La disciplina del ama de llaves
Un c¨®ctel de izquierda moderada, centro y derecha liberal que cosecha unas expectativas in¨¦ditas en una formaci¨®n tan joven
Rosa D¨ªez sigue siendo, a sus 60 a?os, una v¨ªctima de la moda. Solo hay que verla en el Congreso, repartiendo estopa a Gobierno y oposici¨®n con sus modelos de dise?o y sus personal¨ªsimos cortes de pelo. A veces, se pinta cada u?a de un color, el ¨²ltimo grito en manicura. No es mala imagen del abanico de propuestas de Uni¨®n, Progreso y Democracia, el partido que fund¨® en 2008 despu¨¦s de haber perdido sus aspiraciones a liderar el PSOE. Un c¨®ctel de izquierda moderada, centro y derecha liberal que cosecha unas expectativas in¨¦ditas en una formaci¨®n tan joven y, aparentemente, personalista. Porque, aunque tiene cinco diputados, UPyD es para muchos, dejando aparte a Toni Cant¨® y sus pol¨¦micas en Twitter, el partido de Rosa D¨ªez.
¡°Rosa no puede venirse m¨¢s arriba por una encuesta; est¨¢ siempre arriba, tiene el ego subido¡±, desliza un excompa?ero del PSOE. ¡°A mi edad, soy muy consciente de mis limitaciones, por eso me rodeo de gente m¨¢s preparada que yo¡±, rebaja ella por tel¨¦fono. ¡°Lo que estoy es a gusto. Creamos UPyD para responder a una demanda que exist¨ªa fuera del bipartidismo y ahora tiene ad¨®nde ir¡±. ?Rebotada de otros partidos? ¡°No lo creo. Los enfadados con el sistema van a otros sitios. UPyD cree imprescindibles los partidos para regenerar la democracia. Lo del ego lo tengo superado, pero nunca doy una batalla por perdida, quiz¨¢ porque lo mam¨¦ en casa¡±.
D¨ªez, casada y con dos hijos, es hija de un metal¨²rgico socialista condenado a muerte por el franquismo, al que se le conmut¨® la pena, pero no las penalidades de una ¨¦poca y un escenario, el Pa¨ªs Vasco, no precisamente id¨ªlicos. A pesar de que su madre cos¨ªa a destajo para remendar el presupuesto, Rosa no pudo estudiar ni con sus becas. ¡°No era cosa de no gastar, sino de aportar¡±, recuerda. As¨ª que trabaj¨® de administrativa, aprob¨® una oposici¨®n a funcionaria y deriv¨® sus inquietudes a la pol¨ªtica. El resto, est¨¢ en los papeles: sindicalista de UGT, consejera del Gobierno Vasco, europarlamentaria del PSOE, y disidente de campanillas cuando dej¨® la casa socialista para construir la suya propia.
Fernando Savater, cofundador de UPyD, la recuerda flaqu¨ªsima y ¨¦pica, sobre un caj¨®n arengando a cuatro gatos. ¡°El partido somos muchos, pero a veces se lo ha echado ella a la espalda. Sin dinero, sin apoyo medi¨¢tico, puerta a puerta. Requiere bemoles y Rosa los tiene¡±. ¡°La perseverancia importa, pero Internet ha sido clave¡±, a?ade la aludida, la ¨²nica ¡°pol¨ªtica profesional¡±, admite, en un partido en el que ¡°el 90% de la militancia no ha tenido contacto con ella¡±. ¡°Llevo m¨¢s de 30 a?os en pol¨ªtica, dando lo mejor, y no voy a pedir disculpas. Lo malo no son los pol¨ªticos profesionales, sino los profesionales de la pol¨ªtica que la usan para beneficiarse¡±.
Por eso mira con lupa a los que llaman a su puerta. Aunque en UPyD, dice, no tienen ¡°problemas de banquillo¡±, ahora hay cola por entrar en el partido. ¡°Cuando viene uno y me dice que me trae 200, malo. Esos s¨ª que vienen rebotados, y algo quieren¡±. Mientras llega la hora de la verdad, D¨ªez ejerce de l¨¢tigo de PP y PSOE en el Congreso. Ah¨ª tambi¨¦n ha notado cambios. ¡°Gente que ni me hablaba, ahora me pelotea, es divertido¡±, r¨ªe. A veces, con sus trajes de estricta gobernanta, parece un ama de llaves. Si sigue la tendencia, UPyD podr¨ªa franquear la gobernabilidad de muchas instituciones. ¡°No me interesa la llave, sino la puerta¡±, despacha ella. ¡°Entrar, orear y hacer cosas¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.