Bloqueo navarro
El principio de subsidiariedad que subyace al sistema foral (que lo que pueda gestionar la Administraci¨®n m¨¢s cercana no lo gestione la m¨¢s lejana) tiene ventajas y un inconveniente, al menos en el terreno de la fiscalidad: que el exceso de cercan¨ªa entre recaudador y contribuyente suscite complicidades y p¨¦rdidas de neutralidad del gestor p¨²blico para las que no resulta dif¨ªcil encontrar razones de inter¨¦s territorial. Sobre todo en tiempos de crisis. El problema se agrava cuando hay gestores p¨²blicos que lo han sido antes de intereses de particulares influyentes, y volver¨¢n a serlo cuando finalice su mandato. Como parece ser el caso de la crisis actual de Navarra.
Este mismo mes ha entrado en prisi¨®n un antiguo jefe de inspecci¨®n de la Hacienda foral de Bizkaia condenado a cuatro a?os y medio por beneficiar a 209 contribuyentes. Pero el proceso ha durado casi 12 a?os. Probar la denuncia de la exdirectora de Hacienda de Navarra contra la vicepresidenta y consejera de Econom¨ªa de esa comunidad en una comisi¨®n parlamentaria de investigaci¨®n, y en el plazo de 10 d¨ªas, no ser¨¢ f¨¢cil. Pero sin ese paso no pueden darse los siguientes (moci¨®n de censura, elecciones anticipadas) planteados por los socialistas navarros como v¨ªa de salida de la crisis.
Barcina espera que antes de las elecciones el PSN evidencie un acuerdo con Bildu
Una crisis que viene de lejos. En Navarra ning¨²n partido ha alcanzado nunca la mayor¨ªa absoluta, por lo que los Gobiernos han dependido de pactos m¨¢s o menos estables. El ejecutivo actual es d¨¦bil e inestable desde la ruptura, en junio de 2012, del acuerdo con los socialistas. Yolanda Barcina gobierna con el ¨²nico apoyo de sus 19 diputados en un Parlamento de 50. Pero la oposici¨®n es impotente para plantear una alternativa. Lo intent¨® en la anterior legislatura, mediante un pacto de los socialistas con los nacionalistas de Na-Bai, pero la operaci¨®n fue vetada por la direcci¨®n del PSOE porque ETA acababa de romper la tregua de 2006 y el PP acusaba a Zapatero de haber vendido Navarra al vasquismo en sus negociaciones con la banda.
Los nacionalistas acusaron al PSN de haberse sometido a la ¡°imposici¨®n centralista¡±, pero es l¨®gico que la pol¨ªtica de alianzas, eje esencial de la estrategia de todo partido, sea competencia de sus ¨®rganos centrales. Con m¨¢s raz¨®n ahora, cuando para que prosperase la moci¨®n tendr¨ªa que votarla Bildu, formaci¨®n heredera de Batasuna. No es lo mismo coincidir con ella en una votaci¨®n municipal o parlamentaria que llegar a un pacto de Gobierno, incluso si fuera con l¨ªmite temporal.
No solo porque tendr¨ªa un alto coste electoral para el conjunto del PSOE, sino porque ser¨ªa incoherente con su pol¨ªtica respecto al fin de ETA, que incluye no favorecer el acceso de los herederos de su brazo pol¨ªtico a posiciones de poder donde no tengan mayor¨ªa absoluta. Es cierto que en teor¨ªa el PSN podr¨ªa presentar la moci¨®n sin pacto previo, y que Bildu la votase. Pero al presentarla ya est¨¢ indicando que espera su voto y adelantando su alternativa para despu¨¦s de las elecciones. De ah¨ª que Barcina, que podr¨ªa convocarlas ya, desaf¨ªe a los socialistas a presentar antes la moci¨®n de censura: para poder acusarles en la ulterior campa?a electoral de contubernio con Bildu.
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