A?oranza por Sefarad, pero no para volver
El Gobierno carece de un criterio claro para dar la nacionalidad a sefard¨ªes
¡°Aun cuando viv¨ªamos en Espa?a, nuestra mirada estaba ya puesta en Jerusal¨¦n¡±. Ha sido un viaje de m¨¢s de 4.000 kil¨®metros y cinco siglos, e Isaac Levy no lo desandar¨¢. Este jubilado de 68 a?os, doctor en Historia y experto en juda¨ªsmo sefard¨ª, atesora una de las mayores colecciones de grabaciones de cantos en ladino, o judeocastellano, del mundo. A su familia, los Da?a, los Reyes Cat¨®licos los expulsaron de Soria. Recalaron en Grecia y en el siglo XVI llegaron a Jerusal¨¦n. Ahora, por la decisi¨®n del Gobierno de Mariano Rajoy de ofrecer la nacionalidad a los descendientes de sefard¨ªes expulsados en 1492, su familia podr¨¢ solicitar el pasaporte espa?ol.
Como muchos sefard¨ªes, Levy considera honroso ese gesto de restituci¨®n hist¨®rica, pero no cree que haga justicia ni que su vida vaya a cambiar. El proyecto de ley, ideado por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, ha despertado gran inter¨¦s en Israel, un pa¨ªs con seis millones de jud¨ªos. Pero aunque tengan la opci¨®n de aspirar a un pasaporte europeo, muy pocos sefard¨ªes sopesan la posibilidad de abandonar un Estado que fue fundado en 1948 como patria para el pueblo jud¨ªo.
A la entrevista, en una cafeter¨ªa en Jerusal¨¦n, Levy acude con un libro elaborado por su familia, que incluye mapas, retratos y un escudo castellano, con torre¨®n y flores de lis. Son documentos de peso para reclamar un pasaporte a Espa?a. Pero Levy tiene dudas. ¡°Soy demasiado orgulloso para dejar de ser ¨²nicamente israel¨ª. Amo Sefarad [nombre hebreo de Espa?a], all¨ª est¨¢n mis ra¨ªces. Pero nunca abandonar¨¦ Israel. El gesto del Gobierno espa?ol es bonito, pero en Espa?a no nos entienden. Son pro¨¢rabes, me duele ver c¨®mo tratan al Estado de Israel¡±.
Muchas ancestrales canciones en ladino recogen el anhelo sefard¨ª por regresar a Jerusal¨¦n, que se convertir¨ªa en uno de los pilares del sionismo. Una de ellas, preservada en el exilio en Turqu¨ªa y Bulgaria tras la expulsi¨®n de 1492, dice: ¡°Ir me kero madre a Yerushal¨¢yim¡ A Yerushal¨¢yim lo veo d'enfrente, olvido mis ijos i mis parientes¡±.
Hasta ahora, el Estado espa?ol concede la nacionalidad espa?ola a sefard¨ªes mediante un proceso individualizado y complejo, que en la mayor¨ªa de casos debe pasar por el Consejo de Ministros. El nuevo anteproyecto de ley modificar¨ªa el C¨®digo Civil para incluir a los sefard¨ªes en los grupos de ciudadanos que no deben renunciar a otros pasaportes para conseguir la nacionalidad espa?ola, como las personas de pa¨ªses iberoamericanos. Levy y otros sefard¨ªes podr¨ªan ser israel¨ªes y espa?oles a la vez. Israel no exige renuncia a otros pasaportes.
¡°El gesto es bonito, pero en Espa?a no nos entienden. Son pro¨¢rabes¡±,
De momento, el Gobierno espa?ol carece de unos criterios claros para determinar qui¨¦n es sefard¨ª y qui¨¦n no. En el anteproyecto de ley se dice que, para los extranjeros, ser¨¢n los consulados los que decidan, al recibir una serie de pruebas por ahora solo esbozadas. Bastar¨¢, entre otras, un documento de la autoridad rab¨ªnica competente; un certificado de la Federaci¨®n de Comunidades Jud¨ªas de Espa?a, o los apellidos del interesado y el idioma familiar (el ladino).
