¡°En teor¨ªa todos somos iguales ante la ley; en la pr¨¢ctica no¡±
El funcionamiento de los tribunales empobrece el derecho a la tutela judicial efectiva
Despu¨¦s de toda una vida entre togas ¡ªprimero abogada laboralista y luego juez¡ª, Manuela Carmena (Madrid, 1944) se jubil¨® en 2010, mont¨® un blog e invent¨® un juego de mesa sobre el funcionamiento de la Justicia; en ¨¦l, el concursante-ciudadano va enfrent¨¢ndose, casilla a casilla, a todos los obst¨¢culos que encuentra en la vida real quien osa meterse en pleitos... desde hace d¨¦cadas. ¡°Hay muchas similitudes entre un pleito de hoy y uno del siglo XVIII. Demasiadas, insoportables¡±, afirma la juez.
Pregunta. ?Por qu¨¦ es eso? ?Es cierta la sensaci¨®n de que la justicia es el ¨²nico servicio p¨²blico que no se ha modernizado?
Respuesta. En cierto sentido s¨ª.Hay una gran diferencia entre la justicia hist¨®rica y la actual: la Administraci¨®n de Justicia se limpi¨® de corrupci¨®n en la Transici¨®n. Tenemos una justicia limpia.
Reforma de la justicia
La Administraci¨®n de Justicia es el ¨²nico poder del Estado que no se democratiz¨® en la Transici¨®n. Como prestadores de un servicio p¨²blico, los jueces deben contar con una mejor y m¨¢s eficiente organizaci¨®n y con mayores recursos y medios. Debe potenciarse la coordinaci¨®n de la justicia, en la que ahora intervienen funcionarios pertenecientes hasta a cinco cuerpos distintos que a su vez dependen, seg¨²n los casos, de la Administraci¨®n central o de la aut¨®noma. La igualdad de los ciudadanos ante la ley, el derecho a la tutela judicial efectiva y el derecho a un juicio justo est¨¢n reducidos muchas veces en la pr¨¢ctica a meras declaraciones, pues el funcionamiento de los tribunales no es nunca r¨¢pido ni resulta siempre eficaz, por lo que hay que aumentar significativamente el n¨²mero de jueces. Hace falta revisar las normas procesales para que, manteniendo las garant¨ªas b¨¢sicas, puedan agilizarse los juicios y sea adecuadamente protegida la presunci¨®n de inocencia ante la llamada ¡°pena de telediario¡±. El Gobierno debe renunciar a su actual pol¨ªtica sobre tasas judiciales.
P. Pero es cierto que el funcionamiento es terriblemente igual.
R. Yo creo que la explicaci¨®n est¨¢ en que la ciencia del Derecho, lo que se estudia en las facultades, es extraordinariamente arcaica. Est¨¢ abstra¨ªda de la realidad. Los programas de estudio de antes y los de ahora son sensiblemente iguales. Los temas de las oposiciones son los mismos pr¨¢cticamente. El Derecho vive alejado de la sociedad, y los jueces igual. Y eso lleva a algo sorprendente: el trabajo de la justicia no tiene incidencia en la sociedad, nadie estudia el contenido de las sentencias que dictan los jueces. Con eso los legisladores tendr¨ªan que estar trabajando constantemente.
P. ?El principio de celeridad en la justicia es uno de esos conceptos ret¨®ricos de la Constituci¨®n?
R. Los plazos judiciales son abstractos y no est¨¢n relacionados con el volumen de trabajo de cada juez. Los plazos legales han perdido autoridad.
P. ?Cu¨¢l es la causa de esa lentitud, el exceso de litigiosidad o la falta de medios?
R. Faltan medios, pero el problema esencial no es ese sino que hay un desconocimiento brutal de c¨®mo gestionar la justicia. Nadie se encarga de mejorar la gesti¨®n. Se sigue haciendo exactamente igual que hace dos siglos. Se hacen una cantidad de pr¨¢cticas absolutamente absurdas...
P. ?Burocr¨¢ticas?
R. Burocr¨¢ticas, innecesarias. Sin ning¨²n sentido. Hay figuras absurdas, por ejemplo que el ciudadano no pueda comparecer por s¨ª mismo en los tribunales, que tenga que hacerlo forzosamente a trav¨¦s de un procurador. Es un rito.
