra¨ªdas con decenas de proveedores. La investigaci¨®n del juzgado n¨²mero 6 de la Audiencia Nacional ha confirmado la mayor¨ªa de los extremos denunciados por las empresas a las que D¨ªaz Ferr¨¢n deb¨ªa m¨¢s de 400 millones de euros. ¡°Se confirm¨® lo que dec¨ªan y hemos ido a¨²n m¨¢s lejos¡±, explica uno de los responsables de esta investigaci¨®n judicial apoyada por el fiscal Daniel Campos y la polic¨ªa.
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