Una imputaci¨®n inevitable
Quiz¨¢s ser¨ªa aconsejable que la infanta Cristina, de propia iniciativa, solicite al Rey que la aparte de la l¨ªnea sucesoria de la Corona
A grandes males, grandes remedios. La mejor manera de impedir que la jefatura del Estado, sometida a una enorme presi¨®n, caiga en un deterioro insuperable es precisamente que la infanta Cristina comparezca lo antes posible ante la justicia como imputada y aclare su presencia en la entidad mercantil Aizo¨®n y su eventual conocimiento del uso que hacia esa empresa de su ¡°nombre, tratamiento y cargo¡± en posibles hechos delictivos. La noticia era esperable e inevitable en un pa¨ªs que es mucho m¨¢s serio de lo que algunos quieren hacer creer. Otra cosa hubiera dado origen a todo tipo de sospechas y a la insoportable impresi¨®n de que se violentaba el estado de derecho.
En un momento en el que est¨¢n en duda el prestigio de las instituciones, reconforta comprobar que los resortes del sistema act¨²an con normalidad y que responden con el principio de igualdad ante la ley, tal y como fija la Constituci¨®n. Aun sin sacar conclusiones de esa imputaci¨®n, estaba claro que la infanta deb¨ªa comparecer ante el juez que lleva el caso N¨®os para responder a cuantas dudas se plantean sobre su actuaci¨®n personal y su colaboraci¨®n con las actividades de su marido, I?aki Urdangarin.
La infanta no dispone, afortunadamente, de ning¨²n fuero especial ni posici¨®n privilegiada. Como cualquier otra imputada tiene derecho a defender sus intereses, pero dada su condici¨®n de miembro de la familia real, cabe esperar tambi¨¦n que act¨²e con responsabilidad. Sin prejuzgar el desarrollo de los acontecimientos, quiz¨¢s ser¨ªa aconsejable que la infanta Cristina, de propia iniciativa, solicite al Rey que la aparte de la l¨ªnea sucesoria de la Corona. El esc¨¢ndalo que rodea las actividades de su marido y, como m¨ªnimo, la utilizaci¨®n de su nombre y rango, afectan tremendamente al prestigio de la monarqu¨ªa y del Rey y es de suponer que la infanta Cristina est¨¦ considerando de qu¨¦ manera puede ayudar a aliviar esa presi¨®n.
La imputaci¨®n de una hija del Rey, suceda lo que suceda en los pr¨®ximos meses, es un hecho pol¨ªtico con graves repercusiones y ser¨ªa absurdo ignorarlo. Las monarqu¨ªas democr¨¢ticas se justifican b¨¢sicamente por su utilidad, pero tambi¨¦n por una cierta magistratura moral, que se corresponde precisamente con el hecho de que no tiene responsabilidad jur¨ªdica alguna. El Rey no puede librarse f¨¢cilmente de esa exigencia de responsabilidad moral y deber¨¢ hacer frente a ella, con reflexi¨®n y prudencia.
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