P. ?Deber¨ªa desaparecer la figura del procurador? ?Sobra?
R. Como algo obligatorio, totalmente. No solo es que sobra es que es ofensivo para el ciudadano. Que una persona te sustituya f¨ªsicamente para entregar un papel... pero ?por qu¨¦? Y todo el mecanismo es absolutamente burocr¨¢tico, con papel, papel, papel...
P. Entonces ?con los medios actuales se podr¨ªa hacer mejor?
R. Sin lugar a dudas. Aunque yo creo que jueces s¨ª que faltan, y m¨¢s ahora con el ERE que ha sufrido la justicia casi sin darse cuenta. Han eliminado a casi mil jueces suplentes. Eso va a ser un desastre...
P. ?Los titulares no pueden asumir esa sobrecarga de trabajo?
R. No, es imposible. Antes la justicia iba como iba, imagine c¨®mo va a ir con mil jueces menos. Hacen falta m¨¢s jueces. Y habr¨ªa que poner un asistente personal a cada juez para que haga las tareas administrativas.
P. Hay juzgados que est¨¢n hasta arriba, pero otros tienen una carga de trabajo inferior a la que marca el Consejo General del Poder Judicial.
R. Como dec¨ªa antes, lo fundamental, la asignatura pendiente es gestionar mejor los procesos. Los juzgados que gestionan bien consiguen, con los mismos medios, mucho mejor resultado. Y no se atascan. Pero no se estudia la gesti¨®n en la universidad, no hay gestores en la justicia como lo hay por ejemplo en la sanidad p¨²blica. Y vuelvo a lo de antes: hay que quitar papel...
P. ?Es partidaria de reducir las actuales garant¨ªas procesales para agilizar?
R. No, yo creo que no hay que reducirlas, pero es que hay cosas que no son garant¨ªas. Por ejemplo, que puedan recurrirse todas y cada una de las decisiones que se toman en la instrucci¨®n lo demora todo mucho y es absurdo. Hay que ver muy bien qu¨¦ es lo que se puede recurrir. Y no por escrito, hacer los recursos verbales. Es que lo del papel... Hay que dejar de escribir. Si hoy d¨ªa todo se graba... La justicia est¨¢ ahogada en papel.
P. ?Quiere decir limitar los recursos contra sentencias?
R. No, los recursos a sentencias no son problema, hay muy pocos. Me refiero a los recursos durante la instrucci¨®n: recurrir si el juez acuerda una prueba, si pide un documento... Esos son los que realmente envenenan. Yo dejar¨ªa por ejemplo el recurso contra la orden de prisi¨®n y alguna cosa m¨¢s, y quitar¨ªa el resto.
P. ?Hay que modificar la Constituci¨®n en lo referido a la Administraci¨®n de Justicia?
R. No, yo creo que hay que desarrollarla. Por ejemplo, el desarrollo que se dio del Poder Judicial fue equivocado. El art¨ªculo 122 de la Constituci¨®n quer¨ªa que el CGPJ tuviera verdadera autonom¨ªa, en aquellos a?os casi parec¨ªa que acabar¨ªa desapareciendo el Ministerio de Justicia porque las competencias ser¨ªan del Consejo. Yo creo que el Consejo debe tener competencia en todo.
P. ?Darle todas las competencias que tiene el ministerio?
R. S¨ª, s¨ª. Y las de las comunidades aut¨®nomas. En lo referido al funcionamiento de la justicia, no en la proposici¨®n de leyes. El CGPJ debe tener su presupuesto, de ¨¦l deben depender todos los medios personales...
P. ?Y que todo eso lo decida el Consejo, sin ninguna autoridad pol¨ªtica por encima?
R. S¨ª, claro. Dando cuenta al Parlamento de lo que hace. Si es que ahora el Consejo no tiene nada, y ahora con la ¨²ltima reforma menos. A lo que hay que ir es a m¨¢s competencias del Poder Judicial.
P. ?La Ley hipotecaria es de otro tiempo, est¨¢ obsoleta?
R. Cuando se empez¨® a dar hipotecas en Espa?a estaban pensadas como un contrato en igualdad de condiciones, es decir, para grandes propietarios. Ahora eso es una ficci¨®n, porque la persona que compra no es propietaria, va a serlo. Esta ley se ha usado para algo que no estaba pensada. Yo creo que lo que deber¨ªa haber es una ley de financiaci¨®n de vivienda habitual, con el objetivo esencial del derecho a la viviendas.