Roy Zu-Aretz, de 45 a?os, tiene sobradas pruebas. La primera, el apellido, originalmente Su¨¢rez, que en 1932 sus antepasados, al llegar a Israel, cambiaron a su forma actual, transliteraci¨®n de la expresi¨®n hebrea ¡°esta tierra¡±. No menos importante es su conocimiento del judeocastellano. De hecho, tanto ¨¦l como su hermano, ambos dotados m¨²sicos, tienen gran ¨¦xito en Israel con un espect¨¢culo que incluye canciones tradicionales en ladino.
¡°Al menos Espa?a nos permiti¨® huir¡±, afirma Zu-Aretz, que pedir¨¢ el pasaporte
Por ¨²ltimo, est¨¢n los documentos familiares que dan fe de que Jos¨¦ Su¨¢rez fue expulsado en 1492 de Espa?a, y luego de Portugal, para recalar en Holanda. Mois¨¦s Su¨¢rez, uno de sus descendientes, emigr¨® a Libia y de all¨ª, Shalom Su¨¢rez, abuelo de Roy, hizo el viaje final a la tierra que su pueblo considera prometida.
¡°Los espa?oles son como nosotros, c¨¢lidos y cercanos¡±, dice hoy Zu-Aretz, que vive en Tel Aviv. Nunca ha estado en Espa?a y pedir¨¢ pasaporte. ?No queda resquemor por el hecho de que la Corona espa?ola expulsara a su antepasados en una purga religiosa? ¡°Viendo lo que los nazis hicieron con los jud¨ªos en Alemania, no. Uno ve las cosas ahora en perspectiva y al menos Espa?a nos permiti¨® huir. En la naturaleza del pueblo jud¨ªo est¨¢ el exilio. Sin esa expulsi¨®n hoy no habr¨ªa Estado de Israel¡±.
Esta semana los medios israel¨ªes hicieron c¨¢lculos, citando estudios demogr¨¢ficos, de las personas que podr¨¢n beneficiarse de la oferta: 3,5 millones. Aquello caus¨® furor en Israel y satur¨® los consulados espa?oles en Tel Aviv y Jerusal¨¦n. Son muchos menos los que pueden trazar el periplo de sus ancestros desde la Espa?a medieval hasta la Palestina hist¨®rica. Seg¨²n Levy, unos 50.000. Expulsados, recalaron en lugares como Holanda, los Balcanes o Turqu¨ªa. Muchos de sus descendientes, los que mantuvieron su religi¨®n en la adversidad, est¨¢n hoy en Israel.
¡°Por si algo le pasa a Israel¡±
Moshe Shaul, de 84 a?os, naci¨® en Turqu¨ªa. En 1949 emigr¨® al reci¨¦n declarado Estado de Israel. Aunque no sabe exactamente de d¨®nde fue expulsada su familia, tiene una gran relaci¨®n con Espa?a, adonde ha viajado en numerosas ocasiones durante 40 a?os. ¡°Muchas familias solo podemos saber nuestro linaje dos o tres generaciones atr¨¢s¡±, dice. ¡°Y al final lo que ha preservado la cultura es la lengua, el ladino¡±. ?l lo habla perfectamente y de hecho es vicepresidente de la Autoridad Nacional ¡ªo, como se dice en judeocastellano, Nasionala¡ª del Ladino, creada en 1997.
¡°No hay duda de que hoy los sefard¨ªes sentimos m¨¢s amistad que odio hacia Espa?a¡±, dice. Pedir¨¢ el pasaporte si la ley se aprueba, pero no por necesidad o voluntad de abandonar Israel. ¡°Aqu¨ª est¨¢ todo lo que el pueblo jud¨ªo necesita. Hay algunos j¨®venes que dicen que pedir¨¢n la nacionalidad por si en el futuro es m¨¢s f¨¢cil encontrar trabajo en Europa, pero en realidad la econom¨ªa israel¨ª es hoy m¨¢s fuerte que la europea¡±.
Europa ejerce un poderoso atractivo sobre muchos j¨®venes israel¨ªes que no libraron las primeras guerras de su pa¨ªs y cuyo sionismo es distinto al de sus padres. Yoav, hijo de Levy, tiene 34 a?os y le ha anunciado a su padre que pedir¨¢ el pasaporte. ¡°Quiere una alternativa de futuro, por si algo le pasa a Israel¡±, dice el padre, sacudiendo la cabeza. ¡°Personalmente no lo entiendo¡±, a?ade.
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