Diada amarga
Nadie puede jugar m¨¢s de una vez a las elecciones plebiscitarias
Tras el resultado de las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas, Artur Mas debi¨® renunciar a la investidura como presidente de la Generalitat. El resultado de las urnas fue un no rotundo a la propuesta con base en la cual solicit¨® la confianza de los ciudadanos. Frente a la ¡°mayor¨ªa excepcional¡± para poder hacer frente al problema excepcional con el que el futuro presidente del Gobierno de la Generalitat tendr¨ªa que enfrentarse, el cuerpo electoral respondi¨® con una reducci¨®n de diez esca?os respecto de los que le hab¨ªa otorgado dos a?os antes. CiU no gan¨® las elecciones en los t¨¦rminos plebiscitarios en que Artur Mas las hab¨ªa planteado. En realidad, las perdi¨®. Eso es lo que est¨¢n indicando los resultados de los estudios de opini¨®n que se vienen conociendo desde entonces. Los diez esca?os que perdi¨® CiU en 2012 ser¨ªan muchos m¨¢s hoy, mientras que tambi¨¦n ser¨ªan muchos m¨¢s los diez esca?os que gan¨® Esquerra.
Ciertamente los resultados electorales no eran f¨¢ciles de interpretar, ya que CiU segu¨ªa siendo claramente el partido mayoritario y el ¨²nico que pod¨ªa formar Gobierno. Pero carec¨ªa del mandato para gobernar en los t¨¦rminos en que su candidato a la presidencia de la Generalitat hab¨ªa solicitado. De ah¨ª que la presidencia de la Generalitat tenga desde la noche electoral el peor problema que se puede tener en pol¨ªtica: un problema de legitimidad. Los ciudadanos le dieron simult¨¢neamente un s¨ª a CiU y un no a Artur Mas. No le retiraron la confianza a CiU, pero s¨ª se la retiraron a su candidato. Lo ¨²nico que el cuerpo electoral dijo con claridad es que no era Artur Mas en quien confiaba para dirigir Catalu?a en el tiempo nuevo que se hab¨ªa abierto con la manifestaci¨®n de repulsa de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la reforma estatutaria en 2010 y con la de la Diada de 2012.
Mas nunca ha sido reconocido por los ciudadanos como el l¨ªder de la independencia de Catalu?a
Esta es la raz¨®n por la que el presidente de la Generalitat est¨¢ en fuera de juego desde el comienzo de la legislatura. Convoc¨® unas elecciones anticipadas en clave plebiscitaria y las perdi¨®. A partir de ese momento Artur Mas dej¨® de estar en condiciones de poder dirigir pol¨ªticamente Catalu?a. Pues la sentencia que dicta el cuerpo electoral en las condiciones en que se le pidi¨® que se pronunciara en las ¨²ltimas elecciones catalanas es una sentencia firme. Nadie puede sobreponerse a una desautorizaci¨®n en unas elecciones plebiscitarias. La desautorizaci¨®n es definitiva e irreversible.
Y ¨¦l lo sabe, aunque act¨²a fingiendo que no lo sabe. El pr¨®ximo d¨ªa 11 lo van a dejar claro los participantes en la cadena humana a trav¨¦s de la cual se va a expresar la Diada de este 2013. A Artur Mas le va a ocurrir lo que le ocurri¨® al anterior presidente de la Generalitat, Jos¨¦ Montilla, en la manifestaci¨®n de repulsa de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto, de la que tuvo que salir protegido ante el intento de agresi¨®n de algunos de los manifestantes. Le va a ocurrir de manera distinta, porque ¨¦l no va a formar parte de la cadena, pero le va a ocurrir. Son los propios ciudadanos que est¨¦n en la cadena los que van a rechazar la pretensi¨®n de Artur Mas de jugar por segunda vez la carta de las elecciones plebiscitarias. Es una carta de la que ning¨²n dirigente pol¨ªtico puede hacer uso m¨¢s de una vez. Pretender volver a jugarla en 2016, con la finalidad de no cumplir el compromiso contra¨ªdo en el Acord per a la transici¨® nacional i per garantir l¡¯estabilitat parlamentaria del govern de Catalunya de convocar la consulta en 2014, no va a colar.
El tiempo de la ambig¨¹edad se acaba. Artur Mas ha pretendido presentarse como el abanderado de una opci¨®n pol¨ªtica de la que nunca ha sido protagonista. Mientras el momento decisivo para esa opci¨®n pol¨ªtica, la decisi¨®n de convocar el refer¨¦ndum sobre el derecho a decidir, pudiera ser dilatado en el tiempo, el presidente Mas pod¨ªa nadar y guardar la ropa. Cuando ese momento decisivo llega, esa operaci¨®n ya no es posible. Y ese momento es 2014. A estas alturas del guion no puede ser nada m¨¢s que 2014. Esto es algo que el nacionalismo catal¨¢n tiene plenamente interiorizado.
Artur Mas carece de legitimidad para recorrer el camino que ha fingido que estaba recorriendo, pero que ¨¦l sab¨ªa que no iba a recorrer hasta el final. Los ciudadanos se lo dijeron en unas elecciones plebiscitarias y est¨¢n empezando a comprobar que no se equivocaron. Artur Mas nunca ha sido reconocido por los ciudadanos como el l¨ªder de la independencia de Catalu?a. Para los independentistas catalanes con seguridad, pero no solo para ellos, la Diada de 2013 va a ser una Diada amarga.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.