P. ?Puede un juez decidir no aplicar la ley que le obligar¨ªa a dictar un desahucio, o eso es imposible en Derecho? ?Deber¨ªan hacerlo en este momento?
R. El Derecho siempre interpreta la norma, siempre. Muchas veces quien se lee la jurisprudencia se queda con los ojos como platos por lo mucho que discrepa de la letra de la ley. Adem¨¢s, lo dice el C¨®digo Civil, que la ley hay que aplicarla de conformidad con las circunstancias. En ese sentido, interpretaciones nuevas en esta materia, como en otras, son imprescindibles. La ley no dice qu¨¦ es lo que hay que hacer con la persona a la que se deja en la calle, la ley guarda un silencio vergonzoso en ese punto, en absoluto de acuerdo con lo que dice la Constituci¨®n sobre el derecho a la vivienda digna. Curiosamente la ley s¨ª dice lo que hay que hacer con los muebles de la casa que se desaloja, pero no dice qu¨¦ hay que hacer con la persona. Yo creo que, ante esa laguna, los jueces no pueden dejar a la gente en la calle. Hay que tomar medidas.
P. ?Qu¨¦ propone que hagan?
R. Los jueces no trabajan aislados, sino en una sociedad con conexiones. Tiene que haber servicios sociales que garanticen que nadie se queda en la calle.
P. ?Propone que el juez, al dictar un desahucio, lo condicione a que se d¨¦ a esa familia otro techo?
R. Claro. Puede ser dictando el aplazamiento para que no se produzca el desahucio mientras no haya un espacio social donde acoger a la persona, o forzando acuerdos con los propietarios para pagar un alquiler social...
P. Usted ha sido abogada, juez de instrucci¨®n y juez de vigilancia penitenciaria. Ha visto el proceso desde los tres puntos de vista. ?El sistema judicial y carcelario promueve la reinserci¨®n?
R. Afortunadamente, el ser humano tiene mucha capacidad de rectificar su conducta. Que la c¨¢rcel sea el instrumento que permite la rectificaci¨®n de la conducta, pues generalmente no. La mayor parte de los presos est¨¢n por delitos de droga, de peque?os contrabandos... No deber¨ªan estar en la c¨¢rcel. Las penas deber¨ªan ser instrumentos para la rectificaci¨®n de la conducta, no de castigo sin m¨¢s. Por ejemplo, en los delitos econ¨®micos: es verdad que es importante que se devuelva el dinero, pero tambi¨¦n es importante saber por qu¨¦ se ha hecho y que la persona est¨¦ dispuesta a rectificar, que se arrepienta. Me hace gracia que se hable tanto del arrepentimiento de los presos terroristas y nada del resto.
P. ?Defiende que se exija ese arrepentimiento legalmente a los presos por corrupci¨®n igual que a los terroristas?
R. S¨ª, en muchas ocasiones s¨ª.
P. El C¨®digo Penal espa?ol es uno de los m¨¢s duros de Europa, ?de qu¨¦ es s¨ªntoma eso?
R. Se ha buscado el castigo sin reflexionar sobre para qu¨¦ queremos que sirva el castigo. Por eso no tenemos un c¨®digo de castigos variados, tenemos la c¨¢rcel. No habr¨ªa que tener miedo a hacer sustituciones de la pena para evitar la prisi¨®n. Es una locura que el que llega a Barajas con coca¨ªna en el est¨®mago est¨¦ seis a?os en la c¨¢rcel. Sigue habiendo un abanico peque?¨ªsimo de alternativas a la prisi¨®n, y el que hay est¨¢ muy desprestigiado. Por ejemplo, haber acabado con las penas de fin de semana... era un instrumento muy interesante. O los trabajos en beneficios de la comunidad: muchos se han sustituido por multas, y la multa es muy injusta porque la puede pagar quien tiene m¨¢s dinero.
P. ?Deber¨ªan ser imprescriptibles los delitos de corrupci¨®n?
R. Yo creo que no. Vamos a dejar las normas como est¨¢n y vamos a ver primero qu¨¦ es lo que falla.
P. ?Un pol¨ªtico imputado debe dejar su cargo o eso atenta contra el principio de presunci¨®n de inocencia?
R. Los ciudadanos tenemos el derecho a la informaci¨®n veraz, seg¨²n la Constituci¨®n. Y los pol¨ªticos gestionan lo p¨²blico. ?Qu¨¦ pasa si un pol¨ªtico es imputado? Como imputado, tiene derecho a callar y no declararse culpable, pero ese derecho est¨¢ en contradicci¨®n con sus obligaciones de pol¨ªtico. Por eso yo creo que el pol¨ªtico que se ve imputado tiene que escoger: si quiere defenderse como imputado, tiene que abandonar la pol¨ªtica. Porque para defenderse podr¨ªa tener que mentir, y el pol¨ªtico no puede mentir. La presunci¨®n de inocencia es otra cosa, esto tiene que ver con la relaci¨®n entre ciudadanos y pol¨ªticos.
P. ?Que el yerno del Rey haya sido procesado significa que todos somos iguales ante la ley, o que la infanta Cristina no haya sido imputada significa que no lo somos?
R. Es positivo que una persona tan influyente como el yerno del Rey est¨¦ imputada. Si la infanta Cristina no ha sido llamada a declarar supongo que tiene que ver con que es la Infanta. Probablemente cualquiera de estos d¨ªas eso cambiar¨¢ y la llamar¨¢n a declarar, porque est¨¢n apareciendo nuevas cosas y ahora ya ser¨ªa mucho m¨¢s llamativo que no se la llamara. Quiero decir que es posible que haya habido una cierta actitud de no querer llamarla, muy al principio del proceso... que es llamativo que una persona por ser infanta de Espa?a no haya sido llamada a reclamar todav¨ªa. Pero yo creo que se la llamar¨¢ en breve.
P. Porque s¨ª cree usted que todos somos iguales ante la ley.
R. En teor¨ªa lo somos, y estamos m¨¢s cerca que nunca de conseguirlo. En la pr¨¢ctica, y no solo en esos casos tan llamativos, hay muchas cosas que hacen que no seamos iguales ante la ley, fundamentalmente los medios econ¨®micos. Comparecer ante la justicia es extraordinariamente caro.
P. ?Las tasas son excesivas o no deber¨ªa haberlas en absoluto?
R. No es un problema de cuant¨ªa, yo soy contraria a que haya tasas en la Justicia.
P. Usted fue cofundadora de la asociaci¨®n Jueces para la Democracia. ?Por qu¨¦ los jueces no asociados no forman parte de la c¨²pula judicial? ?Se han repartido las asociaciones ese ¨¢mbito de poder?
R. Es el Parlamento, los partidos, los que no han sido capaces de asumir la funci¨®n de elegir a los vocales. Las entrevistas para seleccionarlos son muy penosas. Parece que lo que vale aqu¨ª son las conversaciones entre partidos y asociaciones. Es un error del Parlamento.
P. Pero ?por qu¨¦ solo eligen asociados?
R. Porque los partidos tienen m¨¢s inter¨¦s en tener personas m¨¢s pr¨®ximas a ellos que en tener a los m¨¢s capaces.
P. ?Las asociaciones est¨¢n m¨¢s politizadas?
R. S¨ª, siempre tienen m¨¢s relaciones personales.
P. Un juez decide sobre la vida personas. ?Hay alguna forma de detectar en el proceso de selecci¨®n desequilibrios personales o ideol¨®gicos, por ejemplo un machismo exacerbado, que luego afecten a las decisiones que toman sobre la vida de otros?
R. El juez tiene que intentar objetivar su ideolog¨ªa: es decir que, aunque ¨¦l aplique su visi¨®n particular, esta est¨¦ inmersa en una aceptaci¨®n general. Que su perspectiva quepa en el marco general de la sociedad. Creo, por ejemplo, que si un juez decide suspender los desahucios hasta que esa persona tenga otro techo... la sociedad lo entender¨ªa.
P. ?El indulto tiene un valor reparador por tener en cuenta el contexto posterior a la condena, o atenta contra el sentido de la justicia porque es una decisi¨®n absolutamente arbitraria?
R. Es inaceptable que el indulto no se motive. Y creo que los tribunales deber¨ªan tener m¨¢s competencias para revisar sus propias sentencias a partir de los expedientes personales del condenado. Esa posibilidad de leg¨ªtima discrecionalidad al aplicar o no la condena que se atribuye al indulto deber¨ªan tenerla los tribunales.
P. ?Qui¨¦n gana en el juego de mesa que usted ha inventado, el jugador que obtiene justicia o el que sacrifica menos cosas por el camino?
R. [Risas] Gana el que consigue que el proceso llegue a buen fin... perdiendo el menor dinero posible.
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